gASTEIZ ha cedido el testigo de la Green Capital a Nantes y todos los focos se centran en la ciudad francesa. La capital alavesa vuelve ahora a su quehacer cotidiano en materia ambiental, y pasado el tiempo de las recepciones, los patrocinios y las campañas turísticas ligadas a lo verde, toca hacer balance y exponer las fortalezas y debilidades de una ciudad pionera en materia de sostenibilidad que, sin embargo, no puede abandonarse a la autocomplacencia.
El Centro de Estudios Ambientales es en buena medida el responsable de un prestigio al que también los propios ciudadanos han aportado, y aportan, su granito de arena. Jesús Mesanza, técnico del CEA, explica para DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA en qué punto se encuentra la ciudad y qué acciones cabe desarrollar para seguir a la cabeza del Estado como ciudad sostenible.
agua Desde los años ochenta, la combinación de una red de saneamiento y distribución con "un rendimiento inmejorable a nivel europeo", y una conciencia ciudadana sobre el ahorro del líquido elemento cultivada pacientemente han hecho que históricamente los consumos en la ciudad sean muy bajos. "Tenemos cifras muy por debajo de la media desde hace muchos años", señala Mesanza al respecto.
Residuos Prácticamente las tres cuartas partes de la población recicla el vidrio en Vitoria, explica el técnico del CEA, pero "en papel y cartón o en envases no se está tan bien, aunque los valores son más altos que en la mayoría de las ciudades". Ahora el reto pasa por implantar la recogida separada de residuos orgánicos, que aportaría a Vitoria "una materia que se va a utilizar en jardines y campos". No es sencillo, en cualquier caso, implicar al ciudadano en la engorrosa tarea de separar estas basuras, ni tampoco montar la infraestructura necesaria para evitar que la peladuras de naranja o las espinas del pescado acaben en Gardelegi. "Se está en ello, es algo que tenemos que desarrollar, pero supone el despliegue de todo un sistema de recogida", apunta Mesanza.
Consumo energético "Como municipio hay un gran esfuerzo en materia de luminarias, se hace todo lo que se puede, y el consumo doméstico también se está reduciendo desde hace años, desde 2007 va bajando", explica el experto del CEA. Estos ahorros no se dan sólo en Vitoria, son un fenómeno generalizado que se debe a que "la industria se ha ajustado a la realidad ambiental y todos los electrodomésticos que vas a comprar, si antes eran de categoría C o D, ahora son A, como mucho B, y algunos hasta A+".
Urbanismo Que Vitoria tiene un problema con la ocupación del espacio es una evidencia. Enormes avenidas, solares vacíos, bloques de pisos en mitad de la nada, dimensiones desproporcionadas para el peatón y rotondas y más rotondas son el precio que ha pagado Gasteiz por haber errado en su día a la hora de imaginarse a sí misma en el futuro. "La ciudad se está ajustando ahora a la realidad, se está haciendo el esfuerzo de reorganizar y redensificar, aprovechar los espacios ya consolidados para edificar en ellos", señala Mesanza. El urbanismo a lo grande ha chocado con "las circunstancias que todos conocemos" y hoy día es exagerado y grandilocuente. ¿Qué hacer con estos mimbres? "No hay más remedio que aprovechar el espacio que ya hemos ocupado".
Biodiversidad y Naturaleza Aquí la nota es sobresaliente sin lugar a dudas. "Estamos muy bien situados, con un entorno natural muy bien conservado y con expectativas de contar con un parque natural a las puertas de Vitoria-Gasteiz, está todo el Anillo Verde, el entorno natural del Zadorra, los bosques cercanos", desglosa Mesanza. Eso sí, "falta la zona sur del Anillo, pero no estamos en los mejores momentos para contar con recursos económicos". Ahí es donde la capitalidad verde puede empezar a dar réditos. "El hecho de ser Green Capital ha situado a Gasteiz en el mapa del medio ambiente europeo, hay que aprovechar eso", señala Mesanza, para quien es fundamental que la ciudad "mantenga esa imagen, que sea algo real".
