LA situación de las arcas municipales de los ayuntamientos del Valle de Ayala no está para lanzar cohetes, pero sí se puede decir que, al menos, están capeando el temporal de crisis que azota a muchos municipios alaveses, utilizando la receta de reducción de gasto corriente y cautela en la inversión.
El ejemplo está en Amurrio donde, a pesar de que en años de bonanza se recurrió a préstamos, que acarreará hasta 2019, cuenta desde enero con un presupuesto "realista", de 13,3 millones de euros. Si bien no permitirá realizar proyectos de envergadura, sí atender las necesidades prioritarias, a la espera de tiempos mejores.
La alcaldesa, Josune Irabien, del PNV, lo tiene claro: "Es hora de practicar una política más austera, en la línea de los últimos años. Se trata de revisar el gasto y buscar un equilibrio con los costes de los propios servicios, tratando de adaptarlo, incluso, a las consideraciones que llegan de Europa. Se trata de optimizar recursos, como cualquier ciudadano en su economía familiar", señala. No obstante, reconoce que la situación actual también obligará al Ayuntamiento a meter tijera. "Pero no es momento de generar más psicosis", apunta.
Y es que la regidora amurrioarra considera que la comunicación del diputado Javier Ruiz de Arbulo sobre la quiebra de una decena de ayuntamientos alaveses genera un alarmismo "innecesario y desproporcionado". La labor de las administraciones locales de Álava ha sido a lo largo de estos años "la de una política ajustada a las necesidades y posibilidades de cada municipio. Que se haya querido cargar sobre ciertos municipios la imagen de situación crítica dista mucho de la realidad, máxime cuando son ayuntamientos que, en muchos casos, han cerrado el año con remanente positivo", subraya Irabien. En cuanto al incierto futuro que planea sobre otras instituciones, como por ejemplo las cuadrillas, la alcaldesa de Amurrio recuerda que cumplen con su función: prestar servicios de manera comarcal o mancomunada a pueblos que, por su tamaño, no podrían tenerlos de otra forma. "Vaciarles de contenido supondría una grave fisura en el entramado institucional alavés", opina.
obras, las justas En Amurrio, el Presupuesto para 2012 asciende a 13.370.655 euros, una cifra un tanto alejada de los 22 millones de 2008 y un 15% inferior a las cuentas prorrogadas de 2010, que fueron de 17 millones de euros. Y es que, a la vista del descenso de subvenciones procedentes de las instituciones superiores -en torno a 800.000 euros menos- y la merma de ingresos vía impuestos, no ha quedado más remedio que aplicar líneas serias de recorte en prácticamente todas las áreas del Consistorio, con el fin de adaptar los gastos a los escasos ingresos previstos.
Una medida que ha vuelto a cebarse con las inversiones reales, las de las obras que los vecinos ven, que no alcanzan ni 1,2 millones de euros, cuando hace cuatro años supusieron más de diez millones. Bien es cierto que a esta cifra se han añadido otros 984.365 euros procedentes del remanente de tesorería del pasado ejercicio presupuestario. Y, gracias a ello, Amurrio podrá afrontar una treintena de actuaciones "prioritarias" a lo largo y ancho del pueblo.
El Ayuntamiento cerró 2011 con 4,8 millones de euros no comprometidos que ahora se han convertido en un auténtico colchón al que recurrir en tiempos de crisis. En este punto, la alcaldesa jeltzale admite que no le ha gustado tener que echar mano de los ahorros del erario público, pero "aunque sabemos que hay que actuar con cautela, dada la grave situación económica, que no tiene pinta de mejorar, lo estamos haciendo dentro de la máxima austeridad, porque gastaremos ese dinero en actuaciones fundamentales", subraya. No en vano, antes de tirar de lo ahorrado, Amurrio ha reducido de 5,3 a 4,7 millones de euros los gastos de personal; así como de 5.788.434 a 5.655.068 euros los concernientes a bienes corrientes y servicios. Además, no se ha recurrido al endeudamiento.
En cuanto a los ingresos, poco más de seis millones de euros se prevé obtener de transferencias corrientes; mientras que 3.317.600 euros se recaudarán vía impuestos directos e indirectos, y otros 2,7 millones, a través de tasas y otras vías de recaudación que posee el Ayuntamiento.
Al igual que Amurrio, en Ayala hay otros ejemplos de "buena" gestión económica, como Llodio y Artziniega. Ambos consistorios pueden presumir de endeudamiento cero, y tirar de los ahorros para mermar el impacto de la crisis. Laudio cuenta con un presupuesto austero de 22,2 millones de euros y muy poco margen de inversión, porque veinte millones se van a gastos de personal y corriente. Sin embargo, sus vecinos verán obras en las calles. Artziniega dispone de 1,7 millones de euros, un presupuesto prudente porque, a pesar de haber cerrado en positivo, también sufrirá una fuerte educación de impuestos.
