Gasteiz se vistió ayer con el traje tradicional vasco, se ató las abarcas, se caló la txapela y el pañuelo y salió a la calle para despedir el verano de la mano de un multitudinario Euskal Herriko Dantzari Eguna, que a buen seguro tardará mucho tiempo en olvidarse. Había ganas de volver a disfrutar en la capital alavesa de la manifestación más emblemática del folklore vasco, una cita con 34 años de historia, y así quedó de manifiesto. Fue hace ya cinco cuando este evento, que reúne a algunos de los mejores grupos de dantzaris de Hegoalde e Iparralde, recaló por última vez en la ciudad, concretamente en el campo de Los Astrónomos. Ayer el escenario cambió, y para muchos a mejor. La céntrica plaza de Los Fueros, ya acostumbrada a acoger eventos de gran formato, se quedó pequeña por momentos para los cientos de gasteiztarras y visitantes amantes de las dantzas que se animaron a acudir. El clima, para darle aún más color a la fiesta, no pudo ser mejor, pese a que los participantes tuviesen que sudar de lo lindo.

Los 22 grupos de dantzaris que tomaron parte en el evento, ocho de ellos alaveses, iniciaron la jornada en el instituto Ekialde, un perfecto punto de encuentro donde ultimar los preparativos y hacer las fotos de rigor. Los participantes, niños, jóvenes y algo más maduros, partieron en kalejira del centro pasadas las 18.00 horas para dirigirse al epicentro de la fiesta. La música no tardó en brotar de los txistus y tamboriles. Espadas, makilas, arcos y banderas en ristre, la comitiva enfiló las calles Angulema e Independencia ante los ojos de los peatones, muchos de ellos impresionados por el despliegue.

Josune, dantzari de Trapagarán (Bizkaia), cerraba arco en mano el desfile de su grupo, que cuenta con 40 años de historia. Ella, aunque veterana de edad, comenzó a bailar hace sólo tres. ¿Nervios? "Creo que impone mucho más un día de fiestas en el pueblo que un Dantzari Eguna. Aquí hay mucha gente viendo a mucha gente", reflexionaba. Con el ánimo de "pasarlo muy bien y disfrutar", su grupo y el resto de participantes llegaron a Los Fueros, donde el ambiente pronto comenzó a caldearse. Muchos tuvieron que realizar equilibrios para sentarse en una buena localidad, aunque una gran mayoría siguió el espectáculo de pie.

Ahí comenzó el plato fuerte de la jornada, una intensa y emocionante exhibición de dantzas donde tuvieron cabida las modalidades propias de todos los territorios vascos. Dispuestos sobre una gran tarima, los dantzaris arrancaron los merecidos aplausos de la grada. "Esto sí que es un espectáculo", alababa el gasteiztarra Andoni, que acudió a la cita con sus hijos.

La celebración prosiguió después con la actuación de varios bertsolaris para, posteriormente, dar paso a la fiesta participativa, donde los dantzaris se mezclaron con el público asistente en una gran explosión de música y baile. Un grupo de txistularis y gaiteros puso las notas de las herri dantzas, a las que siguió una concurrida verbena popular que hizo las delicias de los asistentes hasta bien entrada la madrugada.

Éstos pudieron disfrutar también durante la tarde de otras delicias, en este caso culinarias, de la mano de las hamburguesas de Eusko Label que se elaboraron en el lugar y que ayudaron a dar un empuje económico a la organización. Cualquier ayuda es buena en estos tiempos.