LA llantina oficial en Nueva Lakua y territorios asimilados defiende que el PNV practica una oposición de fauces atornilladas a la pantorrilla. No se dirá, imagino, por la benevolencia de dominico beatífico que gastó el viernes Andoni Ortuzar para contestar al fantasioso discurso autoglorificador que se largó su Excelencia López en la conmemoración de su Segundo Año Triunfal... para el que aún quedan unos meses, por cierto. El inventario de ensoñaciones que espolvoreó el de Coscojales ("Hemos demostrado que gestionamos mejor con menos" y demasías similares) daba pie para una réplica demoledora e inmisericorde. Sin embargo, el jelzale, que tal vez no se ha desprendido totalmente del espíritu navideño, se conformó con recordar al inquilino de Ajuria Enea que su gobierno necesita "un arreón que no va a conseguir con una foto", pues lo único que tiene es "un pacto y una política de comunicación".

Lo primero, lo de la Santa Alianza con la cofradía de la gaviota, salta a la vista y este país lo padece cada minuto de cada hora de cada día. Lo segundo va más allá del precio de amigo por parte de Ortuzar. Reconocer que los jinetes del cambio tienen una política de comunicación es como observar un cierto aire entre el autor de estas líneas y George Clooney. Las carencias de este ejecutivo dan para un volumen más grueso que la guía telefónica de Tokyo, pero ninguna de ellas es tan flagrante como la nulidad comunicativa acreditada desde el mismo día de la toma de posesión.

No será por falta de asesores, me dirán ustedes, que están al cabo de la calle de la inédita cantidad de aprendices de brujo, palmeros, consejeros aúlicos y lectores de la buena ventura con cargo al presupuesto público de que se ha hecho rodear López. Pues miren, sí, en buena parte es justamente por eso. Una claque de forofos -no pocos de ellos, lamealfombras del gobierno anterior realquilados a cambio de un bonobús o un bonoego- es la peor ayuda cuando se necesita transmitir un mensaje a una sociedad como la vasca, que hace tiempo rebasó la mayoría de edad. Sin capacidad de autocrítica, sin Pepitos Grillo que lo bajen de la nube, un gobernante pensará siempre que lo está haciendo de cine. Y así le va a ir.

Tal vez a alguien le de una apoplejía por lo que voy a escribir, pero sostengo que si atendemos a su composición, este gobierno no es ninguna panda de ineptos. Celáa, Zabaleta, Aguirre... tienen cualificación de sobra para desempeñar su tarea. Lo que les hace parecer malos es la comunicación. Junto a otras cosas, claro.