Vitoria. "La voluntad expresada por ETA para la superación definitiva de la confrontación armada permite abordar un proceso para acordar todo lo relativo a la liberación de los presos y la vuelta de los refugiados, así como al desmantelamiento de las estructuras militares de la organización". Así de claro se expresó ayer el portavoz de la izquierda abertzale antes representada por Batasuna, Txelui Moreno, que con sus palabras puso por primera vez negro sobre blanco la asunción por parte de la actual vanguardia del MLNV -la política que abanderan los posibilistas- de que el proceso que finalmente se ponga en marcha al calor del alto el fuego "general, permanente y verificable" decretado por ETA desemboque en el definitivo "desmantelamiento" de la amenaza violenta.

La izquierda abertzale tradicional refuerza paso a paso su apuesta por contribuir a que por fin desaparezca una lucha armada que incluso el propio Arnaldo Otegi reconoció que "sobra y estorba", como ya le ha reconocido incluso el Ejecutivo socialista de Patxi López. Sin embargo, pese a que estratégicamente entiende que este proceso debe responder a un impulso "unilateral" de ETA -sabedor del escarmiento que supuso para todos los implicados el final que esta organización dio a los últimos procesos-, este sector mira aún a los ejecutivos español y francés para que también den pasos que consoliden este nuevo tiempo. En parte porque ETA parece resistirse a dar más sin comprobar que no están cayendo en saco roto, en parte por no olvidar unas raíces que los sectores más duros guardan, vigilando con ojo crítico la deriva de su dirección.

"Dos referencias claves" En este sentido, Moreno recuperó algunas de las que Rubalcaba bautizó como "cuestiones técnicas" durante el proceso de Loiola y, si bien no las presentó como objeto de una negociación entre el Estado y ETA, sí las puso sobre la mesa como las dos "referencias claves" llamadas a hacer posible "avanzar en el proceso de normalización": por un lado, la legalización de Sortu, por otro, "la desactivación urgente de la criminal política penitenciaria" que, a su juicio, "es una de las muestras más hirientes de la estrategia de bloqueo y represión" de Madrid y París.

Así, fijadas las "claves", Moreno instó "a todos los agentes" a "implicarse desde ya" para "recorrer el camino hacia una solución integral al conflicto político" que desenquiste a su vez el definitivo adiós de ETA. El llamamiento del dirigente abertzale sonó a la enésima apelación a que el Gobierno active una verificación formal del alto el fuego de ETA que, sin embargo, todo parece indicar que deberá esperar hasta después de la cita con las urnas.