Madrid. El PP dijo antes de las elecciones que no subiría los impuestos. ¿No teme que los ciudadanos dejen de creer en su palabra?

Efectivamente, yo dije en la campaña electoral que no era nuestra intención subir los impuestos. Y lo dije después de la celebración de las elecciones y, en concreto, un mes después, en el debate de investidura; lo dije en las Cortes. Y allí advertí de que si la previsión del déficit público era del 6%, que era lo que se nos había comunicado, pues no íbamos a subir los impuestos. Y además, no soy partidario de subir los impuestos. Esta es una medida solamente para dos años, para los años 2012 y 2013, y hemos tenido que tomar esta medida porque nos encontramos -yo lo supe el día 27 de diciembre- con que el año pasado nos habíamos gastado 20.000 millones más de lo previsto. Es decir, una cantidad muy importante, porque hablamos de más de tres billones de las antiguas pesetas. En esa situación, era urgente actuar y, por tanto decidimos tomar medidas en dos direcciones. Por una parte, hacer un recorte fuerte del gasto, 9.000 millones de euros. Recortamos la práctica totalidad de las partidas del presupuesto salvo la atención a las personas que están en el desempleo y sobre la partida de pensiones, que la subimos para el año que viene; y decidimos también una subida del IRPF, lógicamente más elevada para aquellas personas que tienen más recursos. Bien, esto era fundamental para la credibilidad de nuestro país y esto era fundamental para poder financiarnos fuera, porque el año pasado nos gastamos 90.000 millones más de lo que ingresamos, casi quince billones de pesetas, y ese dinero hay que pedirlo fuera. Y por tanto, para mí era una decisión dura, dolorosa, no nos gustaba tomarla, pero era absolutamente imprescindible para detener la espiral en la que podíamos caer. Es verdad que es una decisión desagradable, es verdad que a mucha gente no le gusta. Yo creo que no quedaba otra opción, aunque podíamos haber hecho otras cosas. Podíamos no haber subido las pensiones o bajar las partidas dedicadas al desempleo. Pero intentamos ser justos, equitativos, y pedir un esfuerzo a aquellas personas que tenían más recursos económicos. Insisto, para dos años.

¿Nos puede precisar cuál ha sido el déficit de las distintas administraciones (central, autonómica y local) en el año 2011?

Aproximadamente, pero ya con cifras bastante ciertas, datos, insisto, de la Intervención General de la Administración del Estado. El déficit de la Administración Central del Estado, del Gobierno de España para entendernos, está ligeramente por encima del 5%. El del conjunto de las comunidades autónomas, aproximadamente el 2,7%. Y luego la Seguridad Social y los ayuntamientos ya son unas cifras muy menores. En cualquier caso, lo importante es cómo se han desviado respecto de la previsión inicial. La Administración Central del Estado se ha desviado en 3.000 millones. Es decir, ha costado 3.000 millones más de lo previsto, un déficit de 3.000 millones más. La Seguridad Social, 5.000 millones; estaba previsto un superávit de 4.400 millones de euros. Hubo un déficit de 600 millones. Hablamos por tanto de una desviación de 5.000 millones. Los ayuntamientos, unos 1.500 millones, y las Comunidades Autónomas, alrededor de 15.000 millones. Ésta es la situación, según los datos de la Intervención General del Estado a fecha de hoy. Lo del Estado y lo de la Seguridad Social ya es mucho más seguro y lo de las comunidades autónomas ya lo sabremos al detalle, al céntimo, aproximadamente en el mes de febrero.

El programa electoral del PP se planteaba conseguir "un sistema tributario más equitativo". Sin embargo, las medidas aprobadas llevan a una mayor aportación de las rentas del trabajo en relación con las rentas de capital, por ejemplo. ¿Cómo se encajan estas dos ideas, la que figuraba en el programa electoral y lo que han ofrecido esas medidas?

