Vitoria. El Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco, Covite, exigió ayer al Parlamento que "reconozca" el carácter político de los muertos y heridos a manos de ETA, dado que los atentados fueron ejecutados por "una motivación política y con el objetivo de imponer un programa político; el programa de un nacionalismo independentista y excluyente".
Así lo expresó la portavoz de la asociación Carmen Borrajo, quien leyó un duro manifiesto en el que criticaba que los poderes públicos sólo han dado "tímidos pasos" para reconocer esa motivación política de los atentados de ETA. Borrajo exigió que su programa sea deslegitimado, y citó en ese sentido un artículo del exportavoz jeltzale del Gobierno Vasco, Joseba Arregi, en el que afirmaba que el hecho de que el PNV mantenga la apuesta por la independencia tiene "consecuencias" en la perpetuación de la violencia.
Covite afirmó que no pretende erigirse en "agente político", un papel que la mayoría de los grupos políticos y la propia Dirección de Atención a las Víctimas ya han limitado a la acción de los gobiernos y los parlamentos, pero reclamó "visibilidad, que nuestra voz se oiga cuando se habla de negociación, diálogo e impunidad".
Borrajo reclamó además al Parlamento que se posicione en contra de "la política penitenciaria de gracia", reclamó que la izquierda abertzale condene la historia de ETA, y agradeció "los esfuerzos de los últimos tiempos" e iniciativas como la de favorecer el regreso de los amenazados a Euskadi. En todo caso, según las víctimas vascas, que negaron "la existencia de un conflicto y de dos bandos", en la actualidad se persigue el "borrón y cuenta nueva" en Euskadi.
La comparecencia de Covite, que en principio tenía como fin analizar las políticas del actual Gobierno Vasco en materia antiterrorista, fue especialmente dura con el PNV y con todas las formaciones nacionalistas. Todos los partidos salvo el PP reprocharon a la asociación que identificara los principios políticos de los partidos representados en el Parlamento con los fines de ETA.
Mikel Arana, de Ezker Batua, recordó que su formación defiende el socialismo, al igual que ETA; Mikel Basabe, de Aralar, aseguró que no dejará de ser "independentista y socialista"; y Jesús Loza, del PSE, recordó a Covite que "el nacionalismo y el independentismo son perfectamente democráticos". Loza lamentó que no se valorara el trabajo de las instituciones en los últimos años cuando "la situación es radicalmente distinta". El jeltzale Iñigo Iturrate tachó de "injusto" el discurso de la asociación, mostró su "rechazo rotundo a los fines y los medios de ETA", y reivindicó la beligerancia del PNV ante ETA "desde el inicio". Rechazó asimismo que se aplique el "borrón y cuenta nueva" y "la teoría del conflicto". En cuanto a la posición política de las víctimas, Iturrate recordó que éstas "son plurales y no tienen una sola opinión".
"Vencedores y vencidos" Por su parte, Carlos Urquijo, del PP, apostó porque "se distinga claramente entre quienes somos los vencedores y quienes son los vencidos", y aprovechó para denunciar que su postura con respecto a las víctimas de motivación política "ha sido distorsionada".
La también portavoz de Covite, Consuelo Ordóñez, matizó el discurso inicial y reconoció que los postulados políticos del nacionalismo son "legítimos y respetables", aunque "coincidan con una parte de ese proyecto totalitario". La integrante de la asociación afirmó que a su hermano -el concejal del PP de San Sebastián Gregorio Ordóñez, asesinado en 1995- "lo mataron para imponer ese proyecto totalitario, pero político", cuya deslegitimación pedían ayer a la Cámara vasca. Consuelo Ordóñez recordó que el portavoz parlamentario de la formación jeltzale, Joseba Egibar, "negó la condición de vasco" al edil popular.