vitoria. Casi la mitad de las vascas con trabajo remunerado dedica además cinco o más horas diarias al cuidado de sus hijos, un tiempo que contrasta con el que emplean los hombres a hacerse cargo de su descendencia, y que sobrepasa ligeramente las dos horas cada día. La desigualdad de cargas asumidas tiene su coste en el grado de satisfacción con el tiempo que se dispone para la vida personal.

Ésta es una de las conclusiones que se puede extraer de la Encuesta sobre la Conciliación de la Vida Laboral, Familiar y Personal que ha elaborado el Eustat. En ella se pone de manifiesto que casi una cuarta parte de las mujeres se declaran insatisfechas con su situación ya que desearían dedicarle más horas al ocio o a la formación, por ejemplo. Esta baja satisfacción se concentra en las edades en que se está formando la familia, es decir, entre los 35 y los 44 años.

Así, en conjunto, mientras que los hombres emplean 2,8 horas diarias al cuidado de los menores, las mujeres destinan 4,7. No obstante, uno de cada siete iguala a las mujeres en dedicación. En vista de los resultados aportados es, tan sólo, una excepción porque el reparto de tareas domésticas por sexo entre los ocupados de la Comunidad Autónoma Vasca resulta aún más desigual: nueve de cada diez hombres dedican dos o menos horas diarias, mientras que un tercio de las mujeres emplean tres o más.

El Instituto Vasco de Estadística revela también que más de una cuarta parte de los trabajadores (26,7%) afirma tener muchas dificultades para compaginar su empleo con el cuidado de menores así como con las actividades personales. Este alto grado se dificultad se reproduce en un 25,6% de las personas ocupadas cuando se trata de atender a familiares dependientes. A su vez, al 23,3% de los empleados el tiempo que dedican al trabajo remunerado también les dificulta altamente la realización de gestiones burocráticas y hasta casi uno de cada cinco declara que sólo con mucha dificultad pueden realizar tareas domésticas.

Personal empleador y autónomos presentan niveles sensiblemente mayores de impedimentos que el resto del personal ocupado para compaginar vida laboral y familiar. Así, un 28,9% de los primeros y un 36,3% de los segundos confiesan sufrir verdaderos quebraderos de cabeza para poder atender a sus hijos menores y alrededor de un tercio también tiene muy difícil dedicar tiempo a actividades meramente personales o a colaborar en las tareas domésticas.

Globalmente, el grado de dificultad que la población ocupada de Euskadi tiene para compaginar trabajo remunerado y vida personal y familiar alcanza los 3,8 puntos, sobre un máximo de 10, donde 10 indicaría la imposibilidad total para la conciliación. Bizkaia se sitúa en la media, Álava presenta el menor grado de dificultad con 2,9 puntos, mientras que Gipuzkoa presenta el más elevado, con una puntuación de 4,2.

En los hogares en los que ambos miembros de la pareja trabajan o en los monopaternales, cuando el cuidado de los menores queda fuera de la jornada laboral del padre o la madre, en el 77% de las ocasiones son ambos los que se encargan principalmente de este cuidado, sin embargo, sólo en el 1,6% de estos casos se ocupa el padre del cuidado, mientras que asciende al 11,1% de las ocasiones en las que los cuidados recaen sobre la madre.

En estos mismos hogares y en relación con el cuidado de los hijos e hijas menores durante la jornada laboral y fuera del horario escolar, en el 52% de los casos son familiares o personas sin remuneración quienes se encargan principalmente de atender a los menores, en el 22,4% son ambos miembros de la pareja quienes se dedican al cuidado de los hijos y en el 14,4% de las ocasiones el cuidado recae sobre otras personas con remuneración.