vitoria. La entrevista se celebra minutos después de que participe junto a sus compañeros de partido en un encuentro con el PNV. Se le ve relajado. Como un estudiante que ha hecho los deberes y que espera la calificación consciente de que ya no depende de él. Tras el aprobado en las urnas aguarda a que el respaldo de los socialistas y la falta de acuerdo entre los jeltzales y EB catapulten al candidato más votado, Javier de Andrés, al Palacio de la Provincia.
¿Ve a su compañero Javier de Andrés como el nuevo diputado general de Álava?
Sí. No sólo lo veo yo, sino que lo han visto los alaveses y es la segunda vez que lo ven. Ésa ha sido la voluntad que se ha expresado en las urnas y nosotros haremos todo lo posible para que se refleje en la elección del diputado general.
¿Incluso con los votos de Bildu en la saca de Xabier Agirre?
Creo que Javier de Andrés es el que más posibilidades tiene porque es el que ha recabado más apoyos en las urnas. A partir de ahí no dependemos de nosotros mismos, pero tenemos una posición sólida en la que hemos avanzado con respecto a hace cuatro años.
Han logrado un avance en la diferencia de votos respecto a la segunda fuerza, pero podría ser inútil si EB añade sus dos procuradores a la votación del candidato jeltzale.
Por eso hemos dado un paso, no sólo para establecer una ronda de contactos con otros grupos, sino para que podamos hablar de un proyecto para Álava. En los últimos cuatro años ha habido un acuerdo de apoyos mutuos entre el PNV y el PSE, en el Ayuntamiento y en la Diputación, pero no fueron nunca capaces de explicar un proyecto compartido al conjunto de los ciudadanos. Creo que eso también ha sido castigado en las urnas. Nosotros sí queremos entender el mensaje de las urnas. Tenemos que pensar que nuestra obligación es poner sobre la mesa un proyecto que podamos compartir con los demás. Es la obligación de Javier de Andrés y es la obligación de Javier Maroto en el Ayuntamiento. El problema aquí es qué tipo de proyectos son capaces de articular el PNV y Bildu, qué programa pueden compartir para Álava. Creo que estamos otra vez en el experimento y la aventura, y no creo que la situación económica y social en Álava esté para experimentos y aventuras. Javier de Andrés puede ser diputado general, pero sólo podrá gobernar si hay un proyecto que puede compartir con otros, si no las posibilidades de gobierno son muy complicadas. Xabier Agirre puede ser diputado general con el apoyo de Bildu, pero ¿a cambio de qué? ¿con qué proyecto? Preguntémonos no sólo qué pasa el día de la investidura, sino qué pasará durante cuatro años.
Le recuerdo en el pleno de investidura de hace cuatro años apurando hasta el último segundo las posibilidades de acuerdo con Rodolfo Ares. ¿Puede repetirse esa escena?
Espero que no. Sinceramente, el espectáculo de hace cuatro años no se debe repetir y las posiciones tienen que ser más claras; no se puede ir con engaños. Txarli Prieto dijo que tenía los apoyos garantizados para ser diputado general. Firmó acuerdos con algunos grupos que fallaron y el resultado fue el que todos conocemos: un espectáculo poco edificante que la gente no entendió. Este año pido claridad. Vamos a contar qué proyecto queremos hacer y trataremos de alcanzar acuerdos de investidura. A partir de ahí cada uno ejercerá su responsabilidad, pero espectáculos como el de hace cuatro años, con esas fintas de Txarli Prieto, creo que no se van a volver a repetir.
Los protagonistas en las bancadas socialista y 'popular' siguen siendo los mismos...
Sí, pero la situación es distinta. Espero que Prieto haya hecho una reflexión y que pueda llegar a la misma conclusión que nosotros: entendámonos sobre una base que podamos compartir.
No hay fecha para la elección del diputado general, pero el lehendakari sitúa la constitución de los ayuntamientos, el día 11, como límite también para los pactos forales. ¿Comparte esta visión?
El día 11 es una fecha que marca un límite importante, lo veo muy parecido al lehendakari. Sobre todo, por la situación del Ayuntamiento de San Sebastián, de decenas de ayuntamientos que pueden variar si hay acuerdo entre PP, PSE y PNV. El mapa se va a dibujar el día 11; no del todo, pero sí en buena medida. Para entonces el PNV habrá desvelado si su apuesta es acordar con Bildu o buscar fórmulas alternativas que garanticen una mejor estabilidad.
PP y PSE coinciden en esa oferta de pacto global al PNV dos años después de que ambos se unieran para desbancar a los jeltzales de Ajuria Enea. ¿No es paradójico?
Hace dos años no estábamos desbancando al PNV solamente, no se trataba de decir quitamos al PNV porque lleva mucho tiempo. Estábamos desbancando, fundamentalmente, un discurso del lehendakari Ibarretxe de ruptura, duro, que generaba una enorme tensión, que dividía la sociedad vasca. Con ese discurso no podemos llegar a acuerdos porque pretende sobrepasar los marcos de entendimiento. A partir de ahí, en una posición diferente del PNV, el juego se abre muchísimo. Es en lo que estamos, en la apertura de un tiempo político diferente, con cambios en el discurso que imperó desde el 98 hasta 2009, o volvemos a las andadas.
