BILBAO. Vive a caballo entre su despacho de abogados en Madrid y las aulas de la Universidad de Deusto donde enseña sobre Derecho Penal, materia en la que tiene cátedra. Xabier Etxebarria conoce bien la realidad de los presos más allá de los clichés. Ha trabajado con ellos durante mucho tiempo y en ello sigue. En los últimos tiempos también defiende a algunos reclusos que se han desvinculado de ETA con muchos años de prisión a sus espaldas.

¿Los presos conocen lo que es la sociedad vasca?

Cuando alguien sale de prisión después de muchos años, resulta que no es fácil adaptarse a la realidad. La percepción que tienen de fuera está muy distorsionada porque los canales de información que tiene en el exterior son medios de comunicación, familiares... y eso no es vivir en la sociedad. Además, en determinados presos la información que reciben es muy sesgada. En el caso de los presos de ETA, reciben información a través de los abogados del colectivo, a través de algunos familiares... Al final es difícil tener una visión real de la sociedad.

¿Los encuentros entre víctimas y victimarios facilitan el conocimiento de la realidad y una revisión crítica de su pasado?

Ponerse cara a cara y escuchar a la víctima, relatar en primera persona lo que fue, lo que supuso, cómo era esa persona antes, en qué se convirtió después... oír eso de manera directa te transforma.

¿Por qué se paralizaron esos encuentros?

Hubo un cambio de gobierno en Madrid en diciembre de 2011; en abril de 2012 el nuevo ejecutivo hizo público un plan de reinserción en el que se hablaba también de encuentros reparadores, pero esto ha quedado en nada. No sé la razón. Creo que no se cree en estas vías porque no se entienden bien sus potencialidades.

¿Los presos del colectivo de presos de ETA estarían dispuestos a este tipo de encuentros?

Creo que a los que se mantienen dentro de la disciplina de este colectivo les dosifican la información y además están presionados para no desmarcarse. Hay que tener en cuenta que desmarcarse del colectivo tiene un coste personal y para la familia. Por otra parte, reconocer que lo que uno ha hecho es una barbaridad es un paso personal muy duro cuando uno ha estado matando gente.

¿Ha habido algún cambio tras el fin de la violencia de ETA?

Hasta el 20 de octubre de 2011 [día en que ETA anunció el fin de la violencia] me llegaban muchos comentarios de presos que dejaban entrever que entre ellos hay más variedad de lo que parece, más contraste de ideas, no hay un pensamiento tan monolítico. Pero a partir de esa fecha muchos presos empezaron a decir para qué me voy a significar tanto si aquí va a haber una solución colectiva. Creo que hay mucha gente que está esperando una solución colectiva que no parece que se vaya a producir.

¿Aumentarán los presos que busquen una solución individualizada?

Creo que sí, y además debería permitírseles que individualmente pudieran seguir sus propias ideas sin que nadie les tache de traidor. Una vez asumido que esto ha acabado, tienen derecho a buscar su propio camino y no seguir supeditados a una estrategia colectiva.

ETA no parece dispuesta a eso.

El primero que se lo tiene que permitir es ETA y el colectivo de presos, y la izquierda abertzale apoyarlo, del mismo modo que ha creado Sortu con unos estatutos ajustados a la legalidad. Por eso a los presos debería permitirles que, dentro de la legalidad penitenciaria, busquen su salida en función de sus circunstancias personales.

Tampoco el Gobierno español facilita las cosas.

Hay muchas cosas de la legalidad penitenciaria que deberían revisarse. Hay muchas excepciones en la ley para el terrorismo que deberían eliminarse. Un tema importante es la exigencia de colaboración con la justicia para acceder al tercer grado o la libertad condicional. Es un requisito inconcreto, que nada tiene que ver con la reinserción y, por tanto, no tiene sentido jurídico.

¿A qué se deben estas trabas incluso a los presos que sí se han desvinculado de ETA y la violencia y han pedido perdón?

Ahora se están resucitando sumarios antiguos para descubrir delitos sin esclarecer. La fiscalía de la Audiencia Nacional está en una posición muy dura y restrictiva. Ha cerrado la vía Nanclares, porque el Gobierno español tiene ya bastantes problemas con la crisis y la corrupción como para abrir otro frente. Además, el Gobierno español se siente muy vigilado por algunas de las asociaciones de víctimas que les marcan muy duramente. Y además en la medida en que la actividad de ETA ha desaparecido la urgencia de hacer cosas no es la misma.

El tribunal de Estrasburgo parece que rectificará al Gobierno español con la doctrina Parot

Se hará mal si se ve el fallo de Estrasburgo como una victoria de la izquierda abertzale. Será un error porque la izquierda abertzale no habrá ganado nada, ya que los presos habrán cumplido sus condenas conforme a la ley y saldrán conforme a la ley. Las víctimas tampoco habrán perdido nada, aunque habrá algunos colectivos que protestarán. En todo caso, quienes perderán serán aquellos que se han obcecado en mantenerla.

