BILBAO. El director de Inmigración del Gobierno vasco, Miguel González, ha manifestado la necesidad de estar "vigilantes" y establecer "diques de contención ante los prejuicios" contra los inmigrantes que se van extendiendo en la sociedad vasca "sin base real" ya que "pueden ser caldo de cultivo para actitudes racistas y xenófobas".
Por ello, ha abogado por impulsar políticas integradoras en el ámbito social y laboral para desterrar falsas creencias en torno al abuso de la población inmigrante de los servicios sociales y la vinculación que se hace con el aumento de la inseguridad ciudadana o el paro.
González ha hecho estas declaraciones durante la presentación hoy en Bilbao de los datos del último barómetro del Observatorio Vasco de Inmigración-Ikuspegi, junto con los autores del estudio, Xabier Aierdi y José A. Oleaga.
SE ENDURECE LA POSTURA DE LA POBLACIÓN
La investigación, realizada en base a 1.200 encuestas domiciliarias llevadas a cabo el pasado mes de mayo a mayores de 16 años de los tres territorios vascos, revela que en los últimos años la postura de la población vasca se ha endurecido y es algo "más crítica, menos tolerante y más restrictiva con la población extranjera".
EXCESIVOS BENEFICIOS SOCIALES
Así, el 68,8% cree que los inmigrantes se benefician excesivamente del sistema de protección social y el 42,6% piensa que pagan menos impuestos de lo que luego reciben frente al 18% que piensa lo contrario. Además, más de la mitad (55,7%) cree que la presencia de personas extranjeras genera inseguridad y delincuencia y un 61,4% afirma que afecta negativamente en la seguridad ciudadana, 10 puntos más que en 2009.
Según los responsables del estudio, la actual situación de crisis económica "puede intensificar este tipo de discursos", si bien las tasas de delincuencia no han cambiado desde los años 90 pese al incremento de la población inmigrante.
El estudio pone de manifiesto además que la sociedad vasca es cada vez menos restrictiva a la hora de facilitar el acceso de la población extranjera de asistencia sanitaria- el 70% está de acuerdo-, la educación (63,4%) y la asistencia jurídica (38,1%), mientras que es menos solidaria a la hora de que puedan acceder a las ayudas sociales (21,9%), la reagrupación (16,7%), derecho a voto (15,5%) o acceso a VPO (14,4%).
En cualquier caso, González ha destacado que Euskadi se encuentra en las tercera o cuarta posición entre las comunidades autónomas con posturas menos restrictivas respecto a la población inmigrante, según los últimos datos del CIS. "Estamos en una situación razonablemente buena", ha dicho.
CONTRATO DE TRABAJO
Por otro lado, la encuesta revela 8 de cada 10 personas liga la entrada de inmigrantes a que estos posean un contrato de trabajo. Destaca que un 8,6% de los vascos es partidario de no poner ningún obstáculo legal a la entrada de los inmigrantes, frente a un 6,2% que es partidaria de impedirla por todos los medios.
En este sentido, casi la mitad de la población vasca (47,1%) es partidaria de expulsar a las personas extranjeras que cometan cualquier delito.
Según el estudio, la población vasca no ve un problema en la inmigración, ni como problema de Euskadi, ni como personal, al ser citado sólo por el 15,4% de los vascos, por detrás del paro (82,4%), los problemas de índole económica (34,6%), la vivienda (21%) y ETA (20,9%).
RELACIÓN CON LA POBLACIÓN EXTRANJERA
En general la población cree que su relación con la población extranjera no ha sufrido cambios en el último año, aunque se muestra menos optimista y son más quienes creen que ha empeorado (26%) que quienes dice haber mejorado (13%). Además, más de la mitad de la población vasca (57%) piensa que hay demasiados o bastante inmigrantes, a pesar de que estos sólo representan el 6,4% de la población.
Por último, el estudio reflejo que la sociedad no siente amenazada su identidad vasca ni el euskera por la llegada de personas inmigrantes aunque se mantiene la idea de que han de ser los extranjeros los que tiene que hacer un esfuerzo por integrarse.
Los colectivos más cercanos cultural, política y socialmente son los percibidos más integrados y a los que se ve con mayor simpatía. De este modo, los mayores prejuicios se dirigen hacia los colectivos del Magreb, Europa del Este y Asia, aquellos más lejanos cultural y socialmente.