Iñaki Urdangarin regresó ayer a Palma para declarar por segunda vez por el caso Nóos de presunta corrupción, donde fue recibido entre abucheos y gritos de un grupo de manifestantes, y salió del juzgado tras cuatro horas de declaración dando las gracias a los periodistas presentes.
"Muchas gracias", es lo único que dijo, con semblante serio, a los informadores que le esperaban a la salida de los juzgados después de haber realizado una declaración en la que varios testigos presenciales resaltaron que se mostró "tranquilo y seguro de sí mismo".
Ayer no era una jornada fácil para el duque de Palma, que compareció ante el juez Castro en una pequeña sala de vistas de 35 metros cuadrados bajo la imagen de una foto del Rey, su suegro, y unas 40 personas entre el juez, los fiscales y los abogados.
A diferencia del año pasado, Urdangarin no hizo declaraciones a la prensa a su llegada al juzgado, y tampoco fue a Mallorca acompañado por su mujer, la Infanta Cristina. La prensa del corazón desplazada a la isla la echó de menos.
Justamente ayer resultó ser el día más frío del año, lo que no paralizó a los manifestantes que se congregaron desde las 8.15 horas a las puertas de los juzgados de Palma.
Las temperaturas cayeron unos diez grados respecto a la jornada previa, pero la amenaza de fuertes lluvias no se cumplió y unas 400 personas se congregaron sin riesgo a mojarse ante la sede judicial para gritar consignas contra Iñaki Urdangarin y en favor de la República y exigir "Justicia para todos".
A la concentración, aunque convocada por independentistas y republicanos, asistió gente sin filiación ideológica alguna, que a pesar de todo no pudieron ver cómo llegaba el duque de Palma a la parte trasera de los juzgados porque el amplio dispositivo policial cortó las calles próximas.
Un mal negocio Esta circunstancia cabreó también a los comerciantes que esperaban hacer ayer su agosto y vieron tan solo en sus negocios a los periodistas que cubren esta segunda declaración de Urdangarin ante el juez José Castro. "No hemos vendido ni la tercera parte que un sábado normal", aseguró uno de los responsables de un supermercado situado en la calle Jeroni Antich.
"Se tienen que ir a otros supermercados de Plaza Mayor o de General Riera a 15 minutos de distancia", explicaron fuentes del mismo comercio, que añadieron que "ni nos han informado de que iban a cerrar. Nos hemos enterado esta misma mañana".
Otros, por su parte, previendo la gran afluencia de medios de comunicación, abogados, funcionarios y otras personas relacionadas con la causa, establecieron horarios especiales, así como distintas ofertas: Abierto por Urdanga o No nóos queda bocata de chorizo, eran algunos de los carteles que se podían leer.
Por otra parte, varios vecinos tuvieron problemas para pasar la zona de seguridad. "Yo no vivo aquí, pero le llevo la comida a mi hija que sí lo hace", decía una mujer al tratar de explicar por qué en su DNI no figuraba como su vivienda una de las calles cortadas.
Los lemas La concentración fue convocada por jóvenes de Esquerra Unida, la organización juvenil independentista Arran Mallorca y la asociación Unidad Cívica por la República, que mostraron su apoyo al juez instructor de esta causa, José Castro.
Entre banderas republicanas, los manifestantes corearon gritos como "Los borbones a los tiburones" y "No hay pan para tanto chorizo", y exhibieron pancartas con lemas como "El duque en Palma no" o "Iñaki: tu pasado em-palma-do, tu presente embargado y tu futuro encarcelado".
La palabra "chorizo" fue empleada de forma recurrente tanto en las pancartas -"Nunca un país tan pobre hizo unos chorizos tan ricos"-, como por los vecinos del barrio, que colgaron algunas ristras de este embutido entre balcones.
Guillem, uno de los manifestantes, señaló que hay que protestar por este "robo" y lamentó que en España defender la República se criminaliza como "si abogaras por el comunismo y la quema de iglesias", al tiempo que recordó que países "avanzados" como Estados Unidos, Canadá, Alemania y Nueva Zelanda tienen este sistema.
Teresa, una señora mayor, aclaró que ella no es independentista, pero fue "porque no hay derecho a lo que está pasando en este país, con tanta gente pasándolo mal y sin trabajo". "Mientras existan estos corruptos, los demás no tenemos nada que hacer", sentenció.
También acudieron curiosos, como Tolo, que se levantó temprano por el "morbo de ver a Iñaki" y, de hecho, lo consiguió: "Iba detrás, en la parte derecha del coche", señaló satisfecho. La concentración se fue disolviendo poco a poco y apenas quedaban una docena de personas cuando el duque de Palma se marchó; entonces comenzó a llover con intensidad sobre la capital balear.