vitoria. En la escena política vasca, se cierra el año viejo y se abre el nuevo prácticamente con el mismo discurso por parte de unos y otros. El protagonismo político en la Nochevieja recae en el lehendakari, que el viernes en su tradicional mensaje navideño se centró fundamentalmente en la difícil situación social provocada por la dura crisis económica. Un discurso construido básicamente con ese epicentro para defender algunas de las apuestas del gabinete socialista -desde la implantación del trilingüismo en las escuelas o el programa Eskola 2.0 hasta el impulso a la Y vasca-, en el que en esta ocasión no hubo lugar para disertar sobre el autogobierno -a pesar de que con el primero de enero se materializa la transferencia de las políticas activas de empleo y se han de poner en marcha las negociaciones para el traspaso competencial más importante desde el que se produjo tras la aprobación del Estatuto de Gernika, merced al acuerdo suscrito por PSOE y PNV en Madrid en torno a los Presupuestos Generales del Estado- y en el que la violencia, o ETA más en concreto, apenas ocuparon unos minutos finales, aunque sea precisamente la organización terrorista, por un lado, y la izquierda abertzale histórica, por otro, quienes han capitalizado buena parte del interés informativo y político de las últimas semanas de 2010. Eso sí, aunque sea de manera casi implícita, López apuntó en su discurso que "en ese mundo" ha habido movimientos "en la buena dirección".

Vacío, autocomplaciente, gobierno que no toma decisiones, mera declaración de intenciones o "esperanzas muy navideñas", fueron algunas de las expresiones que los partidos de la oposición emplearon, con mayor o menor nivel de agresividad, para cuestionar el discurso de Patxi López. Y es que, si 2010 terminó para el Gobierno Vasco bajo el bombardeo de la oposición por el incumplimiento de su calendario legislativo como leit motiv del argumentario sobre la "inacción" del Ejecutivo López, parece que el mensaje navideño del lehendakari ha servido para retomar en 2011 esa misma dialéctica.

la crisis Patxi López abrió su discurso haciendo referencia a la crisis y al "año duro y difícil" que ha sido 2010, precisamente dirigiéndose "a las personas que peor lo están pasando". Y sobre ellas centró buena parte de su intervención López, "porque nuestro país no deja nunca a nadie abandonado a su suerte", quizá porque 2010 ha concluido con el Ejecutivo envuelto en la polémica abierta con ayuntamientos y diputaciones en torno a la lucha contra el fraude en la percepción de las ayudas sociales, cuestión sobre la que el lehendakari, por cierto, no hizo mención.

López quiso lanzar un mensaje de optimismo -"estamos mejor que el año pasado"- aferrándose por ejemplo a datos como los de visitas de turistas o de crecimiento económico, para a continuación defender en este contexto las iniciativas de su Ejecutivo para "introducir el inglés y las nuevas tecnologías en las escuelas", "acompañar a nuestras empresas a los países emergentes" -incluso le dio tiempo a mencionar la lucha contra el cambio climático- o "la finalización de la Y vasca". En este sentido, apeló a "la suma de los esfuerzos de nuestra gente" como "nuestra riqueza", por lo que insistió en que "no son tiempos de divisiones, ni de conflictos, ni de reyertas entre territorios e instituciones, sino de suma". Un mensaje que, implícitamente, parecía querer hacer referencia precisamente a enfrentamientos institucionales como el vivido en torno a las ayudas sociales, pero también a otros acontecidos a lo largo de los últimos doce meses en torno a política fiscal, por ejemplo.

Al final de su intervención llegaría la referencia a ETA, que inició con un recuerdo para sus víctimas -con especial mención al gendarme francés asesinado en marzo de 2010- y en la que defendió la política de "tolerancia cero con cualquier tipo de connivencia con la violencia". Así, López no se movió ni un ápice del discurso oficial que había marcado tres días antes el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, durante su visita a Euskadi: "Si ese mundo se mueve, y me gustaría que siguiera haciéndolo en la buena dirección, es porque les hemos hecho saber que sólo hay un camino y es el que marca la propia democracia con sus reglas y valores, lejos de cualquier cercanía con el terror".

envite del pnv Y hasta aquí el discurso del lehendakari -más allá de las referencias a figuras desaparecidas como Xabier Lete o Marcelino Camacho, o a la lacra de la violencia machista y su última víctima, Cristina Estébanez-. Un discurso que sólo pareció encontrar cierto eco en las filas del socio preferente del Gobierno Vasco, el PP, aunque sólo fuera para reivindicar precisamente esa condición y el papel de los populares en los "logros" del Ejecutivo autonómico. De este modo, el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, defendió que 2010 ha sido un año en el que "se ha avanzado en convivencia, en tranquilidad y en entendimiento en Euskadi", "en gran medida también por el PP". Asimismo, confió en que en 2011 se aborde la crisis económica, "de verdad, y se acabe con el camino que están emprendiendo Urkullu y Zapatero en Madrid, pactando todas las medidas antieconómicas, y pueda haber alguien que lidere de verdad las políticas de España para que nos lleguen a todos y especialmente a los vascos".

Claro, que distinta opinión tiene de este asunto uno de los interpelados, el presidente del Euzkadi Buru Batzar del PNV, Iñigo Urkullu. En una comparecencia ante los medios, Urkullu anunció que, ante "un nuevo discurso vacío" del lehendakari, su partido trabaja para proponerle un acuerdo en torno a la sostenibilidad de los servicios sociales y la política fiscal, cuestiones éstas sobre las que jeltzales y socialistas ya alcanzaron compromisos a futuro en el pacto de estabilidad presupuestaria que suscribieron, junto con Hamaikabat, en 2009. Pero Urkullu fue más allá, para advertir de que "ante la esperanza de un tiempo diferente al vivido en los últimos 42 años en Euskadi", "no es suficiente hablar sobre la paz", sino que al lehendakari "se le pide que actúe sobre todo en la normalización en la convivencia política". Una circunstancia que imputó al desacuerdo sobre "diagnóstico y plan de acción" del PSE con el PP. En la misma línea, el vicecoordinador de Aralar, Jon Abril, opinó que el mensaje de Fin de Año fue el discurso de "un Gobierno que no toma decisiones".

Sólo en el PSE-EE halló reposo el discurso de López, elogiado por el líder de los socialistas alaveses, Txarli Prieto, porque "el terror está más alejado y la paz está más cerca" desde que gobiernan los socialistas. Además, Prieto pidió al PNV que en 2011 abandone "la exagerada crítica política", para sumar a favor de los intereses de los vascos.