MADRID. En esta ocasión, la operación se ha llevado a cabo a penas sin incidentes y de forma "tranquila" y se ha saldado con la detención de dos personas por atentar contra agentes de la autoridad, han confirmado a Europa Press fuentes policiales. Asimismo, los agentes han identificado a otras 81 personas de las doscientas que permanecían en la Puerta del Sol.

Según estas mismas fuentes, la plaza permanece en estos momentos desalojada, tranquila y sin incidentes, y vigilada por una fuerte presencia policial, tal y como viene siendo habitual desde que el movimiento comenzara a celebrar su primer aniversario el pasado sábado 12 de mayo.

Además, un hombre de 40 años de edad ha sufrido un corte superficial en el cuello, por lo que efectivos del SAMUR le han trasladado a la clínica de La Concepción para recibir puntos de sutura, según ha informado a Europa Press Emergencias Madrid. No obstante, se desconocen todavía las causas de este incidente.

Según informa el colectivo a través de la página web de Agora Radio, surgida hace un año para dar difusión del movimiento, y que ha sido testigo de los hechos, el desalojo se ha producido a raíz de una "extraña pelea" que ha roto, según explican, "la tranquilidad de la asamblea" que en esos momentos tenía lugar en la simbólica plaza.

"Todo parece una casualidad macabra, una extraña casualidad. La asamblea de permanencia estaba siendo pacífica y excepto algunos revienta asambleas, todo estaba dentro de la normalidad pacífica y cívica, apenas 50 personas debatían saludablemente sobre su permanencia en Sol", relatan.

Asimismo, añaden que la "trifulca vino provocada por una persona que estuvo toda la noche calentando la manifestación e interrumpiendo la asamblea e intervenciones de las personas que salían a exponer, con gritos en apoyo al pueblo Saharahui, y otra persona que, según testigos, estuvo toda la noche con la máscara de Anonymous en silencio y que al parecer solo se la quitó para pelearse y agredir a un asistente".

Se trata de el segundo día que los indignados permanecían en la céntrica plaza madrileña, símbolo del movimiento, hasta altas horas de la madrugada, a pesar de las limitaciones horarias establecidas por la Delegación del Gobierno en Madrid, que la pasada semana autorizó concentraciones sólo hasta las 22.00 horas.