vitoria. Miguel Buen, José Antonio Pastor y, desde ayer, Txarli Prieto. La debacle electoral ha segado las cabezas de los líderes que el Partido Socialista presentó en las elecciones a las Juntas Generales del pasado 22 de mayo. Ninguno de ellos figurará en grupos forales que el PSE inaugurará en los parlamentos territoriales la próxima legislatura, una ausencia que en el caso del dirigente alavés supone el adiós a una institución donde ha ejercido de portavoz socialista en las últimas dos décadas.
El adiós al Legislativo territorial no impedirá, sin embargo, que Prieto siga de cerca la política alavesa. Mantendrá los mandos del partido en calidad de secretario general alavés y compaginará las labores de este cargo interno con su escaño en el Parlamento autonómico, puesto que ocupa desde hace dos años, coincidiendo con la llegada de los socialistas a Ajuria Enea tras el apoyo brindado por el PP.
El vía crucis que supuso la noche electoral para los socialistas, con una recorte en los apoyos que superó el hundimiento del partido en el resto del Estado, enterró al PSE alavés en la cuarta posición por detrás de los populares, el PNV y la fulgurante aparición de Bildu. El resultado suponía un descenso de cinco escaños con respecto a los resultados de 2007, cuando Prieto rozó el sillón foral con la yema de los dedos.
Entonces, unos supuestos pactos incumplidos -el aspirante socialista llegó a trasladar en una rueda de prensa que disponía de los apoyos suficientes para poder gobernar- relegaron al secretario general del PSE a la oposición, una bancada que conoce bien y donde ha completado su dilatada trayectoria como juntero.
El segundo revés en la apuesta electoral ha sido determinante. A diferencia de su colega vizcaíno, José Antonio Pastor, Prieto asumió ayer que la decisión de renunciar a cargo se fraguó después de conocer los resultados de la jornada electoral. Puso sobre la mesa su decisión en el Comité Provincial que los socialistas celebraron el jueves. No sorprendió a nadie. A la verbalización de una postura meditada con algunos de sus más estrechos colaboradores siguió el silencio. Su retirada de las Juntas era un hecho y el único paso que restaba por acometer llegaría en la mañana de ayer. A primera hora, Prieto visitó el registro de la Cámara alavesa y oficializó su renuncia.
Tan sólo unos minutos después convocaba una rueda de prensa de urgencia y al mediodía abandonaba el Pleno parlamentario para explicitar su decisión ante los medios de comunicación. Alegó que el "nuevo escenario" tras las elecciones ha motivado su postura para dotar de "savia nueva" la bancada socialista en esta institución.
En un ejercicio de autocrítica, el aspirante vitoriano consideró que la política del PSE en la última etapa ha provocado un "alejamiento" de parte de su electorado, por lo que, al igual que mencionó el lehendakari en el Comité Nacional, es necesaria un "reflexión" que permita poner en práctica las medidas adecuadas para acercar de nuevo el proyecto socialista a los ciudadanos y recuperar la confianza perdida.
relevo La marcha de Prieto deja pocas incógnitas en el seno de la bancada socialista de las Juntas Generales de Álava. El escaño que deja libre será ocupado por el nuevo procurador David Romero, que ya fue juntero en la pasada legislatura. La única duda se cierne sobre la figura del dirigente que ocupará la portavocía de este grupo y se haga cargo de su dirección, una decisión que adoptará la comisión ejecutiva del PSE el próximo martes. Todo apunta a que Cristina González, también parlamentaria vasca y estrecha colaboradora de Prieto, asumirá esta función durante los próximos cuatro años.