Bilbao. Las próximas elecciones autonómicas prometen alumbrar una pugna de primer orden entre los partidos de la CAV. Las formaciones parecen abocadas a sumirse en una larga precampaña, empujada también por los rumores de un adelanto electoral para otoño. Ese clima preelectoral no ha pasado inadvertido a los mediadores del Grupo Internacional de Contacto liderado por Brian Currin, conscientes de que la proximidad de la cita con las urnas, prevista teóricamente para febrero, puede dificultar la puesta en marcha de un proceso de diálogo en materia de paz y normalización. Por ello, creen que "el momento para avanzar" llegará después de los comicios.

Así se expresan en una nota de prensa emitida tras haberse reunido el lunes y el martes con distintos agentes vascos. El texto evalúa el cumplimiento de la Declaración de Aiete y, al llegar al artículo 4, referido al diálogo multipartito, reconoce los obstáculos que comporta el ambiente preelectoral. "Una dificultad objetiva" que, según explicaron a este diario fuentes conocedoras de los encuentros, no conllevaría aplazar el diálogo hasta después de la jornada electoral. Muy al contrario, los mediadores abogan por ir desbrozando el camino y por preparar las condiciones para que, una vez celebrados los comicios, los partidos puedan comenzar a construir sobre unas bases previamente sentadas. En concreto, se trataría de comenzar a generar complicidades. De hecho, y aunque la nota del GIC admita que tras las elecciones podrán materializarse más avances, deja ver que aún quedaría margen al apostar por que la confrontación previa a los comicios "no genere obstáculos que dificulten los progresos". Bajando a lo concreto, alude también a la ponencia de paz. El GIC "da la bienvenida" a la iniciativa y espera que continúe su labor "haciendo un esfuerzo especial para facilitar la participación de todos los sectores sociales y políticos". Si bien no polemiza con las exclusiones, alude en varias ocasiones a la implicación de todos los agentes. Así, al referirse al Congreso de la Memoria -donde el PP vetó a la exmiembro de ETA Carmen Gisasola-, valora la iniciativa, pero anima a seguir "promoviendo la inclusión". Sobre Sortu, se muestra "preocupado" por la demora del Constitucional.