Vitoria. Con la resaca que en la gente de a pie ha dejado la publicación de los bienes y patrimonios de los diputados y senadores, Ramón Jáuregui (Donostia, 1948) recibió ayer a este diario en la delegación del Gobierno español en Gasteiz. Cercano, sin esquivar ninguna pregunta y con vocación de explicar por qué el Gabinete de Zapatero ha tenido que improvisar una nueva reforma -esta vez retocando la Carta Magna-, el ministro de la Presidencia defiende por igual a su actual jefe en La Moncloa y a su sucesor al frente del PSOE.

¿Se ha sorprendido al ver alguna de las declaraciónes de bienes y patrimonios de sus colegas?

No, me parecen patrimonios construidos a lo largo de una vida o por circunstancias muy especiales, que no producen sorpresa y que me parecen respetables. Lo que sí creo que es exigible es transparencia y honradez, que los ciudadanos puedan saber qué tenemos al principio y al final de un cargo público.

Algunos ciudadanos sospechan de algunos patrimonios...

Si se han obtenido honradamente, no tengo nada que decir.

¿Ha merecido la pena contentar a los mercados en detrimento del consenso constitucional?

No hemos acabado con ningún consenso. Es más rupturista reivindicar la autodeterminación, eso sí es pretender cambiar los consensos. El artículo 135 no rompe nada, y lamento que el PNV y CiU no hayan estado a la altura.

La bolsa y la prima de riesgo no se han dado por aludidas...

No podemos evaluar los mercados por un día, lo que importa es que estamos salvando el euro y Europa, atención a lo que digo. Probablemente, el tiempo va a demostrar que estas medidas son las que han hecho posible que una moneda común de diecisiete países pueda ser sólida.

¿No hubiese sido mejor poner una urna más el 20-N y someterlo a referéndum, además de buscar el consenso del resto de fuerzas? ¿Era tan inmediata la necesidad?

Sí, porque las urgencias las marcan los tiempos y los acontecimientos van muy rápidos.

¿Habrá más reformas antes de que acabe la legislatura?

No, que yo sepa no hay previstas más. Nuestra previsión es que, aunque los planes se están haciendo más difíciles en este final de año, nuestro propósito es cumplir las previsiones.

Su partido y el PP no han dado margen a las peticiones del resto de formaciones. Estos les acusan de aplicar el rodillo.

La fórmula es que se hubieran incorporado al acuerdo, que era lo más lógico, porque esta era una reforma imprescindible. Otra cosa es que, de paso, PNV y CiU hayan metido en el debate la autodeterminación y el Concierto Económico catalán.

Entonces, ¿ve algo de oportunismo en las enmiendas que ha presentado el PNV?

Sí, son absolutamente electoralistas. Forman parte de un escenario preelectoral de disputa entre PNV y Bildu por el espacio abertzale.

Pero la Constitución, que en el pasado se presentaba como intocable, en un par de semanas se ha modificado...

A la Constitución hay que incorporarle ese dinamismo, esa flexibilidad, porque es lógico que se puedan hacer reformas puntuales. Lo que no se puede hacer es reformar los fundamentos del consenso sin los que participaron en él. Yo no puedo cambiar el título octavo o la Ley Electoral si no es con consenso.

Iñigo Urkullu ha acusado a PSOE y PP de buscar otro modelo de Estado sin los nacionalistas. ¿Es así?

Son todos mensajes para las elecciones, todo el mundo sabe que no tiene soporte, es escenario preelectoral. Yo no le doy ninguna importancia, nadie se lo cree.

¿Habrá diputados del PSOE tránsfugas que firmarán para que la reforma se someta a referéndum?

No, no los va a haber. En nuestro grupo no se va a romper la disciplina. Desgraciadamente, en este caso la consulta no puede ser directa. No podíamos aplazar la entrada en vigor de esta decisión.

¿Las diputaciones pueden estar tranquilas?

No les va a pasar absolutamente nada. En el ordenamiento jurídico español la singularidad foral está súper reconocida. Pongo la mano en el fuego para decir que no se va a alterar nada.

Se le ha reprochado a Patxi López que su postura sobre la reforma ha ido en contra de la defensa del autogobierno. ¿Cree que ha actuado como lehendakari o como secretario general del PSE?

Él, como lehendakari, ha compartido que España tiene que hacer este tipo de gestos, porque estamos todos en el mismo barco. Es un reproche totalmente injusto, López sabe que la credibilidad y solvencia de la economía española son vitales para nuestro futuro.

¿Cree que López se siente ahora más cómodo con Rubalcaba como líder del PSOE?

En ese tema yo no haría distinciones entre Zapatero y Rubalcaba, porque han sido parte del mismo Gobierno y del mismo pacto.

Después de la firma de otras tres transferencias, parece que la relación del PSOE con el PNV en Madrid no tiene nada que ver con la que estos partidos tienen en Euskadi. ¿Qué falla aquí?

Es lógico que en País Vasco el PNV ejerza la oposición. Pero en la política española, el PNV ha encontrado un espacio y lo ha ejercido con enorme responsabilidad. Ha habido una corriente de fondo de entendimiento político, más allá de las leyes que hemos pactado, en relación con la paz, que hacen muy comprensible la actitud que el Gobierno central ha mantenido con el PNV en estos años.

Si Rajoy no logra mayoría absoluta, ¿ve más cerca al PNV de pactar con Rubalcaba?

Creo que el PNV se entendería mejor con Rubalcaba, es más fácil de entenderse con él que con Rajoy.

¿Electoralmente para el PSOE es rentable que Zapatero participe en la campaña?

Zapatero va a seguir ejerciendo su función como presidente del Gobierno hasta el último día.

¿Pero Rubalcaba va a esconder a Zapatero durante la campaña?

La campaña la hará lógicamente el candidato.

¿Cómo cree que se recordará a Zapatero con el paso del tiempo?

La historia le pondrá en su lugar. Pero se le recordará como un hombre muy auténtico, valiente, que renovó la política, y que vivió tiempos muy tormentosos, pero que salvó el barco.