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Madrid reconoce el paso "inédito" de los presos pero se mantiene a la espera de ETA
BILBAO. Veinticuatro horas después de que el Colectivo de Presos Políticos Vascos se sumara al Acuerdo de Gernika, el Gobierno español optó ayer por dar la de cal y la de arena. Después de que que el comunicado de los reclusos, remitido anteayer a Gara y Berria, pusiera sobre la mesa el compromiso con un texto que cumple hoy su primer aniversario y que postula la necesidad de que ETA ponga fin a la estrategia violenta con carácter definitivo, el PSOE reconoció el carácter "inédito" del paso, aunque dejó claro que, a su juicio, no es "el paso" que espera la sociedad, y que pasaría por que sea la propia organización armada quien anuncie que baja la persiana. En este sentido, la apuesta de los 900 presos por otear un horizonte en ausencia de violencia con carácter irreversible pasa por ser el anuncio más parecido a ese comunicado de cese definitivo de ETA, una organización que, según diversas fuentes y estimaciones, contaría con cerca de un centenar de activistas en la calle, frente al nutrido grupo de reclusos que ha decidido pronunciarse.
Volviendo a hacer gala de un optimismo moderado, únicamente quebrado por un PP que ha concedido escaso valor al posicionamiento de las cárceles -el presidente del PP de la CAV Antonio Basagoiti aseguró que "ningún demócrata puede conformarse con algo que no sea la disolución incondicional de ETA"-, el socialismo no abrió el tarro de las esencias sobre los cambios en la política penitenciaria o la legalización de Sortu. Dos campos de actuación que ha ligado indefectiblemente al adiós de ETA, y no a sucedáneos como podría ser, a su entender, el pronunciamiento de los presos, en el que no se sella el final de la organización. En cualquier caso, no cabría cerrar la puerta de los avances, ya que el propio PP ha cargado contra Zapatero por los beneficios penitenciarios aplicados a determinados presos. Ahora que el colectivo se posiciona en bloque a favor de un proceso democrático, el PSOE podría dar el paso y aplicar beneficios a gran escala -la amnistía total que también reclama el EPPK en su texto-, aunque de momento no parezca que tal medida figure en su ánimo.
El presidente del EBB del PNV Iñigo Urkullu, por su parte, puso en valor que la decisión "hace más irreversible el planteamiento que ETA debe hacer de manera clara y nítida ante la sociedad: el cese definitivo". El burukide no perdió de vista el peso de los presos en el seno del MLNV -una circunstancia que podría forzar a ETA a dejar la violencia, toda vez que su adhesión al texto de Gernika aleja la posibilidad de un retorno a las armas-, ni la posibilidad de que desbloqueen el conflicto arrastrando a Madrid a posturas más posibilistas, pero también pidió a la izquierda abertzale que dé pasos independientemente de lo que decida el Estado, y que no "caiga en la tentación" de convertir en bilateral un proceso que presentó como unilateral. "Es la izquierda abertzale la que tiene que dar los pasos, y no puede poner las pelotas en los tejados de los demás", recalcó, para añadir a renglón seguido que el sector político "se lo debe a la sociedad vasca".
No obstante, Urkullu, que ha exprimido su interlocución con Zapatero para convencerle de que aproveche el nuevo tiempo que se abre para la paz -la propia izquierda abertzale histórica habría pedido al PNV que posibilitara que el socialista acabara la legislatura-, quiso también dirigirse al Gobierno español para recordar que una política penitenciaria más flexible puede allanar el camino, Además, pidió al PP que asuma el nuevo tiempo. "No puede estar condicionando la disposición del PSOE, utilizando el sufrimiento de las víctimas y sacándolas a la calle con un objetivo partidario", insistió.
El portavoz del Gobierno español José Blanco se encargó de fijar la postura de Moncloa al calificar su comunicado de "inédito" -la expresión que más se repitió entre el socialismo-, si bien consideró que "no es definitivo" porque no anuncia el final de ETA. "Es un paso importante, relevante, pero no el que toda la sociedad y el Gobierno deseaban, porque no es definitivo ni es el que anuncia el final de ETA", se limitó a subrayar.
"inmovilismo" El candidato a ocupar el sillón de Zapatero, Alfredo Pérez Rubalcaba, por su parte, interpretó que "estamos más cerca del final de ETA", aunque recalcó que ni todo "se acabó" ni "no ha pasado nada", si bien coincidió en calificar el texto de "inédito". El ministro de Justicia, Francisco Caamaño, asimismo, sostuvo que "quedan todavía muchos pasos que dar, pero lo bueno de todo esto es poner en valor que, desde hace algún tiempo, están caminando en la buena dirección". Bildu, asimismo, mostró su confianza en que la sociedad vasca pueda conseguir progresivamente que el Estado "salga de su inmovilismo, deje de poner obstáculos al proceso, y dé también los pasos que le reclama la ciudadanía". Así lo hizo saber en un comunicado donde calificó la decisión de los presos de "aportación en positivo al proceso de pacificación y normalización política abierto en Euskal Herria".