Es que yo no estoy de acuerdo con que así sean las cosas. Nosotros hemos tomado una decisión pidiendo un esfuerzo mayor a aquellas personas que están en condiciones de hacer un esfuerzo mayor, aunque ya se les pide mucho esfuerzo. Eso es verdad, yo lo reconozco y sé que es duro. Pero hay gente a la que ya es imposible pedirle ningún esfuerzo. Nosotros podíamos no haber subido las pensiones o incluso bajarlas o podíamos haber reducido las aportaciones a las personas que están desempleadas o podíamos haber subido el IVA. Lo que pasa es que, claro, la subida del IVA, aparte de que iba a suponer una subida de los precios, afectaba a todos por igual. Un café paga el mismo IVA lo tome una persona con una renta que otra persona con una renta infinitamente superior. Y por eso optamos por el IRPF, rentas del ahorro y también rentas del capital. Pero dentro del IRPF no tratamos igual a todos los contribuyentes. Es decir, hay aproximadamente 18 o 19 millones de personas en España que pagan IRPF; hay seis millones a los que esta subida no les afecta para nada; hay otros seis millones a los que les afecta muy poquito. Y hay siete millones de personas, las de rentas más altas, a las que les afecta más. Por poner un ejemplo: a una persona casada que gana 20.000 euros brutos al año, aproximadamente unos 1.400 o 1.500 euros al mes contando las pagas extraordinarias, esto le va a suponer 27 euros al año. Y sin embargo a una persona, que en lugar de ganar 20.000 gana 200.000 euros al año, también casada y con dos hijos, eso le va a suponer unos 8.500 euros al año, unos 700 euros al mes. Es decir, que es equitativo. (...) Y lo mismo ocurre con las rentas de capital. Es decir, si usted tiene unos dividendos de su cuenta bancaria. Si a usted le dan 200 euros de dividendo al año, va a pagar cuatro o cinco euros de más. Si usted recibe 6.000 euros de dividendo, va a pagar unos 280 o 300 más, y si recibe más de 20.000, las cantidades son mucho mayores. Es una subida que no es agradable, que es dura, pero que, insisto, es por dos años pero creo que sí es justa y creo que sí es equitativa.

Ya que está usted hablando de impuestos ¿va a subir este Gobierno el IVA?

Si nosotros hubiésemos pensado que era absolutamente imprescindible subir el IVA, lo habríamos hecho. Nosotros pensamos que era imprescindible, necesario y además urgente subir el impuesto de la renta y por eso lo hicimos. Por tanto, si hubiéramos pensado que era preciso subir el IVA, no nos habría temblado la mano a la hora de hacerlo. Y luego, evidentemente, se lo íbamos a explicar a la gente. Y no lo hemos hecho por dos razones. Primero porque el IVA afecta por igual a todo el mundo. Y segundo, por una razón, claro, que también es muy importante, que una subida del IVA supone inmediatamente un aumento de los precios, un aumento de la tarifa de la luz, por ejemplo, y un aumento de todos los productos que consumen los ciudadanos. No nos parecía lo más justo ni lo más equitativo. Sabemos que hay gente que opina de diferente manera, que creen que hay que subir el IVA, bajar las cotizaciones sociales, no tocar el impuesto de la renta... hay muchas opiniones. Nosotros, como es natural, lo pensamos, le hemos dado vueltas, y creíamos que lo mejor para la economía y, sobre todo, lo que era más justo y equitativo, era hacerlo. Por tanto, no está en nuestras previsiones subir el impuesto sobre el valor añadido.

¿Qué aportan usted y su Gobierno a los mercados y a dirigentes como Obama, Merkel o Sarkozy que no aportara con sus medidas el Gobierno de Zapatero?

Nosotros yo creo que aportamos, mi gobierno, una historia, en primer lugar. Nosotros llegamos al gobierno la primera vez que estuvimos, me refiero a mi partido, el PP, en el año 1996. Y había un déficit público en España muy elevado, no tanto como ahora, pero muy elevado, casi del 7%. Teníamos que entrar en el euro y para eso teníamos que reducir el déficit público al 3%. La sociedad española hizo entonces un gran esfuerzo y logramos entrar en el euro y cuando abandonamos el gobierno dejamos las cuentas públicas en equilibrio: no gastábamos más de lo que ingresamos, que ese es el objetivo al que hay que tender, y que vale para un gobierno, para una familia, para una empresa y para cualquiera. Por tanto, aportamos nuestra historia. Aportamos convicción. Nosotros reducimos el déficit público no porque lo mande Europa, sino porque hemos entrado en el euro y hemos pactado en Europa que no se puede gastar lo que no se tiene. Yo creo profundamente en eso. Es decir, no es normal que nosotros en el año pasado, en 2011, hayamos gastado 15 billones de las antiguas pesetas, 90.000 millones de euros, más de lo que ingresamos. Así no se puede vivir mucho tiempo, porque llega un momento que no puedes devolver lo que debes y que no te prestan. Y luego creo que aportamos a los mercados, y al resto de países, a todos los que nos tienen que financiar nuestra deuda, aportamos una mayoría sólida, que los españoles han apoyado, que es para 4 años y la estabilidad política es muy importante para que la gente recupere la confianza económica en nuestro país. Pero si me dice: lo más importante... Nuestra firme y decidida voluntad de ir a un modelo en el cual las administraciones públicas no gasten lo que no tienen.

