Así lo han confirmado a Efe fuentes penitenciarias, que han explicado que se ha hecho todo lo posible por salvar la vida del recluso, de origen marroquí y que se negaba a ingerir alimentos hasta que se revisase su condena, dictada por la Audiencia Provincial de Alicante, donde sucedieron los hechos.
Según adelanta hoy el diario Heraldo de Aragón, Tohuami Hamdaoui, de 41 años y nacido en Tamime (Marruecos), ingresó en la prisión de Alicante el 21 de febrero de 2009.
Un año más tarde, el 4 de mayo de 2010, fue trasladado a la cárcel de Teruel donde mantuvo un comportamiento totalmente normal hasta que inició una huelga de hambre de protesta el pasado mes de febrero.
En su primer mes de ayuno visitó varias veces el hospital para revisar su estado de salud que fue empeorando de forma progresiva hasta que fue ingresado definitivamente el 21 de marzo. Desde entonces y por orden judicial ha recibido alimentación forzosa aunque en ocasiones lograba arrancarse las sondas, por lo que ha sido necesario mantenerlo inmovilizado.
Durante todo este tiempo, los equipos de psicólogos del centro penitenciario y también voluntarios de Cáritas han intentado convencerle para que abandonara la huelga de hambre, aunque sin éxito.
Instituciones Penitenciarias también se puso en contacto con el Consulado de Marruecos y localizó a un hermano de Hamdaoui, que viajó a España para tratar de que entrara en razón, pero todo fue en vano.
A principios de julio, el recluso fue trasladado al hospital Miguel Servet de Zaragoza donde se le practicaron diversas pruebas médicas que solo pudieron certificar el deterioro irreversible de su estado.
Unos días después se decidió su vuelta al hospital Obispo Polanco de Teruel, donde ha alternado su estancia en una habitación de planta con ingresos en la UVI, en la que ayer falleció. El recluso negaba su participación en los hechos por lo que fue condenado, pese a que la víctima le reconoció como el autor de la agresión sexual, unos testigos le vieron en la zona y un amigo negó una de sus coartadas.
Por contra, la Audiencia de Alicante desestimó una de las pruebas a su favor, un resto de semen localizado en la cazadora que llevaba la víctima que no coincide con el ADN del condenado. No obstante, tanto la joven como su madre confesaron en el juicio que la prenda se la había prestado una amiga.