EL CAIRO. Las fuentes aseguraron que la mayor parte de las víctimas se registró en la provincia de Rif Damasco: cuatro personas fallecieron en la ciudad de Harasta, mientras que una persona murió respectivamente en las localidades de Qadsiya, Al Zabadani y Al Damir.

Otras cinco personas perdieron la vida en la provincia de Hama, en el centro del país; seis, entre ellas tres soldados desertores, en la de Homs (centro), y otra más en Idleb (noroeste).

La fuente precisó que los tres soldados fueron abatidos por las fuerzas de seguridad sirias en la ciudad de Rastan por rechazar disparar contra los manifestantes.

Mientras continúa la represión, hoy se celebran, como cada viernes, protestas populares que piden la caída del régimen de Al Asad, sobre todo en las provincias de Hama y Rif Damasco y en las afueras de la capital.

Los CCL indicaron que las fuerzas de seguridad sirias respondieron con la fuerza a varias de esas manifestaciones, como en Kafer Auid, en la provincia de Idleb, donde la policía disparó contra los participantes para dispersarlos.

Las fuerzas de Al Asad dispararon también contra los manifestantes en el barrio Nahr Aicha, en Damasco, según las fuentes.

En la provincia de Deraa, las fuerzas del orden leales al régimen cercaron la mayoría de las mezquitas de la ciudad de Anjel para impedir que los ciudadanos protestasen después de la oración musulmana del viernes.

Esta nueva jornada de represión coincide con un atentado en el barrio de Al Midan, en el centro de Damasco, que causó 11 muertos confirmados y "decenas de cuerpos mutilados", según dijo a Efe el ministro sirio del Interior, Mohamed Shaar.

La fuente agregó que el atentado, perpetrado por un terrorista suicida que detonó una carga explosiva que llevaba encima, tenía como objetivo un autobús que transportaba a miembros de las fuerzas de seguridad sirias.

La violencia no se detiene en Siria, pese a la presencia en su territorio desde hace dos semanas de una misión de observadores de la Liga Árabe que pretende comprobar si Damasco cesó los actos violentos contra los civiles.

Según la ONU, más de 5.000 personas han perdido la vida en Siria desde que comenzaron las protestas contra el régimen de Al Asad el pasado marzo.