vitoria. El lehendakari, Iñigo Urkullu, insistió ayer en el mensaje de confianza y esperanza de cara al próximo año. Cree que lo "sembrado" durante su primer tramo de legislatura empezará a dar algunos frutos que darán la oportunidad de salir de la recesión actual. Los suficientes como para sacar el cuello del agua de una coyuntura que está haciendo de este 2013 "el peor año de la crisis". Sustenta su convencimiento en los acuerdos trabados y encarrilados, aunque aún no consumados, con otras instituciones y con algunos partidos políticos, especialmente el Partido Socialista, así como en los proyectos puestos en marcha durante los últimos meses cuyos resultados prácticos deberían empezar a vislumbrarse en no mucho tiempo.
Éste fue el mensaje del jefe del Ejecutivo vasco en la comparecencia tras el primer Consejo de Gobierno celebrado, como es tradición, en el Palacio Miramar de Donostia, con el que arranca el curso político tras el paréntesis veraniego. Urkullu puso deberes a su Gobierno para su segundo tramo de la legislatura. A su juicio, su responsabilidad central será "responder a las necesidades del presente y garantizar el futuro económico de Euskadi".
Pretende encauzar ese objetivo a través de la concertación con otras instituciones y partidos. Solo así se podrá, a su juicio, acercar la recuperación y generar empleo. En este sentido, mencionó el acuerdo fiscal con el PSE, aún por rematar, que según recordó, está "abierto también a otras fuerzas políticas", en referencia a PP y Bildu, cuyo concurso (al menos el de uno de ellos) sería necesario para sacar adelante los cambios fiscales en las Juntas Generales.
El lehendakari se mostró convencido de que las mesas y los grupos de trabajo abiertos antes del verano "han avanzado estos meses". Esta es la "siembra", aseveró, y ahora toca tomar decisiones de las que "va a depender la fortaleza de la recuperación". En este sentido añadió que el rigor en la gestión, la estrategia económica y la capacidad de concertación "nos van a permitir acercar la recuperación y volver al crecimiento".
Asimismo, mostró su intención de promover un "pacto social" que garantice la "sostenibilidad del sistema de servicios sociales". Y subrayó su intención de que los presupuestos de la CAV para 2014 tengan un marcado carácter social. Apenas hizo referencias al proyecto presupuestario del próximo año que, en cualquier caso, estará condicionada por el cierre de la recaudación de las haciendas vascas y por la letra pequeña del acuerdo sobre fiscalidad al que, según las partes implicadas, le quedan "unos flecos" por cerrar. También en este aspecto se mostró optimista y confió en que el acuerdo con los socialistas allanaría la aprobación de los presupuestos.
Urkullu se refirió también a la reunión que el 15 de julio mantuvo con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, para tratar las cuestiones pendientes que afectan al autogobierno, el desarrollo económico y la normalización de la convivencia en Euskadi. "En la agenda de lo urgente nos encontramos con las materias económicas, la relajación del déficit y el Cupo", puntualizó y subrayó que "el objetivo es negociar una línea de acuerdo bilateral que permita avanzar en la Comisión Mixta del Concierto económico con garantías". El lehendakari espera que este foro se convoque en breve y se alcance "una solución satisfactoria para ambas partes desde un régimen de bilateralidad".
Sobre esta cuestión, la vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, afirmó ayer que se ha reunido con "miembros" del Ejecutivo vasco y del PNV para, después de este período de agosto, sentarse a hablar de algunas cuestiones que "les preocupan, como el Cupo y otras cuestiones más particulares, pero no tenemos todavía fechas, ni agenda". La número dos del Gobierno español enmarcó esos encuentros en la "colaboración leal que el Gobierno quiere mantener tanto con la administración autonómica como con el PNV, con el que seguiremos hablando".
En cuanto a los acuerdos adoptados ayer por el Consejo de Gobierno, el Ejecutivo mostró su criterio favorable a la incorporación de Trebiñu y La Puebla de Arganzón al territorio de Araba, ya que los habitantes de ambas localidades han manifestado a lo largo de su historia, "de manera reiterada", su deseo de formar parte del territorio alavés y "no puede privarse a la ciudadanía de tal derecho que libremente ha expresado". Asimismo, aprobó conceder una subvención de 30.000 euros a la Euskal Etxea de Nueva York con el fin de promover la estrategia Basque Country en Estados Unidos y el centenario de este centro vasco.