vitoria. Los tiempos cambian pero, a veces, las cosas de palacio van despacio y los avances no llegan a la velocidad esperada. Es el caso de la igualdad entre sexos que, a fuerza de esfuerzos continuos, comienza a ser una verdad instaurada en la conciencia de la sociedad, pero no tanto en la práctica. Así lo demuestra, al menos, el último estudio sobre el uso social del tiempo con perspectiva de género realizado por el Ayuntamiento de Vitoria.
El documento revela, no obstante, buenas y malas noticias en materia de equidad. Las peores son las que demuestran que las alavesas siguen siendo las principales encargadas de las labores del hogar y del cuidado de personas con respecto a los hombres. Y es que, las mujeres del territorio emplean al día 110 minutos más de media que sus parejas en estos menesteres. Esta distancia se hace todavía más evidente entre semana cuando las cargas domésticas les ocupa 118 minutos diarios más que a los hombres. Este dato resulta significativo si se enfrenta a otro resultado que arroja el informe. Porque ¿a qué dedica el hombre el tiempo que su pareja emplea en elaborar comidas, limpiar y comprar?
La respuesta está en el trabajo y la formación. Y es que, ellos invierten 113 minutos más que las mujeres entre semana a estos fines. Estas distancias se acortan en el fin de semana. Pero, a pesar de ello, las chicas siempre realizan más labores en el hogar. Sin ir más lejos, los sábados la distancia de ocupación en el trabajo y la formación cae a 24 minutos, mientras que las mujeres siguen dedicando 110 minutos más que ellos en casa y los domingos, 79.
Esta circunstancia lleva a que ellas tengan menos tiempo para dedicar a otras actividades. Y es por esta causa, precisamente, que también se ve que los alaveses disfrutan de mayor espacio para el ocio, sobre todo, en el fin de semana. Mientras ellas realizan compras, limpieza o cuidan de otras personas del entorno, ellos se centran en hacer deporte, asistir a espectáculos o cumplir con aficiones. De hecho, mientras que su mayor entrega a tareas laborales le lleva a que la diferencia entre semana sea de 22 minutos, la menor dedicación a estas obligaciones en fin de semana favorece que los sábados esta distancia se amplíe a una hora y los domingos a 28 minutos.
Y aunque la feminización en las cargas domésticas y familiares y la masculinización laboral y de formación parece evidente, la buena noticia para la paridad llega de la pauta observada durante los últimos años. Y es que desde 1993, año en el que comenzó a editarse este tipo de estudios basados en los datos facilitados por el Eustat, la diferencia entre ambos sexos ha disminuido considerablemente. Así las cosas, la mayor contribución del hombre en las tareas del hogar y la equiparación en labores como el juego e instrucción de los niños ha llevado a que la diferencia en estos menesteres haya pasado de los 182 minutos de diferencia de ese ejercicio a los 110 diarios del último estudio. Lo mismo sucede en el caso del trabajo y la formación. Pese a que ellos conservan una ventaja de 81 minutos diarios en este apartado, hace casi cuatro décadas, la diferencia superaba las dos horas.
Este cambio es fruto del perfil de una nueva sociedad que busca la paridad entre sexos y en la que la integración de la mujer en el mundo laboral y el cambio de filosofía en el rol del hombre en la vida familiar ha llevado a que la distribución de los tiempos sea distinta. Esto también se ve en otros aspectos reflejados en el estudio. Por ejemplo, en la reducción del tiempo empleado en la vida social. Y es que el nuevo estilo de vida lleva a que el trabajo de los dos cabezas de familia unido al resto de labores del hogar y los añadidos a los hijos hayan provocado hasta una disminución de 37 minutos de media en este apartado desde 1993, lo que señala a una disminución de la calidad de vida en este aspecto.
Todo lo contrario a lo que sucede en las labores de compra y gestiones, donde también se ha comprobado una menor inversión de tiempo. Esto se debe fundamentalmente a la implantación de grandes superficies con aparcamiento propio donde se concentran un amplio número de servicios que facilitan y agilizan estas acciones.