Vitoria. La posible apertura de un nuevo debate sobre la continuidad de Santa María de Garoña no ha tardado en levantar ampollas. Pese al decreto que avanzó el cierre de la central nuclear en 2013, la nueva estrategia auspiciada por el PP para facilitar un Pacto de Estado en materia energética con el Gobierno central -los populares ofrecen el acuerdo con la única condición de la revisión de la clausura del complejo burgalés- ha encendido todas las alarmas en la sociedad alavesa.

Esos temores han obligado al PSE a salir a la palestra para apaciguar los ánimos. "El Gobierno de España ya ha decidido sobre la central nuclear de Santa María de Garoña y no hay ninguna revisión a este respecto. El periodo transitorio para crear las alternativas socioeconómicas a través de diferentes planes sigue su curso. El resultado final será el anunciado: su cierre", asegura el secretario general del PSE en Álava, Txarli Prieto.

Sin embargo, estas palabras no son suficientes para tranquilizar a quienes ven en las palabras del ministro de Industria en el Gobierno socialista, Miguel Sebastián, una puerta abierta al diálogo para prolongar la vida útil del recinto eléctrico. No en vano, aquél -que el año pasado anunció la clausura de Garoña- declaraba este mismo lunes que "no se han marcado líneas rojas" en la negociación con los populares, que ya expresaron en su día por boca de su número uno, Mariano Rajoy, que el Pacto de Estado queda supeditado a la ampliación de la vida de la central.

En Álava, el PP cierra filas en torno a la postura de su máximo dirigente. "No nos parece mal que el debate se ponga de nuevo sobre la mesa. Es más una cuestión técnica y, por ello, respaldaremos la decisión que se tome entre el PP y el PSOE en Madrid siempre que cuente con el respalado del Consejo de Seguridad Nuclear", afirman fuentes autorizadas del grupo conservador.

en bloque Mientras tanto, el resto de las agrupaciones políticas verían como un escándalo que se tomara la determinación de alargar la vida de la central burgalesa, y más, teniendo en cuenta que desde las Juntas Generales han sido aprobadas desde 1990 hasta ocho mociones respaldando de forma mayoritaria su cierre. Así lo expresa también el teniente de diputado general, Claudio Rodríguez, que incide en la postura del ejecutivo foral en contra de esta posibilidad. "La Diputación apuesta una vez más por el cierre de Garoña por considerar que la central nuclear ha cumplido ya su ciclo de vida ya que, inicialmente, estaba previsto que tuviera una vida de 25 años y lleva 38, con varias paradas técnicas en su haber. Esto o es una estrategia de negociación o nos engañaron cuando dijeron que el cierre estaba blindado. De todas formas, deben saber que si la contrapartida es Garoña, lo interpretaremos como una agresión a Álava y van a encontrarnos a los alaveses de frente", advierte el portavoz foral.

Así lo ven también desde Ezker Batua, que exigen respeto a la posición adoptada desde el territorio en reiteradas ocasiones. "Con el cierre de Garoña no se acepta ni un paso atrás. Pedimos al PSOE que no se baje los pantalones y no se venda al Partido Popular. Porque de confirmarse la prórroga, se demostraría una vez más que ambos coinciden en muchas de sus políticas y son dos patas de la misma mesa", explica la juntera por EB, Nerea Gálvez. Más directos se muestran desde Aralar que manifiestan también su negativa a la continuidad de Garoña, pero no ven tan claro que desde Madrid se atienda a los deseos de los vecinos afectados. "Si el PSOE necesita los 420 MW que, en este caso, produce Garoña para echar a andar sus coches eléctricos y los réditos electorales no son muy altos harán lo que tengan que hacer para garantizar su continuidad. Pero igual en Álava que en el resto del Estado. Nunca van a mirar por el ciudadano. La lejanía con la sociedad es mayor que nunca", lamenta el portavoz de Aralar en la cuadrilla de Añana.

Por su parte, los ecologistas están sorprendidos pero confiados en que esta prórroga no llegue a darse. "Desde el PP hay un planteamiento ajeno a la realidad en cuanto al cierre de Garoña. El PSOE no puede aceptar esta opción cuando hay una decisión firme tomada, publicada en el BOE y que, por lo tanto, afecta al propio funcionamiento de la central ya que el tipo de actuaciones que se hacen en ellas están condicionadas a la fecha de cierre, no se puede dar marcha atrás", concluye el portavoz de Greenpeace, José Luis Sáez.