BOGOTÁ. El bombardeo de la Fuerza Pública colombiana en el sur del país acabó con la vida del jefe militar y segundo al mando de la guerrilla de las FARC, "Jorge Briceño Suárez" o "Mono Jojoy", y de otros 20 guerrilleros, informaron hoy fuentes militares.
La operación se desarrolló en la tarde de este miércoles en una zona llamada La Escalera, en la serranía de La Macarena (sur del departamento del Meta).
De acuerdo con las fuentes, el cadáver del "Mono Jojoy", alias de Víctor Julio Suárez, ya ha sido identificado aunque no ha sido evacuado del lugar del bombardeo, donde al parecer continúan los combates.
En ese lugar habrían fallecido una veintena de guerrilleros que conforaban el anillo de seguridad del jefe militar de las Fuerzas Armadas Revoluionarias de Colombia (FARC), el hombre más buscado en este país junto a su jefe máximo, Guillermo León Saenz, alias "Alfonso Cano".
"Cano" está al frente de las FARC desde el fallecimiento de su líder histórico y fundador, Pedro Antonio Marín, alias "Manuel Marulanda Vélez" o "Tirofijo", supuestamente por un paro cardiaco en 2008.
La muerte del "Mono Jojoy" es uno de los golpes más importantes contra la guerrilla de los últimos años y se produce en el inicio el mandato del presidente Juan Manuel Santos, cuyo Gobierno asumió el pasado 7 de agosto.
Santos, quien se encuentra en Nueva York para participar en la Asamblea General de Naciones Unidas, ya ha sido informado de la muerte del jefe guerrillero.
Mientras, en Bogotá, el ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, ofrecerá en las próximas horas detalles y más información del bombardeo que acabó con la vida del "Mono Jojoy", quien era el objetivo prioritario de las Fuerzas Armadas colombianas.
Suárez Rojas nació el 5 de febrero de 1953 en Cabrera, en el departamento de Cundinamarca (centro), y formaba parte del Secretariado (cúpula) de las FARC.
Se vinculó al grupo insurgente en 1975 como guerrillero raso y, en la actualidad, estaba considerado como uno de los rebeldes más duros de las FARC.
Tanto el Gobierno de Colombia como el Departamento de Estado de EEUU ofrecían recompensas millonarias por su captura.