Copenhague. "Tuve la impresión de que llegaron a una conclusión demasiado pronto. Y si se lee el informe entero, se ve que trabajaron para fundamentar esa conclusión", afirmó el extremista noruego de 33 años, quien tomó como base para su explicación la carta enviada hace semanas a tres medios noruegos y que éstos difundieron parcialmente.
Breivik aseguró que el "ochenta por ciento" de lo que escriben los psiquiatras Synne Srheim y Torgeir Husby en el informe es "falso", y calificó de "malvada" su forma de actuar, a pesar de que tuvo una buena relación con ellos y pensó que eran "profesionales".
Para reforzar su acusación, Breivik explicó cómo según él estos sacaron declaraciones fuera de contexto, manipularon sus ideas y lo citaron de forma equivocada para hacerlo parecer "poco inteligente", de ahí que lamentase que las entrevistas mantenidas con los expertos no fueron grabadas ni filmadas.
También negó haber dicho que se cree con derecho de afirmar quién merece vivir y morir en Noruega, porque él es sólo un "soldado raso", aunque los militantes nacionalistas como él tiene derecho a atacar "objetivos legítimos", la élite que "trabaja por el multiculturalismo" y que representa el 2 % de la población.
"Intenté ser tan abierto como me fue posible. Contaba con que fueran a hacer un trabajo objetivo y que no estuvieran tan emocionalmente unidos a lo ocurrido (los atentados)", explicó, según la transcripción de su relato por medios noruegos, ya que por orden del tribunal su comparecencia no fue retransmitida.
Breivik se mostró comprensivo con que la gente pueda considerarlo un loco tras leer el estudio, pero resaltó que la persona que aparece analizada no es él.
"Si yo hubiera leído el informe, también habría creído que esa persona debía estar en un psiquiátrico, pero no soy yo. No soy yo a quien describen en el informe", dijo Breivik, que hoy podrá explicar su opinión sobre el estudio mental, aunque su declaración como tal ante el tribunal finalizó el pasado lunes, tras cinco días.
El extremista noruego ya había hecho referencias a su estado mental durante esa declaración, resaltando que no es un "caso psiquiátrico", por lo que debe de ser declarado penalmente responsable de los atentados.
Ese es el diagnóstico con el que concluye el segundo informe psiquiátrico encargado a otro equipo de expertos por el tribunal, y que está pendiente de ser aprobado por la Comisión de Medicina Forense.