Los presos de la 'vía Nanclares' han hecho una revisión crítica del pasado y han pedido perdón. ¿Para qué sirve esta vía?

Es injustificable matar a personas por un objetivo político y es inútil porque con la violencia no se ha conseguido nada. Lo que se ha conseguido en Euskadi en términos políticos y de bienestar ha sido por otras razones, no por la violencia. En ese sentido estos presos son un referente ético porque han sido capaces de hacer una transformación personal muy difícil, valiente y honesta. Reconocer la injusticia y la inutilidad de la violencia que han ejercido, reconocer a las víctimas su dolor, quererlas conocer en persona y reparar ese dolor es una referencia ética y política importante.

Y, sin embargo, el Gobierno de Rajoy les cierra la puerta.

Me parece poco inteligente porque trasluce que no comprenden que el mensaje de estas personas es ética, política y socialmente muy positivo. Están dando una dimensión pública al reconocimiento de un error.

Nadie del GAL y del Estado ha pedido perdón por las muertes generadas. ¿Por qué entonces los presos de ETA han de hacerlo?

Aquí no ha habido bandos y todas las violencias se suman. Los muertos no se compensan ni se equiparan, se suman. Es verdad que los autores del GAL y demás no han pedido perdón, pero no es menos cierto que hay declaraciones institucionales que lo condenan, que están considerados delito, que ha habido condenas aunque no se han cumplido en su integridad... Galindo no pidió perdón pero la injusticia de los GAL está condenada en los tribunales, en los parlamentos... Y a ETA y la izquierda abertzale todavía les queda un trecho por recorrer. Todavía la izquierda abertzale solo ha llegado a aquella declaración de lamentamos si hemos podido ser insensibles, dando a entender que no tenían nada que ver con lo que ETA estaba haciendo, como si lamentaran que hubiera llovido y que no fueran sensibles con los que se habían mojado.

¿Tiene algún encaje legal la dispersión de los presos?

El principio general de la legislación penitenciaria es que cada preso cumpla su pena cerca del lugar en el que se va a reinsertar. Hay que poner fin a eso, más aún cuando además tiene un coste añadido para sus familiares.

¿Qué efectos tiene sobre el colectivo de presos de ETA?

Probablemente ahora mismo la dispersión favorece más el control del colectivo que lo contrario. Está dificultando que haya dentro de las prisiones un debate libre de ideas entre los presos de caminos a seguir, de propuestas. Aparte de legalmente más adecuado, sería más inteligente políticamente otro tipo de distribuciones de los presos.

¿Los presos con enfermedades graves e incurables pueden ser bien tratados en las cárceles?

La legislación prevé que cuando una persona tiene una enfermedad grave con padecimientos incurables se puede anticipar la libertad condicional si no hay riesgo de reincidencia. Cuando el riesgo para la vida es patente, como en el caso de Iosu Uribetxebarria Bolinaga, ni siquiera hace falta el informe preceptivo. Es una cuestión de pura legalidad y de humanidad.

El Gobierno Vasco ha presentado su propio plan de reinserción. ¿Qué recorrido le augura?

Esto no es un plan, porque el Gobierno Vasco no tiene la llave que abre las cárceles. Se trata, más bien, de una propuesta. Propone un itinerario y unas acciones. Y hasta ahí llega. De todas formas, es bueno que se ponga sobre la mesa una propuesta que pueda mover un poco las cosas, que empiece por diferenciar que no todos los presos son iguales, que algunos están penados por unos tipos de delitos diferentes a los de otros, unos que llevan tres años en prisión otros veinte...

El Gobierno español trata a todos los presos como si fueran iguales, independientemente de si han revisado su pasado o no.

Eso transmite un mensaje no muy positivo. No es lo mismo aquel que ha reconocido el daño, que el que todavía legitima el asesinato. Y por lo tanto no debería ser tratado igual.

¿La izquierda abertzale debe pedir perdón por haber justificado la violencia de ETA?

En los últimos treinta años ETA militar y la izquierda abertzale han ido en el mismo barco, unos en proa y otros en popa, pero el barco era el mismo. Todos los del barco tienen que reconocer que la historia de ETA ha sido injusta e inútil. Que ahora los que iban atrás en el barco digan que pasaban por allí y que los que tienen que pedir perdón son los que mataron... Los que mataron lo hacían dentro de un conjunto de organizaciones, con unas estrategias y objetivos políticos de las que ahora no se pueden desprender.

Es posible hacer un solo relato de lo que ha pasado aquí?

No, ni tampoco es necesario. Los historiadores harán un relato científico y riguroso, pero en el terreno ético y político no habrá una historia compartida ni puede serlo ni será razonable. Pero tiene que haber un mínimo. Por lo menos nos tenemos que poner de acuerdo que matar es contrario a la dignidad de las personas, como lo es la tortura y otras violencias. En este país matar y torturar ha sido un error injusto, inútil y contraproducente y eso es algo que tendrán que reconocer todos los actores de ese daño.