vitoria. Por primera vez desde que en 2006 se reunieran en el hotel Amara de San Sebastián, el ahora lehendakari Patxi López y el representante de la izquierda abertzale Rufi Etxebarria se vieron ayer de nuevo las caras prácticamente con el mismo orden del día de entonces, pero con una diferencia importante, que la de ayer era una reunión institucional; y una crucial, que el cese definitivo de ETA es ya un hecho y no un punto que tratar sobre la mesa. Acompañado de Pello Urizar y Oskar Matute como las otras dos patas de Bildu -aunque Matute insistió en que comparecían cada cual en representación de su propia formación- Etxeberria trasladó al lehendakari la necesidad de abordar desde ya las causas del conflicto político con Sortu en situación legal. En la parte que le toca a López, Etxeberria le pidió que inicie conversaciones con el Gobierno de Navarra y que facilite la creación de una mesa de partidos que Ajuria Enea rechaza de plano.
La delegación de Bildu, a la que esperaban decenas de medios de comunicación en Lehendakaritza, trasladó al lehendakari su compromiso con la Declaración de Aiete, un compendio de cinco puntos oficializado no hace ni dos semanas pero sobre el que se viene trabajando en Euskadi desde hace ya varios años.
Tanto Urizar como Matute y Etxeberria explicaron a López que una vez cumplido el punto primero, el cese de ETA, toca abordar el segundo, el diálogo técnico entre la banda y los gobiernos español y francés para tratar sobre las consecuencias del conflicto, es decir, dar una solución a los presos y exiliados y proceder al desarme de la organización.
"espacios de confianza" Los tres representantes insistieron en que ahora "la pelota está en el tejado de Madrid y París", como señaló Urizar, para quien ambos gobiernos deben responder afirmativamente al llamamiento de ETA para emprender esos contactos. Según el líder de EA, la "experiencia de otros conflictos" les ha enseñado que cuanto antes se trabaje en esas "consecuencias" más pronto se generarán los "espacios de confianza" necesarios para entrar a tratar el tercer punto de la declaración, el del reconocimiento y compensación a todas las víctimas.
"Las víctimas no lo son porque lo hayan querido, necesitan justicia y verdad, pero todas, y tendremos que implicarnos todos para que no las haya de primera y de segunda", señaló Urizar. Etxeberria, en representación de una izquierda abertzale a la que se le urge a tener un gesto con los damnificados por ETA, señaló que los partidos vascos deberán consensuar una "valoración conjunta" sobre el daño causado en todos estos años. "Hay que hacer una valoración global de estos cincuenta años en los que ha habido más de 1.200 víctimas, se tiene que buscar la verdad y la reparación y cada parte tiene que asumir que se ha generado un mal", afirmó el líder abertzale.
Tras el reconocimiento a las víctimas, la Declaración de Aiete entra en lo que para la izquierda abertzale es la miga de todo este proceso, el abordaje de las causas del conflicto con consulta a la ciudadanía y tutela internacional incluidas. Etxeberria considera que "el fin del ciclo armado pone suficientes condiciones" para crear una mesa de partidos en la que la izquierda abertzale defenderá el derecho a decidir, e iniciar una nueva relación entre instituciones. "Tanto los gobiernos como los parlamentos de la CAV y de Navarra deben desempeñar una labor esencial", señaló Etxeberria, quien pidió a López que inicie una "dinámica bilateral" con el Ejecutivo de Yolanda Barcina para "trabajar vías e instrumentos", y emplazó a las cámaras vasca y foral a trabajar juntas, con la presencia de la izquierda abertzale como "condición previa". Para ello es necesario, dijo Etxeberria, la legalización de Sortu "a corto plazo". Por último, el portavoz de la izquierda abertzale confió en que "el trabajo en común entre las fuerzas políticas posibilitará puntos de encuentro", pese a que la respuesta de López a sus propuestas fue ayer contundente y clarificadora sobre la enorme distancia que, a día de hoy y al menos de forma pública, separa los anhelos y las planes de futuro de unos y otros.
"Son las instituciones democráticas el lugar apropiado para presentar y discutir las diferentes opciones de los partidos políticos", respondió el lehendakari en una nota en la que afeaba a la izquierda abertzale que pida a las instituciones asumir "las premuras de su propia agenda" cuando "durante más de dos años ha requerido a los demás autonomía para marcar sus propios ritmos".
Así pues, el Gobierno Vasco rechaza cualquier vía política que se salga de los actuales cauces institucionales, y especialmente reniega de la mesa de partidos que Etxeberria considera esencial, aunque ambos convergen en un análisis. "Las prisas son malas consejeras, y más en una situación de contienda electoral", decía López, mientras que su interlocutor admitía que éste "no es el mejor momento", y que quizá sea más apropiado entrar en materia "después del 20-N".
López también coincide con Etxeberria en que se ha abierto un nuevo tiempo político que ha permitido abrir las puerta de la Lehendakaritza a la izquierda abertzale, pero le dijo a esta sensibilidad política que tiene "una gran deuda con la sociedad vasca y que el único conflicto en el País Vasco ha sido la existencia de ETA". El máximo representante institucional vasco exigió a la izquierda abertzale que reconozca "la verdad de lo que ha sucedido" así como el daño causado, que así lo refleje en las instituciones que gobierna, y que acepte la pluralidad política y renuncie a "la concepción totalitaria que ha mantenido hasta ahora".
reunión con ELA López también se reunió ayer con el secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, quien reclamó al lehendakari, "pasos en relación a los derechos humanos, desterrar la doctrina Parot, humanizar la política penitenciaria, y restaurar los derechos a todas las víctimas".