¿Por qué no ha nombrado un vicepresidente económico?

Bueno, ese es un asunto sobre el que efectivamente se ha hablado mucho. Se lo voy a decir con meridiana claridad: el objetivo fundamental en España, no para este año ni para el que viene, sino para este año, para el que viene y para el que viene y para el que viene, es terminar con esa terrible cifra detrás de la cual se esconden muchos seres humanos, más de 5 millones de españoles que quieren trabajar y no pueden. Por tanto la economía es lo más importante y yo he querido dar una señal dentro de España y fuera de España de que aquí hay un presidente del Gobierno que va a dar la cara y no se va a esconder y que, por tanto, asume la presidencia de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos del Gobierno, donde se toman las grandes decisiones, y además hay un secretario que es el jefe de la oficina económica del Gobierno. Ésa es la razón fundamental y además he querido nombrar un equipo muy económico. Yo tengo un ministro de Economía que es una persona experta, que conoce bien los mercados, que se ha movido mucho por el mundo, que ha sido en su día secretario de Economía hace algunos años. Tengo un ministro de Hacienda y Administraciones Públicas que ha sido ministro de Hacienda en su día, y que también ha sido en su día secretario de Estado de Economía, eurodiputado y que conoce muy bien cómo funcionan los resortes económicos. Tengo una ministra de Trabajo que lleva varios años en el Parlamento nacional, llevando temas económicos y laborales. Tengo un ministro de Industria, que es un técnico comercial del Estado, que también ha estado destinado fuera de España, que conoce muy bien cómo funcionan las cosas. Tengo un ministro de Asuntos Exteriores con un perfil absolutamente económico, que es inspector de Finanzas del Estado, una persona que lleva más de 10 años en el Parlamento Europeo donde es portavoz de Economía del PP. Yo quiero que este Gobierno sea, sobre todo y ante todo, que responda al reto más importante que tiene España en estos momentos que es crear empleo, que haya crecimiento económico y que mantenga el Estado de bienestar.

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, dijo que estamos "en el inicio del inicio" en cuanto a medidas económicas se refiere. ¿Qué otras medidas nos esperan?

Hemos tomado ya algunas decisiones importantes. Pero todo esto era necesario hacerlo, pero todo esto no es suficiente. Y en los próximos tiempos sí hay que tomar algunas medidas. Voy a intentar resumirle algunas cosas que queremos hacer. La primera, tenemos que seguir reduciendo el déficit público. Esa es una prioridad capital si queremos que nos den dinero fuerte, porque si no, corremos el serio riesgo de que no nos lo den o de estar pagando cifras astronómicas... Por tanto, en los Presupuestos del Estado, que los presentaremos antes del 31 de marzo volveremos hacer una reducción del gasto público. Pero además vamos a reunir pronto, este mes, en el Consejo de Política Fiscal a las comunidades autónomas, también nos reuniremos con las corporaciones locales a los efectos de decirles que todos tienen que apretarse el cinturón, como ya lo han hecho en España las familias y las empresas. Vamos a presentar, en el plazo máximo de un mes desde el día de hoy, una ley de estabilidad presupuestaria que fije techo de gasto y de endeudamiento que no podrán sobrepasar ni el Estado ni las comunidades autónomas. Por tanto, esas van a ser las primeras para atajar el déficit público, recuperar credibilidad y poder financiarnos. En segundo lugar, en este primer trimestre, presentaremos también una reforma del mercado laboral español, una reforma estructural muy importante, con el objetivo de crear empleo. En tercer lugar, en este primer trimestre, pronto, antes del 15 de febrero, vamos a establecer un plan para la reestructuración del sistema financiero. Un plan que va a obligar al saneamiento de las entidades financieras, a su transparencia y a un nuevo proceso de fusiones de entidades financieras en España para que las que haya sean de buen tamaño, sean solventes y, sobre todo, para que vuelvan a dar crédito a las pequeñas y medianas empresa y a las familias, sin lo cual no habrá recuperación. No habrá un banco malo en España, y estableceremos un procedimiento que no sea gravoso para el contribuyente. Por tanto, esas son medidas que tenemos en marcha ahora, que haremos todas en el primer trimestre. Y también rápidamente y desde luego antes de que termine este periodo de sesiones; es decir, en el primer semestre de este año, haremos una norma para ayudar a las pymes, a los emprendedores -que dan trabajo al 80% de las personas que trabajan en nuestro país-, a que las cosas les sean mas fáciles. Ahí sí vamos a hacer algunas cosas desde el punto de vista fiscal para ayudarles a que creen empleo y generen bienestar y riqueza. Esas son las prioridades. Hay muchas más pero esos son los compromisos para los próximos tres meses.

