La Haya. Los inspectores de la ONU finalizaron ayer el segundo día de sus investigaciones sobre el terreno en Damasco y pidieron al menos cuatro días más para poder determinar si el ataque con armamento químico tuvo lugar o no. Sin embargo, sus esfuerzos parecían ser inútiles ante la avalancha de movimientos, alianzas y advertencias, en que incurrió ayer la diplomacia internacional, un baile el en que la Naciones Unidas se erigió como el freno a un ataque que muchos auguran ya inminente.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió a la comunidad internacional que no inicie ninguna intervención militar en Siria hasta que los inspectores hayan concluido su investigación.

"Demos una oportunidad a la diplomacia, demos una oportunidad a la paz", dijo Ban en un discurso con motivo de la celebración del primer centenario del Palacio de la Paz y posteriormente en una rueda de prensa y una conferencia en la Universidad de la ciudad holandesa de Leiden, cercana a La Haya. Los expertos de la ONU "están trabajando tan duro", dijo. "Dejémoslos acabar su trabajo de cuatro días y entonces los expertos tendrán que analizar científicamente antes de informar al Consejo de Seguridad", indicó. Ban recordó además que debe de ser la ONU la que ofrezca "el marco de cualquier posible intervención militar" en el país árabe, e instó a la comunidad internacional a que permita al Consejo de Seguridad de la ONU a "usar su autoridad para la paz".

Entre esos esfuerzos por frenar el ataque, el subsecretario general de Naciones Unidas para Asuntos Políticos, Jeffrey Feltman, solicitó a Irán que intente llevar a la mesa de negociaciones al Gobierno y a la oposición siria, aprovechando su influencia y liderazgo en la región.

Teherán Feltman, que se encuentra de visita en Irán, ha recalcado que Naciones Unidas rechaza la opción militar para la crisis y ha mostrado su satisfacción con los comunicados emitidos por Teherán para respaldar una opción política para alcanzar el fin de la crisis.

Por su parte, el embajador de Siria en la ONU, Bashar Jaafari, pidió a Ban Ki Moon que los expertos desplazados a territorio sirio también investiguen tres supuestos ataques químicos cometidos el 22, 24 y 25 de agosto en los que, según dijo Jaafari, "miembros del Ejército sirio inhalaron gas venenoso". Además, el régimen aseguró que había entregado "pruebas y documentos que muestran que fue la oposición, no el Estado, la que utilizó armas químicas" en el ataque que desató la crisis internacional.

Londres Reino Unido concentró sus esfuerzos en tratar de conseguir el visto bueno del Consejo de Seguridad de la ONU para intervenir en Siria. Así, tras conseguir el respaldo unánime del Consejo de Seguridad Nacional británico para seguir adelante, el Gobierno conservador optó por presentar un borrador de resolución ante el Consejo de Seguridad en el que pedía a la ONU para que autorice una intervención militar extranjera en Siria las "para proteger a los civiles" en el país.

Ese borrador, con la posición de Rusia y China, condena el uso de armamento químico y pide a Naciones Unidas que responda. El ministro de Exteriores admitió que los ataques militares de castigo deben efectuarse incluso sin la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU. Cientos de personas se concentraron frente a la residencia de Cameron por la tarde para protestar por este movimiento, mientras que hoy el Parlamento se reúne de urgencia para votar sobre la respuesta británica a la crisis.

Tras la entrega del texto británico, los miembros permanentes del Consejo de Seguridad (EEUU, Rusia, China, Francia y el Reino Unido) se reunieron y, sin llegar a ningún acuerdo, seguirán estudiándolo. Mientras, Barack Obama y Cameron analizaban en una conversación telefónica, "posibles respuestas" de la comunidad internacional.

Respecto al texto, Rusia se pronunció y denunció que tomar una decisión sin haber escuchado el análisis de los expertos en Damasco sobre el ataque sería "prematuro". Además, para Moscú la presentación del texto es una maniobra táctica para luego justificar un ataque unilateral contra el régimen del presidente sirio Bachar al Asad.

Moscú "Tanto en Londres como en Washington quieren la máxima legitimidad para un ataque a Siria. Suponen el resultado de su propuesta, pero lo importante para ellos es la formalidad de dirigirse al Consejo de Seguridad", señaló el jefe del comité de Asuntos Internacionales de la Duma, Alexéi Pushkov.

Por su parte, y sin esperar al informe de los técnicos, la OTAN apuntó ayer directamente al régimen de Bachar al Asad como responsable del uso de armas químicas en Siria y advirtió de que "cualquier uso de armas de este tipo es inaceptable y no puede quedar sin respuesta".

"Información disponible de un amplio abanico de fuentes apunta al régimen sirio como responsable del uso de armas químicas en estos ataques", dijo el portavoz, que también recordó que el Gobierno de Damasco es quien "custodia los arsenales de armas químicas".