vitoria. En materia de euskera la capital alavesa vive una situación singular. Ocho de cada diez jóvenes que residen en la ciudad entienden esta lengua, sin embargo, los niveles de uso no se corresponden con el grado de conocimiento. En este difícil camino por hallar un equilibrio surge la idea de celebrar un encuentro en Vitoria para analizar la situación de las lenguas minorizadas, observar lo que ocurre en otros lugares y partir de ahí extraer las conclusiones oportunas que sirvan para ir avanzando en el camino de la normalización.
La tarea no es fácil, pese a que la base es buena. Actualmente, la gran mayoría de los estudiantes tiene contacto con el euskera en la escuela, pero la lengua no es capaz de traspasar las paredes del centro de enseñanza. "Es una cuestión de actitud", asegura Modesto Amestoy, técnico del Servicio de Juventud de Vitoria. Precisamente, el Ayuntamiento ha encargado un trabajo sobre jóvenes y euskera, con el fin de conocer al detalle cómo perciben la lengua, los lugares donde la usan así como los problemas que se encuentran en la ciudad para poder comunicarse en ella. Se espera que el estudio pueda estar finalizado a finales de este año.
Es una de las tareas pendientes del Plan de Normalización del uso del euskera, aprobado por unanimidad en 2009, y que entre otras cosas es el que ha puesto el germen del Encuentro europeo de jóvenes hablantes de lenguas minoritarias que arranca en la ciudad este martes. "Hay que trabajar las actitudes que motivan el uso normalizado de una lengua y las condiciones que lo posibilitan, y en este sentido, el encuentro lo quiere hacer", añade Amestoy. De hecho, el último día de las jornadas, el viernes, los participantes deberán redactar una especie de declaración sobre lo que pueden aportar las personas jóvenes a estos procesos de normalización lingüística y de sostenibilidad de las lenguas.
participación de jóvenes No es, sin embargo, el único pilar sobre el que se sujeta este congreso. El Plan Joven Municipal, en vigor hasta 2012, también ha fijado unos objetivos, que pasan principalmente por dar protagonismo a las personas jóvenes, entendiendo que las políticas de juventud que se articulan desde las instituciones no tienen razón de ser sin su colaboración en todas sus fases, tanto en el diseño como en el desarrollo y la evaluación. Y así ha sido. El Consistorio lanzó una campaña de llamamiento para encontrar gente dispuesta a trabajar en tareas de organización y coordinación. Un grupo compuesto por diez personas aceptó el reto y ahora es igual de responsable que el Ayuntamiento en que este encuentro que se celebra por primera vez sea un éxito. Excepto la vertiente más académica, es decir, la contratación de los ponentes, de lo que se han encargado los técnicos municipales, los jóvenes han ideado distintas sesiones para que los participantes pueden compartir sus experiencias en torno a las lenguas minorizadas y poner en común los problemas y preocupaciones con los que se encuentran. Además, también han diseñado un completo programa de ocio que va desde visitas a la Catedral Santa María, itinerarios a pie o en bici por el anillo verde, y hasta conciertos.
De este modo, el Ayuntamiento busca también "visibilizar la participación activa y corresponsable" de los jóvenes en ámbitos y situaciones que les preocupan e interesan. En este sentido, Amestoy insiste en que hay que acabar con tópicos como los que vinculan a este colectivo con conductas de riesgo o problemas. "La juventud se implica activamente en la misma medida que lo hace el resto de la ciudadanía", añade.
En definitiva, todo está listo para que Vitoria se convierta durante la próxima semana en un verdadero laboratorio sobre lenguas minorizadas. Catalanes, gallegos, asturianos, bretones y vascos han confirmado ya su asistencia a este certamen, pero otros muchos lugares han mostrado su interés por conocer las conclusiones que se extraigan de este encuentro, con el fin de aplicarlas a sus respectivas políticas lingüísticas.