TRÍPOLI. La aviación fiel al coronel Muamar al Gadafi bombardeó ayer de nuevo la localidad de Brega, a unos 110 kilómetros al este de Ras Lanuf. Las fuerzas leales al líder libio expulsaron a los rebeldes de esta ciudad, uno de los centros petroleros más importantes del país, según un oficial rebelde, quien indicó que los bombardeos sobre sus posiciones les han obligado a retroceder hasta unos 20 kilómetros a las afueras de la ciudad. "Sabemos que sus fuerzas (de Gadafi) han rodeado Misrata. Están a unos 15 o 20 kilómetros de la ciudad, armados con tanques y artillería pesada", explicó el combatiente rebelde Mohamad Ahmed. "Nos preparamos para una masacre. No tenemos capacidad para combatir a Gadafi y a sus fuerzas. Ellos tienen tanques, nosotros tenemos nuestra fe", declaró. Así fue, las fuerzas del régimen del dirigente libio, lanzaron una ofensiva militar sobre la ciudad de Misrata para intentar recuperar la zona, hasta el momento bajo control rebelde. "Nuestros hombres siguen en, al menos, parte de Ras Lanuf", dijo el portavoz rebelde, Mustafa Geriani, que indicó que los militares profesionales del bando rebelde continuaban participando en la defensa de estas localidades, consideradas la principal línea defensiva rebelde, cuyo bastión, Bengasi, está situado a unos 450 kilómetros al este.

Los rebeldes libios se concentraron en el bastión de Misrata y se quejaron de la falta de atención internacional ante su situación, asediados por los bombardeos de las fuerzas leales a Gadafi y con cada vez menos munición y alimentos. Misrata, a unos 200 kilómetros al este de Trípoli y con una población de alrededor de 300.000 habitantes, había permanecido en calma desde que los rebeldes lograran repeler, la semana pasada, un ataque masivo de las fuerzas de Gadafi.

bombardeos Mientras, algunos residentes han comenzado a abandonar Brega, que ya ha sido bombardeada esta semana por la aviación leal a Muamar al Gadafi, cuyos carros de combate han impuesto su superioridad con apoyo artillero desde mar y tierra.

Por otra parte Geriani, que consideró que los avances y retrocesos del frente de combate era una situación habitual de cualquier combate, puso hincapié en la importancia del reconocimiento internacional de los rebeldes como interlocutores del pueblo libio. "Con el reconocimiento del Consejo Nacional (de Transición Interino) esperamos que la gente abandone a Gadafi", dijo el portavoz, que indicó que quienes todavía apoyan al coronel Muamar el Gadafi se replantearán su fidelidad al líder libio una vez que este haya quedado aislado y si apoyos. Las tropas gadafistas, que han sostenido toda la semana duros combates en el enclave petrolero de Ras Lanuf, amenazan Brega y desde ahí Ajdabiya, a 170 kilómetros al sur de Bengasi.

Esta ciudad, convertida en la retaguardia de los milicianos y principal bastión rebelde antes de Bengasi, es clave por constituir la principal ruta de comunicaciones con la capital provisional del Consejo Nacional Transitorio Interino (CNTI), con el sur en manos rebeldes y la ruta costera hasta Tobruck.

Lo cierto es que Gadafi ha acelerado e intensificado su ofensiva después de dos semanas de batallas. Muchos hasta ahora se preguntaban por qué el dictador no empleaba todo su poderío militar contra los sublevados. Quizá por la presión internacional. Pero ahora que la imposición de una zona de exclusión aérea se demora, parece que ese interrogante se ha resuelto.

un cámara Entre las muertes acaecidas por los bombardeos y enfrentamientos, se ha dado a conocer el fallecimiento de uno de los cámaras de la cadena de televisión panárabe Al Yazira, información suministrada por la misma cadena. Ali Hasan al Jaber murió durante un incidente bélico en las inmediaciones de la ciudad de Benghazi, centro del alzamiento popular contra el régimen de Muamar Gadafi.

La propia emisora aseguró que Al Jaber murió "en lo que parece una emboscada" cuando regresaba a Benghazi desde una localidad cercana en la que se había celebrado una manifestación contra el régimen de Gadafi. El vehículo en el que viajaba Al Jaber junto al resto del equipo fue tiroteado por desconocidos. Otra de las personas que viajaban en el coche recibió heridas de bala, al igual que Al Jaber. Ambos fueron trasladados hasta un hospital, pero el cámara no sobrevivió a sus heridas.

El director general de la cadena, Wadá Janfar, afirmó que el canal "no se quedará en silencio" y que irá contra los responsables de este ataque a través de las vías legales que sean necesarias. Janfar atribuyó la muerte de Al Jaber a "una campaña sin precedentes" del régimen de Gadafi contra la cadena. "Al Yazira condena este crimen cobarde, parte de la maliciosa campaña del régimen libio contra Al Yazira y su personal", manifestó la televisión en un comunicado. "Al Yazira reitera que esta agresión no hará mella en su determinación para cumplir con su misión profesionalmente para informar a la gente de los acontecimientos de Libia y de otros lugares", continuó. Por último, la cadena destacó que "perseguirá sin descanso a los responables y a los cómplices (del asesinato) hasta lograr llevarlos ante la justicia".