Damasco. El Ejército sirio y los rebeldes libraron ayer por tercer día consecutivo intensos combates en Damasco y su periferia, alcanzando incluso zonas del centro, en los choques más graves en la capital desde el inicio de la crisis.

Los enfrentamientos se renovaron a primera hora de la mañana en distintos puntos de la ciudad, después de que se oyera el impacto de proyectiles y bombas durante horas.

Grandes columnas de humo negro se elevan sobre Damasco, cuyo centro se había mantenido hasta ahora relativamente al margen del conflicto, y el sonido de los bombardeos del régimen reverbera en la distancia.

Los rebeldes dispararon por mediodía contra puestos de control en la calle Bagdad y la plaza Sabe Bahrat, en pleno centro de la capital y escenario usual de protestas progubernamentales.

Mientras, las fuerzas leales al presidente sirio, Bachar al Asad, bombardearon los barrios de Al Midan, en el sur, y de Kafr Suse y Al Qabun, en el oeste y norte, respectivamente.

Para las autoridades sirias, estas operaciones son "una gran campaña militar contra terroristas que podría durar 27 horas", según fuentes oficiales que además informaron que el subdirector de la Policía de Damasco, general Isa Duba, falleció durante los choques en Al Midan.

Los combates en este barrio provocaron el corte durante un breve periodo de tiempo de la autopista que conecta la capital con el aeropuerto de Damasco y de la vía que conduce a Jordania, que ya estuvieron bloqueadas hace dos días por los mismos motivos.

El mediador internacional para Siria, Kofi Annan, se reunió ayer en Moscú con el presidente ruso, Vladímir Putin, el principal aliado de Damasco que ha vetado varias resoluciones de condena a la violencia en Siria en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU. Los dos defendieron que aún es posible alcanzar un compromiso en el Consejo de Seguridad de la ONU, que debe decidir antes del viernes si prorroga o no el mandato de la misión de observadores en el país.

Estados Unidos y sus aliados han presentado un proyecto de resolución ante el Consejo de Seguridad que incluye amenazas de sanciones, e incluso la intervención externa en aplicación del artículo 7 de la Carta de Naciones Unidas, si Damasco no se atiene inmediatamente a los seis puntos del plan de paz de Annan.

Moscú, en cambio, aboga por la prórroga del mandato e incluso por ampliar las competencias de la misión de la ONU, a la par que rechaza rotundamente cualquier alusión a sanciones al régimen sirio.

Putin afirmó al inicio de las consultas en el Kremlin que Rusia hará todo lo que esté en su mano para respaldar los esfuerzos de Annan en la búsqueda de una solución pacífica al conflicto, afirmando que su país ha apoyado y sigue apoyando los esfuerzos de establecer la paz en Siria.

El mediador internacional, por su parte, indicó que su visita a Moscú se produce en un momento en que la situación en Siria se encuentra en "un punto de inflexión, en una encrucijada".