Consumo local El debate sobre el consumo de alimentos de producción local como una forma de sostenibilidad nada despreciable, habida cuenta de lo que cuesta, en dinero y emisiones, traer un espárrago de Perú, está instalado en Gasteiz hace tiempo. Por otro lado, desde siempre los vitorianos han sido amigos de aprovechar las riberas del Zadorra para poner sus lechugas, puerros y patatas. Ahora se trata de combinar ambas inquietudes y desarrollarlas de una forma ordenada, legal y respetuosa con el entorno. "Es una de la principales apuestas del CEA y de los departamentos de Medio Ambiente y Promoción Económica, queremos promover la producción agrícola ecológica o como mínimo de cercanía", explica Mesanza. El CEA, afirma, quiere "apoyar proyectos de huertos urbanos, impulsados además desde el colectivo social, desde la ciudadanía, y también los huertos escolares, además de seguir con los de ocio de Abetxuko y Olarizu". Aquí el hecho de que sea la propia población la que se mueva es fundamental; el CEA en este ámbito pretende limitarse a ordenar esa inquietud. "Antes de que la gente se lance a coger un baldío, si conseguimos que se pueda hacer un convenio, o un arreglo en base a la normativa vigente, mezclando la iniciativa ciudadana con la contribución municipal, pues mejor; la idea nuestra es que en un plazo más o menos razonable encontremos varios espacios de huerta gestionados y utilizados por la ciudadanía pero cedidos por el Ayuntamiento", asegura.
Vertederos Los pícaros, en este aspecto, siempre van dos pasos por delante del Ayuntamiento. "Es un punto negro muy difícil de solucionar, porque sólo puedes atajar estas cosas cuando ya son visibles; de repente uno echa ahí una cosa y no pasa nada, el siguiente echa un palé, otro un colchón y un bidé viejo, y entonces ya es un vertedero y se toman medidas", resume Mesanza. Es un fenómeno, por tanto, difícil de combatir. "Cualquiera puede coger un coche o una furgoneta, abrir las puertas y tirar algo cuando no le ve nadie, y por eso las reacciones no pueden ser tan inmediatas como se quisiera, reaccionas cuando la cosa es evidente, y cuando se puede, porque no puedes pasarte el día recorriendo el municipio buscando espacios de este tipo", señala. Por ello, aquí la mejor receta es la concienciación, "hay espacios controlados, y muchos además, para los residuos, la gente tiene donde echar las cosas", explica el técnico del CEA.
Calidad del Aire "La industria hace ya años que debido a las regulaciones y las técnicas de control de la contaminación es un problema menor, y además en Vitoria hay un control permanente y muy estricto de las emisiones", explica Mesanza para aclara que en Vitoria los malos humos están fiscalizados. En cuanto al tráfico, pues los indicadores de la Agenda 21 de 2011 -los últimos disponibles-, apuntan a un empeoramiento de la calidad del aire, Mesanza apuesta por seguir adelante con el Plan de Movilidad Sostenible y dejar que se dejen ver sus efectos. "La contaminación tiene que ir a la baja por la sencilla razón de que el transporte público y la bicicleta van para adelante. Si a eso le unimos que cada vez hay más necesidad de reducir el uso del vehículo, también por cuestiones económicas, es una cuestión de tiempo que la calidad del aire vaya mejorando", apunta.
Ruido Nadie sabe si en Vitoria hay mucho o poco ruido. Es difícil sacar una conclusión de conjunto porque la afección de esta forma de contaminación sobre cada persona es muy subjetiva, porque el nivel de decibelios varía muchísimo de una calle a otra y, principalmente, porque Vitoria carece de un mapa de ruido desde hace siete años, cuando debería haberlo actualizado el año pasado. "Entre 2003 y 2006 subieron los datos, ahora con el tranvía se hace bastante menos ruido, y hay también menos tráfico", explica el experto del CEA, quien constata cómo esta forma de contaminación cada vez molesta más al ciudadano. "Las personas reflejan esta preocupación, antes a nadie se le ocurría protestar porque había ruido en su calle o por el tráfico, ahora se dan cuenta de que es un tipo de contaminación, por eso ahora vemos pantallas al lado de la autopista, por ejemplo".