"Aquí estamos, disfrutando de unas cañitas en Ibiza ahora que aún nos quedan unos días de vacaciones...". Error. Craso error. Sin quererlo, el inofensivo mensaje colgado en Twitter terminó por allanar el camino de los ladrones, que horas después asaltaron el domicilio de Juan Carlos (nombre ficticio) en el barrio de Lakua. Destrozos varios y robo de enseres personales y tecnológicos de gran valor que tal vez podrían haberse evitado si su propietario "hubiese tenido un poco más de sentido común en lugar de airear en las redes sociales su plan de vacaciones", advierte un experto de la compañía alavesa PCI Security Doctors. Lamentablemente, el caso citado además de real resulta cada vez más habitual en los hogares alaveses e incluso en demasiadas compañías de la provincia, que en su empeño, loable, de querer aliarse con las redes sociales para mejorar la notoriedad de su marca o su competitividad, tienden a obtener como resultado justamente el efecto contrario "por no hacer bien las cosas", añaden en esta empresa de seguridad. "La figura de un profesional como un comunity manager evitaría muchos errores no sólo en materia de seguridad sino también en intereses más empresariales", insisten en PCI.
Llegados a este punto, los meses de verano aceleran el riesgo de que se produzcan este tipo de desagradables incidentes, un contexto sabido y estudiado tanto por los delincuentes que burlan la seguridad de domicilios y adosados como las bandas organizadas, éstas mucho más sofisticadas, que perpetran robos de mayor envergadura, fundamentalmente, en los polígonos empresariales. La realidad es así de tozuda y exige cuando menos tomarse el asunto de la seguridad muy en serio. El dinero que hay en juego lo merece. "A pesar de lo que podamos pensar, ninguno estamos a salvo de ser víctimas de un robo o un destrozo, por eso debemos aplicar siempre el sentido común y la prevención, que suelen ser buenos métodos disuasorios", se reafirma Miguel Ángel Guergué desde PCI.
Según datos del Ministerio de Interior, los robos con fuerza en viviendas se incrementaron un 22% durante el primer trimestre de este año en relación al mismo periodo del año anterior, una realidad de la que Euskadi no es ajena. Si bien el nivel y percepción de seguridad es más elevado que el que existe en el resto de comunidades autónomas, los delitos contra el patrimonio se incrementaron no obstante el pasado año un 5,21% en el País Vasco, destacando significativamente el aumento de los robos con violencia en Bizkaia y Gipuzkoa, donde la tasa se disparó casi un 33%. En Álava, en cambio, este tipo de robos con fuerza bajó un 17%. Los datos pertenecen al informe anual de delitos y faltas registrados por la Ertzaintza en la Comunidad Autónoma Vasca durante 2012 y que según explica la consejera de Interior, Estefanía Beltrán de Heredia, "experimentaron un repunte del 3%" a pesar de que la tasa media de delincuencia se sitúa en estos momentos por debajo de la media estatal.
Así pues y a pesar de las cifras, parece evidente que existe un cierto estado de seguridad en la CAV que invita al optimismo. Un escenario que resulta tangible -la tasa media de delincuencia es de 41 por cada mil ciudadanos vascos, 25 puntos menos, por ejemplo, que en Cataluña, según Interior- y que se ha visto favorecido por la inactividad de ETA y los episodios de kale borroka, que sin embargo esconden otra realidad: la aparición de bandas organizadas extranjeras que están aprovechando precisamente esa relajación en las fuerzas y cuerpos de seguridad para operar en toda la provincia. Normalmente en jornadas puntuales y precisas -casi siempre de noche-, aprovechando el dispositivo para perpetrar varios palos en viviendas y empresas.
'Robos hormiga' Vecinos de Argómaniz, Landa, Durana o Lopidana, así como empresas instaladas en polígonos como Gojain y Jundiz saben de primera mano los detalles de esta realidad. Puntual, de momento, pero "peligrosamente ascendente", según confirman fuentes policiales, que habrían recomendado tanto a ciudadanos como empresarios mantener un protocolo mínimo de seguridad basado en el "sentido común" y la "cordura". Algo tan simple, explican, como no airear los planes vacacionales a los cuatro vientos -léase redes sociales-, establecer una rutina mínima en nuestra ausencia para ofrecer cierta sensación de habitabilidad en la casa o recomendar a alguien de confianza "que se haga cargo de nuestro correo", por ejemplo.
En el caso de las compañías, con sus matices, claro, entienden los expertos que habría que tratar de actuar de un modo parecido, entre otras cuestiones porque la amenaza no sólo puede que aceche desde el exterior sino que es muy plausible que el robo provenga también de sus propios trabajadores. A este tipo de hurtos se les conoce como robos hormiga, esto es, sustracciones que parecen insignificantes pero que a largo plazo acaban convirtiéndose en un problema muy serio. "No se trata de ser un jefe desconfiado sino de percatarse de que no todos los trabajadores son igual de nobles y capaces de evitar las tentaciones", advierte Miguel Ángel Guergué.
Proteger el patrimonio de cualquier compañía resulta vital, tanto si se trata de bienes monetarios, tangibles o intangibles, por eso su gestión "debe estar a la altura de las circunstancias", añade este mismo experto. "A cada problema, una solución, un plan de actuación y prevención a la carta que ponga a buen recaudo no sólo mis productos sino mi propia información, mis proyectos, mis previsiones... ¿Alguien se ha puesto a pensar cuánto vale eso?".
"un plan de crisis es vital" La metodología debería incrementarse de forma exponencial cuando de lo que se trata es de proteger a una empresa con sede en el extranjero. En ese escenario, sostiene expertos como Alfonso Barandiarán, de la consultoría Corporate Intelligence, los peligros se multiplican, por lo que antes de lanzarse a un país "caliente" es más que aconsejable la realización de una "labor de inteligencia competitiva" para adecuarnos con éxito al contexto. "Para identificar las amenazas pregúntate qué, quién, cuándo, dónde, por qué y cómo te afecta, y a partir de ahí elabora un Plan de Crisis y aplícalo", añade su compañero Rodrigo Quintero. De lo contrario, añaden estos dos expertos, es más que probable la aparición de problemas. Y ejemplos sobran. Como el que sufrió incomprensiblemente, por ejemplo, Gas Natural, que firmó sin saberlo un contrato con Ucrania por valor de 850 millones de euros a través de un farsante que se hizo pasar por alto ejecutivo de la compañía energética. "No puedes permitirte el lujo de no analizar todas tus amenazas antes de implantarte en un país con cierto nivel de riesgo", concluye Quintero.
De entre las múltiples medidas que el sector recomienda desde hace ya algún tiempo cobran fuerza los controles de acceso, una manera de asegurar "al segundo" el interior y el exterior de empresas y viviendas, su actividad y sus incidencias durante las 24 horas del día. apunta en este sentido Feli Markinez, portavoz de la compañía alavesa Dorlet, una de las punteras en el mercado internacional con referencias de renombre en su amplia cartera de clientes. "Está claro que no hay robo infalible, pero en la medida que entorpezcamos la labor delictiva evitaremos muchos disgustos".