Vitoria. El siempre imprevisto efecto dominó de la economía mundial ha vaciado de cartón los contenedores urbanos de Vitoria. El encarecimiento del petróleo como consecuencia de la enésima crisis en Oriente Medio ha provocado una brutal subida de precios en las materias primas y, por ende, del cartón. Echar a andar las máquinas para producir una tonelada de cartón resulta ahora mucho más caro que hace un año, con lo que las piezas habitualmente empleadas para embalaje que el Ayuntamiento recicla a través de la empresa Escor en Jundiz, se han convertido en objeto de deseo de los amigos de lo ajeno. Grupos de cuatro o cinco personas patrullan la capital alavesa a bordo de viejas furgonetas que llenan hasta los topes de cartones para más tarde vender la mercancía directamente a las plantas de reciclaje. El Consistorio confirmó ayer a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA que este fenómeno tiene lugar desde hace un par de meses y sus portavoces explican que los inspectores de Medio Ambiente se han puesto ya en marcha para atajar estos hurtos.
Les llaman cartoneros y según explican quienes les han visto en acción y los trabajadores de las empresas a las que acuden para tratar de vender su carga, son mayoritariamente grupos de etnia gitana y de origen rumano. Tal y como señaló ayer el concejal en funciones de Seguridad Ciudadana y Limpieza, José Manuel Bully, conocen perfectamente las calles de la capital alavesa que generan más cartón y las recorren asiduamente. Su actividad representa una vulneración leve de la Ordenanza municipal de Limpieza y, según constató el edil, va acompañada de una multa cercana a los 100 euros.
Estos grupos inciden especialmente en las vías más comerciales, donde las cajas suelen acumularse y equipados con "palopinchos" vacían los contenedores azules y se llevan las cajas apiladas en la calle y que resultan demasiado grandes para introducirlas en los depósitos. No frecuentan los polígonos industriales porque allí las empresas no disponen de lugares accesibles a todos para acumular el cartón. Cada una de ellas gestiona, por su cuenta y previo acuerdo, el reciclaje de sus residuos con firmas especializadas.
Toneladas Dado lo reciente del fenómeno, es imposible evaluar la cantidad de cartón que estos grupos se llevan de los contenedores. Sea como fuere, es un elevado volumen de material, ya que en función de su calidad y de la empresa que lo recepcione, el precio que se paga por tonelada de cartón oscila entre los 40 y los 60 euros. Teniendo en cuenta que son grupos de varios individuos los que viven de ello y que cargan sus vehículos hasta límites insospechados, las cantidades sustraídas son grandes.
En la empresa de reciclaje Escor confirman que a lo largo de los últimos meses han recibido varias llamadas de los camioneros encargados de retirar el cartón, sorprendidos de que los contenedores aparezcan a medias o vacíos del todo. "No recepcionamos material de particulares, sólo de las firmas y del Ayuntamiento, así que no sabemos quiénes se dedican a llevarse el cartón", explican los portavoces de la firma.
En la empresa vitoriana Sacos y Cartón Santibáñez, sí les conocen. "Vienen por aquí con las furgonetas y les informamos de que no cogemos materal de particulares. No lo hacemos porque sabemos que es cartón robado y no queremos ningún lío", explica Isaac. Cuando no queda más remedio, montan en sus furgonetas y venden el material en Bizkaia.
La firma Despanorsa sí que acepta cartón de particulares, pero como en el caso de las chatarrerías, observan escrupulosamente la ley y toman puntualmente los datos personales de cada persona que llega con un cargamento de material. Aseguran que desde hace dos meses ha aumentado considerablemente la llegada de cartoneros y explican que cada entrega suele rondar los 30 euros, así que si quieren sacarle rendimiento deben afanarse en realizar bastantes viajes. Ahora mismo, el precio del cartón ha dejado de subir y el del plástico comienza a bajar ligeramente. Veremos hasta cuando sale a cuenta vaciar los contenedores de Vitoria.