VITORIA. Los nuevos responsables del Departamento vasco de Salud se van a encontrar con más de una patata caliente cuando aterricen definitivamente en sus puestos, una vez que el equipo de Rafael Bengoa, flamante fichaje del presidente norteamericano Barack Obama, ya ha formalizado el traspaso de poderes. La última de ellas tiene que ver otra vez con el Hospital Universitario de Álava (HUA), el polémico proyecto de fusión de Txagorritxu y Santiago impulsado por el anterior ejecutivo socialista y que ahora tiene todas las papeletas para quedarse en el cajón, habida cuenta de que el PNV nunca ha compartido sus características.
Aun sabiendo que el cambio de gobierno en Euskadi era algo más que una simple posibilidad, la dirección saliente de Osakidetza adjudicó el pasado 13 de octubre, sólo ocho días antes de las elecciones autonómicas, un concurso de ideas para el desarrollo arquitectónico de la segunda fase del HUA a la Unión Temporal de Empresas (UTE) Desarrollo Arquitectónico, integrada por ocho firmas. El importe salta a la vista por tratarse de un simple concurso de ideas, nada menos que 1,58 millones de euros, más aún en la situación de precariedad que atraviesan las arcas públicas.
Este anteproyecto está llamado a dibujar sobre el papel las posibilidades de expansión de Txagorritxu con nuevas edificaciones a su alrededor, un macrocentro que según el proyecto del Gobierno Vasco saliente sería en un futuro el único hospital de agudos de la provincia. Santiago, tras la absorción de todas las especialidades, los quirófanos y las Urgencias por Txagorritxu, se destinaría a la atención exclusiva de los pacientes crónicos y subagudos, la parte del proyecto que mayor oposición ha despertado entre la ciudadanía y la clase política, incluyendo a los jeltzales.
Julián Pérez Gil, ya exdirector del ente público, firmó la resolución de adjudicación de este expediente el ya citado 13 de octubre y concedió a la UTE ganadora dos meses de plazo a partir de la formalización del contrato, que se produjo casi un mes después de los comicios autonómicos, el 15 de noviembre. La resolución, a la que ha tenido acceso DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, está firmada por la secretaria suplente del ente público.
Del envenenado encargo deberá responder ahora el nuevo equipo de gobierno. Aún no se ha formalizado el pago del contrato, según fuentes autorizadas consultadas por este periódico, un trámite que deberá formalizar la dirección de Osakidetza entrante. La paralización del expediente, aunque no sea del gusto del ejecutivo entrante, será más que complicada, a no ser que se encuentre una causa muy justificada y con soporte jurídico. Así que a buen seguro deberá afrontar el pago de esos 1,58 millones aunque este anteproyecto y todo lo realizado antes para dar forma al HUA se olviden en el baúl de los proyectos perdidos. Lo único que se salvará con seguridad será el edificio de consultas externas ya construido junto a Txagorritxu, un proyecto ya contemplado durante la legislatura anterior.
otras maniobras Las maniobras del gobierno saliente por dejar lo más atado posible este proyecto, consciente del más que posible relevo en Lehendakaritza, vienen de atrás. Tal y como desveló este diario el pasado 30 de septiembre, la dirección de Osakidetza encomendó a comienzos de ese mes a los responsables del HUA iniciar un apresurado proceso de fusión de las distintas jefaturas de servicio, sección y unidad de Txagorritxu y Santiago para ratificar con más hechos la unificación de ambos centros, una maniobra similar a la que hace un año desencadenó una cascada de ceses entre sus altos mandos al crearse direcciones únicas.
La dirección del HUA abrió varias convocatorias mediante el sistema de concurso, un procedimiento que levantó sospechas entre numerosos profesionales, para cubrir esos nuevos mandos unificados. En otros casos, los responsables del hospital ni siquiera iniciaron este proceso y colocaron como responsables de varios servicios unificados del HUA a una veintena de profesionales.
Otro movimiento sobre la bocina del ejecutivo saliente fue el intento de privatizar y centralizar los almacenes de material sanitario ubicados en la provincia y en el área del Alto Deba en una nueva plataforma logística, mediante una polémica licitación a la que se dio luz verde cinco días después de las elecciones autonómicas. En este caso, finalmente, la presión sindical motivó la marcha atrás del equipo de Rafael Bengoa, que detuvo el opaco expediente -cuyo contenido también adelantó este diario- y derivó en el nuevo gobierno autonómico la posibilidad de retomarlo en un futuro.