Vitoria. Vitoria está de moda, o ésa es al menos la sensación que da la capital alavesa, deslumbrada por la luz de los flashes estos días. Los turistas han dado el relevo a los gasteiztarras, que han puesto tierra de por medio en este puente. Los visitantes son los que llenan ahora los bares, calles, museos y, por supuesto, los hoteles de la ciudad. De hecho, hace tiempo que no queda ni una sola habitación libre para pernoctar en la capital alavesa durante El Pilar.
Desde primera hora de la mañana la Oficina de Turismo de la Plaza Nueva era un ir y venir de gente que solicitaba información sobre qué ver en Vitoria a pesar de la lluvia. Allí mismo, sentados en una mesa, Patxi y Maider Aizpurua desplegaban un gran mapa para planificar la ruta del día. Llegaron desde Tolosa y Villabona el jueves a la ciudad para pasar tres noches, aunque su pequeña escapada les ha resultado bastante más económica y ajustada a los tiempos que corren que a otros muchos turistas que dormirán a la ciudad. "Participamos en un programa de intercambio de casas, por lo que nos sale gratis", explica Maider.
Aprovechando el viaje, también han traído consigo sus bicis "para callejear, conocer el anillo verde de Vitoria " y empaparse de lleno del espíritu de la Green Capital. La capitalidad verde europea, de hecho, no pasa desapercibida entre los visitantes. Todos han sido informados convenientemente de ello, si bien confiesan que no es la razón principal por la que han elegido visitar la ciudad. "Se nota que estáis muy orgullosos de este reconocimiento", asegura Nora Sahr, estudiante luxemburguesa que se encuentra de Erasmus en Barcelona, y que ha aprovechado este puente para conocer Euskadi junto con su novio, Gil Greis. "Hemos estado primero en Bilbao y San Sebastián, ahora nos toca Vitoria", explica esta joven mientras degusta un pintxo en un bar de la Virgen Blanca. La pareja confiesa haberse sorprendido con lo que se han encontrado en esta ciudad, donde han pasado la noche. "Nos ha gustado la arquitectura de las casas, la gente, el ambiente y también los pintxos", comenta Nora mientras planifica su próximo destino con la ayuda de una guía. "¿Pamplona o Laguardia?, ¿dónde será más fácil encontrar alojamiento?", se pregunta.
Según se desprende de las estadísticas más recientes, la capital alavesa ha sido incluida en el itinerario que realizan los visitantes cada vez que se acercan al País Vasco como lo demuestra el dato de que es la ciudad vasca donde más ha crecido el turismo en el último año. Vitoria ya no es sólo una zona de paso y prueba de ello es que los hoteles estén al completo ya que la gente quiere pasar la noche.
Éste es el caso de Francisca Pedrola, que acompañada de su marido y de otro matrimonio, todos ellos de Tarragona, ha decidido pasar todo el puente de El Pilar en la capital alavesa. Ya conocían de otras ocasiones Bilbao y San Sebastián, pero Vitoria era desde hace mucho una asignatura pendiente. "Lo que más me gusta es la tranquilidad que se respira, parece que estoy en mi pueblo", insiste esta tarraconense, que en su visita a la ciudad no perdió la oportunidad de hacerse una foto con Celedón en la balconada de San Miguel.
Desde mucho más lejos, desde Murcia, llegaron Toñi Martínez, su marido y amigos, dejando atrás un sol de justicia. "Acabo de hablar con mi hija y me ha dicho que hace 39 grados allí", mientras desplegaba su paraguas. Pasear por las calles de la ciudad se tornó en algunos momentos algo desagradable, por eso, ante la pregunta de ¿qué te ha gustado más de Vitoria?, los murcianos lo tenían claro: "el café caliente, está buenísimo aquí".
Lo cierto es que ni el mal tiempo ha logrado frenar la llegada de turistas a la capital alavesa, que vienen atraídos por su patrimonio histórico, la gastronomía o incluso por las innumerables rutas a pie o en bici que se pueden realizar alrededor del anillo verde. Tras un año bastante flojo, a pesar del incremento del turismo, los hoteles confiesan estar muy satisfechos en este puente, ya que han conseguido por fin colgar el cartel de completo, algo que sólo logran en fechas puntuales como el Azkena Rock Festival o el Festival de Jazz.
Los visitantes han respondido bien a las interesantes ofertas lanzadas por el sector, que ha mantenido los precios, incluso con una tendencia a la baja, para compensar las pérdidas registradas en otros momentos del año. Ahora habrá que ver si el balance de los bares y restaurantes es igualmente satisfactorio o si, por el contrario, el turismo ha preferido contener su consumo por eso de la crisis.