Madrid/Barcelona. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, dio ayer por cerrada una etapa tras la rotunda negativa del jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, al pacto fiscal para Catalunya, y preparó el terreno para un adelanto electoral que se podría concretar la próxima semana. Varios medios avanzaban incluso ayer las fechas del 25 de noviembre o 2 de diciembre como posibles jornadas electorales.
Este escenario incomoda sobremanera al presidente del Gobierno centrado ahora mismo en el debate sobre el rescate. Además, Rajoy afronta una doble jornada electoral el 21 de octubre en la Comunidad Autónoma Vasca y el Galicia, con nefastas previsiones en ambas: en la primera pasaría a ser la cuarta fuerza electoral y su capacidad de decisión sería nula; en la segunda, todas las encuestas apuntan a la pérdida de la mayoría absoluta del PP, con lo que una acuerdo entre el PSG y los nacionalistas gallegos desalojaría a Nuñez Feijóo de la presidencia de la Xunta.
Las dos horas de entrevista en el Palacio de la Moncloa entre Mas y Rajoy sólo han servido para certificar la gran distancia que separa los planteamientos de ambos y la apelación del presidente del Gobierno a la Constitución como freno a propuestas que no tienen cabida en ella.
"Esto no ha ido bien". Con esa frase resumió Mas en la rueda de prensa que ofreció en la delegación del Gobierno catalán en Madrid (renunciando a celebrarla en La Moncloa con es habitual entre los presidentes de Comunidades Autónomas) el desarrollo de la reunión, que, sin embargo, ambas partes coincidieron en que ha transcurrido en un ambiente cordial.
En ella Rajoy ofreció diálogo y colaboración "franca y leal" y garantizó que revisará el modelo de financiación autonómica, tras las quejas sobre el mismo que llegan desde diversas comunidades, con la intención de reformarlo en la presente legislatura.
Pero el rechazo al pacto fiscal fue total por parte del presidente del Gobierno, quien advirtió a Mas de que la inestabilidad que suscitan determinadas iniciativas políticas es un factor muy negativo a la hora de recuperar la confianza que exige la salida de la crisis. Por ello anunció "un nuevo futuro para el pueblo catalán" tras la negativa de Rajoy a sus propuestas.
La clave, el martes En una sala abarrotada de periodistas en la que el propio Mas se sintió desbordado y pidió calma a los fotógrafos para que hicieran su trabajo lo mejor que pudieran, "sin prisas", el president, en catalán y castellano, anunció que tras el "no" de Rajoy, se tomarán "decisiones".
Algo que ha pospuesto para la próxima semana en el debate de política general que celebrará el Parlamento catalán desde el martes.
A su juicio, ahora toca hacer una "profunda reflexión, serena y positiva" por parte de todos los partidos en el debate que se inicia el martes en Catalunya.
Aunque no quiso adelantar en qué consistirán esas decisiones, parece previsible el anticipo de las elecciones autonómicas, algo que la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, le ha pedido expresamente que no haga "en aras de la estabilidad". Mas comentó que no habló con Rajoy de elecciones anticipadas y en ningún momento se lo planteó: "Ha sido muy respetuoso".
"Es un día triste" "Es un día triste", dijo Artur Mas, quien, sin embargo, apostó por convertir la "decepción" en "ilusión y un compromiso de futuro".
Además, incidió en que se ha perdido "una oportunidad histórica" entre Catalunya y el resto de España una vez que el pacto parece no tener recorrido ni con el Gobierno ni con los partidos.
En ese sentido, informó de que Rajoy le había transmitido que el resto de partidos nacionales también se oponen a un pacto fiscal.
Aunque no hablaron en concreto del PSOE (con cuyo líder, Alfredo Pérez Rubalcaba, conversó Rajoy para comentarle el desarrollo de su entrevista con Mas) sí precisó que "digan lo que digan los socialistas catalanes, la respuesta del socialismo español al pacto fiscal es no".
En cuánto a las reivindicaciones soberanistas de Catalunya, Mas fue tajante y aseguró que, en su opinión, en España "se está cometiendo un error y la Constitución se está releyendo en clave centralista". No quiere hablar de rupturas, "se tome la decisión que se tome en los próximos días, semanas o meses" e insistió en que cualquier decisión que se adopte será en el marco "natural" de la UE y del euro.
"No nos hemos vuelto locos" El líder catalán hizo hincapié en que Catalunya no puede seguir igual que en los últimos treinta años, pero cualquier planteamiento será en el marco europeo y dentro de un escenario de "normalidad democrática y pacífica. No nos hemos vuelto locos". Mas reconoció que hay "inestabilidad" en Europa, pero ha dicho que no por ello tiene que "sumergirse, como si no existiera".
"Catalunya no puede ser subyugada, ni callada", explicitó antes de reiterar que el sentimiento de nación que tienen los catalanes no se puede anular por un texto constitucional. Y aprovechó para insistir en que no se siente aludido por la carta del rey previniendo sobre "quimeras" porque él no plantea ninguna.