VITORIa. Al menos siete personas murieron ayer en un atentado con coche bomba en el complejo gubernamental de Oslo, al que siguió un tiroteo en un campamento de las juventudes del gobernante partido laborista en el que, según los datos oficiales, hubo otros diez muertos.

La Policía, que relacionó los dos ataques, informó de siete muertes y al menos quince heridos en la explosión ocurrida sobre las 13.20 GMT en un complejo de edificios del Gobierno situado en el centro de Oslo. Persiste la confusión, en cambio, sobre las víctimas en el campamento de las juventudes socialdemócratas (UAF) en la isla de Utoya, a 30 kilómetros de la capital, al que se esperaba que acudiera ayer el primer ministro Jens Stoltenberg. Algunos medios citaron a testigos que llegaron a hablar hasta de 20 muertos.

Según algunos medios noruegos, el objetivo del coche bomba de la capital era el ministerio de Energía y Petróleo. El edificio que alberga las oficinas del primer ministro resultó también seriamente afectado, junto con otros inmuebles vecinos, donde saltaron por los aires los cristales. Entre los inmuebles afectados se encuentra asimismo el del popular diario noruego VG, el rotativo de mayor tirada en el país. "Veo rotas las ventanas del edificio del VG y de la sede gubernamental", señaló un periodista testigo de la explosión a la radio NRK. "Hay gente con sangre en la calle". Otro testigo informó de varios heridos por la explosión. Esta misma fuente señaló que del Ministerio del Petróleo salía fuego.

Por lo que respecta al campamento de las juventudes del partido laborista, el tiroteo ocurrió sobre las 15.30, dos horas después del atentado, en unas instalaciones ocupadas por unas 560 personas en la isla de Utoya. Al parecer, un individuo, vestido de agente de policía estaría detrás de los disparos. Este incidente causó, según fuentes locales, víctimas mortales, aunque ni la policía ni el primer ministro pudieron confirmar el número. La Policía detuvo al hombre que provocó los disparos poco después del momento del ataque. Varias personas, presas por el pánico del ataque, tuvieron que abandonar la isla a nado tras el tiroteo en el campamento.

el primer ministro, a salvo Algo más de dos horas después del primer ataque, el propio Stoltenberg confirmó que tanto él como el resto de los miembros de su gabinete estaban "bien", aunque no quiso desvelar el paradero en el que se encuentran tanto él como el ministro de Petróleo por "motivos de seguridad". Por su parte, el alcalde de Oslo, hizo un llamamiento a la ciudadanía a través de un comunicado emitido por televisión para "tranquilizar" y afirmar que "todo está bajo control". Tras el tiroteo, el Ejército tomó el control de las calles de la capital noruega y pidió a la población que extreme las medidas de seguridad dentro de sus hogares.

Por último, la Policía acordonó la zona afectada por la explosió mientras se evacuaban las dependencias gubernamentales del edificio por miedo a nuevos ataques. El Gobierno noruego pidió a los habitantes de Oslo que abandonasen el centro de la ciudad.