¿Está en peligro el Estado del bienestar tal y como lo hemos conocido hasta ahora?

No. Yo creo profundamente en el Estado del bienestar, yo creo en un sistema de pensiones como el que hay (ocho millones de pensionistas hay hoy en nuestro país), creo en un sistema sanitario como el que tenemos en España, universal, público y gratuito; creo en un sistema educativo como el que tenemos, creo que hay que mejorarlo.. Pero creo que podemos estar orgullosos de nuestro sistema de pensiones, de nuestro sistema sanitario público y de nuestro sistema educativo. Lo que pasa es que para poder mantener eso, que cuesta muchísimo dinero, se necesita que el Estado tenga ingresos. Es decir, la sanidad pública cuesta mucho, y la educación, y las pensiones... Es la primera partida del presupuesto con una gran diferencia. Para eso se necesita dinero y para eso se necesita que haya crecimiento económico y empleo. La clave es generar empleo, porque si hay mucha gente trabajando, hay mucha gente que paga el impuesto de la renta, y esa gente que trabaja, consume y, por tanto, paga el IVA, y paga impuestos especiales... Y esa gente que trabaja cotiza a la Seguridad Social y por eso hay más dinero y, por tanto, se puede mantener y mejorar el sistema de pensiones. Por eso la clave es crear empleo y por eso, para mantener el Estado del bienestar y mejorarlo es fundamental otra política económica con los pilares a los que antes hice referencia. Primero, no gastando lo que no tienes: el déficit. Segundo, haciendo reformas como la laboral y como la energética, que también la vamos a poner en marcha con la mayor celeridad posible -hoy tenemos una deuda de más de 20.000 millones, en la energía-, como la reforma educativa, la reforma de los emprendedores o la reestructuración del sistema financiero. Por lo tanto, el Estado del bienestar no está en peligro, pero para mantenerlo y para mejorarlo tenemos que crear empleo y hacer una política económica distinta.

¿Qué expectativas tiene, señor presidente, sobre la reforma laboral y las conversaciones entre los sindicatos y la patronal que se están produciendo en estos días?

Yo quiero una reforma laboral por acuerdo entre las partes. Me he reunido con el secretario general de la UGT, con el secretario general de CCOO y con los representantes de la CEOE. Y les pedí que hicieran un esfuerzo para que en los primeros 15 días de enero nos dieran su opinión y buscaran un acuerdo sobre una serie de puntos, que yo se los expliqué, que a mi me parecían capitales. Yo no se en que terminarán esas conversaciones. Supongo que llegarán a algunos acuerdos en algunos temas y en otros no. Yo tendré en cuenta los acuerdos a los que lleguen las organizaciones empresariales y sindicales, porque creo en ese procedimiento. Pero también tengo que decir que, en aquellos temas en los que no haya acuerdo, el Gobierno hará aquello que crea que es mejor para el interés general de los españoles y sobre todo para la mayor prioridad que tiene en este momento nuestro país, que es la creación de empleo. La reforma laboral es hoy una necesidad.