¿En ese nuevo tiempo pretenden arrinconar a la izquierda abertzale?
Nosotros no sabemos qué es Bildu. Tenemos sospechas, informes de la Policía, de la Ertzaintza, incluso la propia posición del Tribunal Supremo sobre cuál es el origen de Bildu. Sabemos que su base es Batasuna, los votantes son los de Batasuna y puede ser que haya atraído otra serie de votos que no sé si los mantendrá. Esto genera incertidumbre porque son renuentes a una condena del terrorismo, de la violencia política y a pedir, como decimos nosotros y lo exige también el PNV, que reclaman la disolución de ETA. Desde el punto de vista de la gestión, el programa de Bildu o es muy insuficiente o es un programa irreal que pone en cuestión los grandes proyectos del país. Por eso Bildu ahora mismo es sobre todo un riesgo y una aventura. La izquierda abertzale tiene un camino de futuro para evolucionar en una condición democrática y sobre una base pragmática de mantener el orden y la seguridad económica y social en Euskadi.
Desde su partido insisten en el "riesgo económico" que entraña Bildu y el temor que provoca en el empresariado. Aún así, tanto la patronal guipuzcoana como la vasca niegan la mayor.
La inquietud es real y nos la trasladan diariamente. ¿Por qué en Euskadi algunos públicamente tienen que hacer un discurso y en privado hacen otro discurso? No es lo políticamente correcto, es que hay un déficit de libertad. Yo no voy a desmentir a nadie, pero hablamos con mucha gente y hay una inquietud y, en algunos casos, zozobra. Hay inquietud, no ya por su programa irreal, sino porque son los que son; son los que durante tantos años han estado apoyando la violencia de ETA.
Quizá si "son los que son", como usted dice, cobre especial importancia el rechazo a la violencia que todos los candidatos de Bildu han manifestado por escrito.
ETA siempre rechaza la violencia, dicen que no les gusta...
Pero en este caso el rechazo incluye de forma concreta la de ETA.
Todas las violencia, dicen. Su manera de ver el mundo es que hay una guerra entre ETA y el Estado. En la realidad es que hay una organización criminal que se llama ETA que ha tratado de condicionar la vida política en el País Vasco. Han tratado de imponer una visión determinada de país a un país como Euskadi que es plural y diverso, donde hay gente que es nacionalista y gente que no es nacionalista, y que tiene todo el derecho de serlo sin que le descalifiquen y le excluyan. Como nosotros vivimos diariamente con esa realidad, los mismos, de Batasuna o de Bildu, ni un día han dejado de insultarnos en la calle. Yo esta semana he recibido los mismos insultos que la semana pasada y que la semana anterior, y de los mismos. A mí Bildu me parece que está lejos de aprender a vivir en tolerancia y de entender lo que es la libertad. Si quiere hacer ese aprendizaje tiene que pedir que ETA desaparezca.
¿Qué opina de la disposición del PSE, avalada por Rubalcaba, de lograr acuerdos puntuales con Bildu?
Es un error incomprensible. El PSE tiene que hacer una reflexión: ¿por qué no les votan sus votantes? Se han quedado en casa porque no les entienden. No puedes hacerte una enmienda a la totalidad de tu discurso según las conveniencias que cada momento ofrece. Nadie ha entendido por qué Zapatero durante dos años estuvo hablando de una salida social a la crisis, de que la crisis no existía. Nadie entendió la falta de coherencia y el doble discurso. El lehendakari llegó a un acuerdo con el PP sobre unas bases y de repente en el tema de Bildu lideró el discurso exactamente contrario de aquel acuerdo que había firmado y gracias al que era lehendakari. Eso no se entiende. Nosotros somos el PP, todo el mundo sabe lo que pensamos, pero hemos hecho un esfuerzo de abrirnos, porque sabemos que no tenemos el patrimonio de la verdad. Somos los primeros que tenemos que aprender de la pluralidad que hay en Euskadi. Ése es el esfuerzo de Antonio Basagoiti, es lo que queremos hacer en esta nueva fase. Pero una cosa es ese pragmatismo, esa apertura, esa moderación y otra cuestión es la incoherencia de poder hacer un discurso y el contrario. Mientras no aprendan eso la fidelidad de sus votantes se verá complicada.
¿Una entente entre Bildu y el PSE pondría en peligro la continuidad del pacto por el 'cambio'?
Es una hipótesis descabellada y me parece que todo es táctica. Espero que no se produzca y no quiero entrar a valorarla. En las circunstancias actuales nosotros vamos a respetar el pacto y vamos a garantizar la estabilidad del Gobierno Vasco. Cuando las circunstancias sean otras, entonces las valoraremos.
¿Qué pasará después de las elecciones generales? ¿Seguirá intacta su sintonía?
Estamos obligados a cumplir lo que hemos firmado y queremos dar estabilidad al Gobierno hasta el final de la presente legislatura.
Si el pacto quiebra, con la consiguiente situación de inestabilidad para el Ejecutivo, ¿el lehendakari debería adelantar las elecciones?
Ahora mismo no hay una previsión de que ese pacto se vaya a romper. De hecho queremos abrir fórmulas para dotar de estabilidad a todas las instituciones.