Bilbao. Faltan pocas semanas para que se cumpla el ecuador de esta legislatura y los augurios de los sondeos siguen sin ser favorables al Gobierno de Patxi López. La fotografía parlamentaria que dejaron las elecciones autonómicas celebradas en marzo de 2009 puede dar un giro para volver a sus parámetros habituales, en los que las fuerzas abertzales eran mayoritarias. Según un estudio sociológico realizado por la empresa Gizaker para GRUPO NOTICIAS entre el 27 y el 29 de enero de este año, la irrupción de la izquierda abertzale oficial impediría a PSE y PP mantener la mayoría que ahora ostentan y reeditar su alianza para conformar Gobierno. Ni siquiera la suma de sus parlamentarios y los de UPyD -que volvería a obtener la misma representación con la que cuenta en la actualidad- sería suficiente para hacer posible un ejecutivo constitucionalista. Pero éste no es el único efecto de esa vuelta al Parlamento Vasco de las siglas vinculadas a este sector ahora ilegalizado; también se traduciría en la desaparición de los partidos minoritarios en el arco parlamentario. EA y EB dejarían de tener representación en la Cámara vasca y otras opciones que pugnarán por primera vez en unos comicios autonómicos, como Alternatiba o Hamaikabat no lograrían el porcentaje de voto necesario para obtener un escaño. Además, también refleja una mayor intención de acudir a votar: el nivel de abstención previsto es del 28,3%, frente al 35,3% registrado en las autonómicas de 2009.

Los datos de la encuesta telefónica realizada a 1.100 ciudadanos de la CAV reflejan una merma de apoyos a los dos partidos que sustentan el actual Gobierno vasco que tiene especial incidencia en el PSE. Los socialistas sufren un desgaste mayor y perderían entre cuatro y cinco escaños de los 25 que lograron en 2009. La pérdida de representantes del PP es menor -se quedaría con nueve o diez parlamentarios frente a los once actuales-, quizá porque su papel de acompañante de Patxi López y los suyos resulta más cómodo y menos ligado a una gestión que, a tenor de otras encuestas recientes, no goza del beneplácito de la sociedad vasca.

El PNV, por su parte, se mantendría en unos parámetros similares y, según el estudio, obtendría los treinta escaños actuales o perdería uno. Y la izquierda abertzale oficial retornaría a la Cámara vasca con diez parlamentarios.

mayoría abertzale La vuelta a la actividad institucional de este último sector político restituiría así el mapa electoral que siempre se ha producido en Euskadi y en el que las fuerzas abertzales constituían la mayoría del arco parlamentario. De hecho, teniendo en cuenta los resultados de las autonómicas celebradas desde 1998 y a excepción de las de 2009, los partidos autodenominados constitucionalistas siempre han sumado 32 escaños, una cifra muy similar a la que les otorga el sondeo realizado por Gizaker para GRUPO NOTICIAS -32 o 33-.

Además, los jeltzales se situarían en el punto intermedio entre su peor resultado -los 27 parlamentarios que obtuvieron en 1998- y el mejor -los 33 de 2001-. A tenor de los datos de la encuesta, ahora se mantendría entre los 29 que tuvo en el año 2005 y los treinta escaños que logró en la última cita con las urnas, en la que, pese a constituir el grupo mayoritario, fue desplazado por la entente PSE-PP.

También la representación de la izquierda abertzale se conservaría en una escala similar a la que siempre tuvo, si se une la representación de Aralar y la del partido con el que concurra el sector de esta sensibilidad ilegalizado. Los diez parlamentarios que tendría este último -uno más de los que obtuvo EHAK en 2005, la última vez que esta sensibilidad pudo estar en unos comicios autonómicos- y los cuatro que se prevé obtenga la formación de Patxi Zabaleta sumarían los catorce representantes que tuvo Euskal Herritarrok en 1998, coincidiendo con la tregua de Lizarra y antes de la escisión de Aralar.

Los socialistas sufren un gran desgaste y perderían entre cuatro y cinco representantes; el PP bajaría uno o dos