TRECE meses después de que Bildu adquiriera la responsabilidad de gestionar el Ayuntamiento de Agurain, su equipo de gobierno trabaja sin descanso para sacar a la localidad de la grave situación económica en la que se encuentra. Horas y horas de reuniones y mucho quebraderos de cabeza para ser el primer municipio alavés en contar con el beneplácito de la Diputación para poner en marcha un plan de viabilidad para financiar 3,7 millones de euros durante los próximo 15 años y así saldar la deuda acumulada desde 2007 con autónomos y empresas.
La alcaldesa, Maider García de Vicuña, lamenta que la grave situación económica "heredada" condicione las cuentas para este año y los siguientes. Aún así, se muestra satisfecha. "Llevamos un año de legislatura y somos el primer ayuntamiento que ha hecho los deberes, aprobando tanto el plan de viabilidad como los presupuestos de 2012 para solucionar la ya crítica y extremadamente grave situación económica que padecemos".
La capital de la Llanada oriental apuesta por tener capacidad económica suficiente para garantizar los servicios municipales y la calidad de los mismos. "Tenemos la firme voluntad de hacer frente a la realidad heredada manteniendo el grado de autonomía municipal y respondiendo a las necesidades sociales de nuestros vecinos", explica.
Por ello, el plan de viabilidad supondrá un cierto alivio en la maltrecha economía aguraindarra. Con él, el Ayuntamiento se ha comprometido a ajustar sus presupuestos a los estados financieros provisionales incluidos en el plan de viabilidad durante el periodo 2012-2026. Además, la intervención local emitirá informes periódicos sobre el grado de cumplimiento semestral del plan, que será remitido a la Diputación para su traslado a las Juntas, previo análisis de los servicios técnicos de la institución foral.
Asimismo, el Consistorio se ha comprometido a que los remanentes de tesorería superiores al 5% de los ingresos corrientes generados durante la vigencia del plan se destinen a la amortización anticipada de la deuda.
El plan establece que durante su periodo de vigencia sólo se podrán ejecutar obras financiadas con ahorro corriente neto o con financiación externa de otras administraciones, empresas o particulares, pudiendo establecerse la salvedad de necesidades básicas que requieran la adopción de medidas especiales para su financiación tras los preceptivos informes. "El dinero que obtenga el Ayuntamiento por la vía de deuda deberá utilizarse para pagar a sus proveedores, no puede incurrir en nuevas inversiones", señalan desde Diputación. En caso de que se incumplan las estipulaciones, la institución foral podrá retener las cantidades que correspondan a Agurain en concepto de participación en tributos concertados.
Con la garantía que le da el plan de viabilidad, el Ayuntamiento ha dado luz verde recientemente a sus presupuestos municipales para este ejercicio 2012. El gasto total previsto asciende a 6.985.330,80 euros. Eso sí, los gastos previstos para este año se reducirán en un 27,56% respecto a lo presupuestado el ejercicio pasado, lo que se traduce en una aminoración de 2,6 millones de euros.
A pesar de la reducción de las partidas, desde Bidu subrayan que "no implica ni un empeoramiento de la calidad de los servicios públicos ni una reducción en ayudas sociales, culturales y deportivas". Según García de Vicuña, "se debe tanto a la optimización de los servicios públicos como, sobre todo, al cumplimiento del plan de viabilidad, que limita la posibilidad de nuevas inversiones".
Entre las partidas presupuestarias que crecen de cara a este ejercicio figuran el impulso del euskara, la política social y la participación ciudadana. Así, se incluyen nuevas cuantías para avanzar en la normalización lingüística y se ha creado una nueva para abordar necesidades sociales cada vez más evidentes. Además, con el objetivo de implicar a los aguraindarras y profundizar así en el cambio de modelo de gestión, más transparente y participativo, se destinarán 15.000 euros al fomento de la participación ciudadana.
En el capítulo de ingresos, se prevé una reducción para 2012 de, al menos, un 10,40%. Esta aminoración, se debe, principalmente, "a la cruda realidad a la que están sometidas las entidades locales que dependen en gran medida del dinero que aporta la Diputación a través del obsoleto Fofel y otros programas como el Plan Foral de Obras y Servicios, que no tiene consignación presupuestaria para este año".
En el apartado impositivo se va a aplicar un criterio claro, la progresividad para que "paguen más los que más tienen". Tal y como recogen las ordenanzas fiscales aprobadas en otoño del pasado año, los impuestos se actualizarán en base al IPC, que entonces era del 3,05%. Corren tiempos de austeridad para Agurain. En el resto de la Llanada, la situación parece mejor, aunque también son conscientes de la necesidad de contener el gasto.