vitoria. El intenso verano que están protagonizando la izquierda abertzale ilegalizada y EA, trasladando al resto de las fuerzas políticas vascas su apuesta por las vías exclusivamente democráticas, no encuentra eco ni en el PSE ni en Ajuria Enea. Así, el lehendakari López reapareció ayer en una improvisada comparecencia celebrada con motivo de las fiestas de La Blanca, tras su viaje a Estados Unidos, para afirmar que Batasuna "no está haciendo lo que tiene que hacer".

López confirmaba de este modo que el Gobierno Vasco no dará un solo paso de acercamiento a Batasuna, ni le abrirá las puertas de la Lehendakaritza para escuchar sus propuestas, mientras no se desmarque de forma clara de ETA o bien la organización diga públicamente que abandona las armas. La izquierda abertzale ha anunciado noticias al respecto para septiembre, pero de momento no hay avances y Lakua no se moverá de su posición hasta que Batasuna no dé el paso que le reclaman los constitucionalistas.

"La reunión que nos interesa a todos es aquella en la que salgan diciendo que rompen con la violencia y se ponen a trabajar con los demócratas para que acabe el terrorismo de ETA", aseguró contundente el lehendakari.

El posicionamiento de López llegaba como respuesta a las sospechas que el sábado hizo públicas el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, quien cree que los socialistas han mantenido encuentros con la izquierda abertzale, aunque de cara a la opinión pública mantengan una posición inflexible. El líder jeltzale calificó por ello de "incongruente" que PSE y PP critiquen la reunión acordada entre PNV y Batasuna, de la que por cierto no se sabe nada, ni siquiera si ya ha tenido lugar.

El lehendakari tachó de "radicalmente falso" que haya habido contactos entre el PSE y la izquierda abertzale, y afirmó que los jeltzales "dan un protagonismo que no se merece" a Batasuna al reunirse con la formación ilegalizada. Por ello, López pidió a Urkullu que "asuma su responsabilidad" en lugar de "echar sobre los demás algo falso" y enmarcar sus encuentros con Batasuna "en un maremagnum de reuniones que no existen".

Lo cierto es que, aunque el lehendakari rechaza que el PSE participe de esos encuentros, Batasuna y Eusko Alkartasuna ya han iniciado una intensa ronda de contactos, tanto en la CAV como en Navarra, para dar a conocer Lortu arte!, el acuerdo firmado el pasado 20 de junio en el Palacio Euskalduna y que supone el nacimiento de un proyecto, el del polo soberanista, que llevaba gestándose más de un año.

Tras presentar sus conclusiones, que pasan por superar la violencia y acumular fuerzas independentistas, a Aralar, los firmantes se dirigieron al PNV. Los jeltzales, que miran con recelo todo el proceso emprendido por la izquierda abertzale, aceptaron escuchar sus propuestas, pero los protagonistas del acto del Euskalduna se encontraron con una sorpresa procedente de Sabin Etxea. Urkullu está dispuesto a hablar con Batasuna y con EA, pero por separado.

El desplante a la formación de Pello Urizar no es un obstáculo insalvable, habida cuenta de que los tres partidos, PNV, EA y la izquierda abertzale ilegalizada, mantienen la intención de intercambiar impresiones. Lo que no se sabe es si ese movimiento -o movimientos, si se reúnen por separado- ya se ha producido o no. Y mientras Urkullu exige que cada firmante dé su propia versión sobre el nacimiento del polo, se niega a creer que el PSE esté encerrado en sus sedes y edificios gubernativos a la espera de acontecimientos.

"harta de proselitismo" Ésa es sin embargo la tesis que sostiene el lehendakari, que se limita a insistir en el discurso de la persecución sin cuartel al entorno de ETA y a avalar lo que al respecto haga el Gobierno central, con el ministro Rubalcaba a la cabeza. En ese sentido, en su comparecencia de ayer López aseguró que la política de "tolerancia cero" ha sido "asumida" por la sociedad como algo normal, pues ya estaba "harta de ese proselitismo de la violencia".

Es tiempo de fiesta en Euskadi, el escenario en el que unos tratan de demostrar su calado en la sociedad, y otros de impedirlo. En ese contexto, López cree que ha ganado la batalla, pues la deslegitimación del terrorismo "ya no es un objetivo del Gobierno Vasco, sino de toda la sociedad vasca".

En cuanto a la política antiterrorista del Gobierno central, que al margen de la acción meramente policial se sostiene en movimientos en la cárceles llamados a fomentar la disidencia en ETA, ésta cuenta con el respaldo del PSE y del Ejecutivo autónomo. Sin embargo, el actual Gobierno Vasco se sostiene sobre la premisa de la dureza en materia antiterrorista, prácticamente es su razón de ser, como el propio acuerdo de bases señala, y por ello el tema de la reinserción de presos arrepentidos no le resulta fácil de tocar al lehendakari.

Ayer avaló la política de Pérez Rubalcaba con timidez y sin estridencias. "No es mala noticia que haya presos que reconocen el daño que han hecho a sus víctimas, que rompen con la violencia y que efectivamente tienden a la reinserción", aseguró López. El líder socialista no llegó a decir que sea una buena noticia la posible excarcelación de ex jefes de ETA como José Luis Álvarez Santacristina, Txelis, porque la Asociación de Víctimas del Terrorismo está radicalmente en contra. López entiende que a la AVT "no le gusten este tipo de cosas", pero cree "evidente que existen" presos arrepentidos. Otra cosa es si ese arrepentimiento debe ser público. López no quiso pronunciarse al respecto.