Valladolid. La localidad vallisoletana de Boecillo despidió ayer con una concentración silenciosa, en medio de la emoción y el dolor, a los tres niños que murieron en este municipio, supuestamente a manos de una cuidadora, en un centro para menores discapacitados.

La Plaza de los Condes de Gamazo de esta localidad, de unos 4.000 habitantes, acogió ayer al mediodía a quienes secundaron los diez minutos de silencio convocados por el Ayuntamiento, en señal de duelo por la muerte ayer de los menores con discapacidad, de 3, 9 y 14 años.

Bajo un intenso sol asistieron a la concentración numerosos vecinos, autoridades y varias de las cuidadoras del centro de acogida de la Junta de Castilla y León, que está gestionado por la organización no gubernamental Mensajeros de la Paz.

Las cuidadoras portaron una pancarta, en la que se leía "Nuestros chicos siempre estaréis en nuestro corazón", y prefirieron no realizar declaraciones, visiblemente emocionadas.

El Ayuntamiento de esta localidad, situada a unos 12 km de Valladolid, declaró ayer tres días de luto, por unanimidad de todos los grupos políticos, y que las banderas ondeen a media asta hasta mañana, día 18.

En Pleno extraordinario, el Ayuntamiento aprobó una declaración institucional en la que muestra su "admiración y reconocimiento a todas aquellas personas que dedican su vida al cuidado y atención de los más necesitados".

Por otro lado, el Juzgado de Instrucción número 1 de Valladolid ordenó ayer el ingreso en prisión de la monitora de 55 años, G.L.B., como supuesta autora de la muerte de los tres menores, nacidos en Burgos, Salamanca y Guinea Ecuatorial. En concreto, el Juzgado ordenó prisión sin fianza y comunicada para la monitora, quien en su declaración manifestó que "no recuerda" lo ocurrido en el momento preciso de las muertes de los pequeños y que sólo quería morirse, según fuentes próximas al caso.

Al respecto, el psiquiatra vallisoletano Blas Bombín reconoció tener dudas de que la muerte por asfixia de los tres menores pueda enmarcarse en un triple homicidio por compasión. En cambio, conjeturó que la tragedia podría tener su origen en el denominado "síndrome del quemado", que afecta a algunas personas que cuidan de personas mayores, enfermas o discapacitadas, como el presente caso, y que "puede provocar estrés, cansancio, depresión y derivar en una alteración psicótica".

La consejera de Familia de Castilla y León, Milagros Marcos, que asistió a la concentración silenciosa frente a la Casa Consistorial, confirmó que el centro seguirá abierto y gestionado por Mensajeros de la Paz.

El responsable de esta organización benéfica, el padre Ángel, declaró a los periodistas presentes en Boecillo que las cuidadoras "están mal" y que reciben "asistencia psicológica" por parte de especialistas de la Junta.

Por último, el padre Ángel aseveró que "hay que seguir creyendo en la gente", ya que "nadie está libre de un arrebato de locura" como el que supuestamente pudo llevar a la cuidadora a acabar con la vida de estos niños discapacitados.