madrid. El PSOE y el PP expresaron ayer su satisfacción por el pacto alcanzado para reformar la Constitución y están abiertos a que se sumen el resto de las fuerzas parlamentarias, especialmente CiU, siempre y cuando no se desnaturalice el contenido fundamental del acuerdo.

Y es que, después de intensas y largas negociaciones, socialistas y populares lograron en la madrugada del viernes cerrar un pacto para reformar la Carta Magna antes de que se disuelvan las Cortes, el 27 de septiembre, que establece una disciplina de equilibrio presupuestario de las administraciones públicas.

Junto a ello, las dos fuerzas mayoritarias han pactado un documento marco para una futura ley orgánica, que fijará en un 0,4% el déficit estructural global máximo del conjunto de las administraciones públicas a partir de 2020.

Una vez que han alcanzado un acuerdo, que desde el Gobierno se considera bueno para los intereses de España, el candidato socialista a la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, y la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, mostraron su deseo de ampliar al máximo el consenso con el resto de grupos.

Rubalcaba, quien descartó un referéndum para ratificar la reforma e invitó a los críticos del PSOE a leerse el texto, se mostró flexible a negociar con otros partidos la reforma pactada con el PP para consagrar en la Constitución la estabilidad presupuestaria, pero advirtió de que no está dispuesto a desnaturalizar el acuerdo. Una opinión compartida por la portavoz del PP, quien dejó claro que se ha llegado a un principio de acuerdo que "debe preservarse".

el papel de rubalcaba Sáenz de Santamaría quiso también restar protagonismo a Rubalcaba en las negociaciones e insistió en que las han llevado directamente el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy. Ante esas palabras, el candidato socialista subrayó que él es el líder del PSOE y que la idea de sacar de la Carta Magna la cifra concreta de déficit ha sido suya.

El portavoz del Ejecutivo y vicesecretario general de los socialistas, José Blanco, dijo que el papel de Rubalcaba ha sido "el que corresponde al líder del PSOE", que es fijar la posición del partido en la negociación, antes de negar "tajantemente" que la reforma obedezca a una imposición del BCE.

Desde el Gobierno, el vicepresidente de Política Territorial, Manuel Chaves, dijo que el acuerdo era "necesario, oportuno y magnífico para España", en tanto que el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, opinó que dará más credibilidad a la economía española.

La redacción final del acuerdo aplacó los ánimos en las filas socialistas, tras el malestar expresado en las últimas horas por varios dirigentes y diputados del partido, disconformes con fijar un techo de déficit exacto en un texto tan rígido como la Constitución.

No convenció, sin embargo, al ex secretario general de CCOO y diputado del PSOE por Madrid, Antonio Gutiérrez, que seguirá oponiéndose, y al líder de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, le parecía que los españoles están ya "un poco cansados" de que los poderes públicos envíen mensajes a los mercados.

ejecutiva socialista Con el fin de explicar a todos sus cuadros las razones que han llevado a la urgencia de esta reforma, el PSOE reunirá el próximo lunes a su Ejecutiva, a los barones territoriales del partido y al grupo parlamentario, en una jornada maratoniana que se celebrará la víspera de que el Congreso tome en consideración la propuesta. Otras fuerzas políticas como IU, ICV, BNG o UPyD insistieron ayer en su idea de que se convoque un referéndum para que los ciudadanos voten en la urna la reforma de la Carta Magna.

También el portavoz parlamentario de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, quiere una consulta popular, según una carta que ha dirigido a la militancia de UDC a través de la web de su partido, en la que se pregunta sobre las prisas del Gobierno para reformar la Constitución.