MOSCÚ. Diez de los once candidatos a participar en el simulacro de un vuelo a Marte, cuyo inicio está previsto en unas semanas, deberán probar hoy su destreza e intrepidez en el interior de una construcción neumática suspendida a cinco metros de altura.

"Para evaluar la reacción de los futuros miembros de la tripulación en condiciones de estrés y su capacidad de interactuar, les hemos preparado un entrenamiento en un simulador", señaló Yuri Bubéyev, uno de los responsables del proyecto "Marte-500", a la agencia oficial Itar-Tass.

Subrayó que trabajar embutidos en sus escafandras y en condiciones de gravedad marciana exige a los miembros de la tripulación una coordinación total de sus movimientos y agregó que el entrenamiento en el simulador especial les ayudará a adquirir experiencia en esta materia.

Los candidatos serán divididos en cinco parejas y cada grupo deberá permanecer durante varios minutos en el interior de la "construcción inestable, parecida a un gran buñuelo de entre 3 y 4 metros de diámetro, que planea impulsada por una corriente de aire a una altura de 5 metros" y mantenerla en equilibrio.

Si los movimientos de los voluntarios son coordinados, el "buñuelo" planeará, en caso contrario, volcará , precisó.

Posteriormente se analizará el resultado del "vuelo" y se conocerá cuál es la pareja más preparada para trabajar en la superficie marciana, explicó.

En este entrenamiento participarán sólo diez de los once voluntarios del proyecto, entre los que figuran siete rusos, un francés, un belga, un italiano y un chino, ya que este último se encuentra fuera de Moscú.

La composición final del equipo se dará a conocer al finalizar todas las pruebas.

Los seis finalistas permanecerán en un módulo científico aislados del mundo durante 520 días, el tiempo del viaje de ida y vuelta a Marte, más una estancia simulada de 30 días en la superficie marciana.

El 14 de julio del año pasado concluyó el simulacro de vuelo a Marte de 105 días, considerado la antesala del proyecto principal, el "Marte-500".

Este ensayo ha sido ideado para poner a prueba la compatibilidad psicológica y la tolerancia de los integrantes de la tripulación y permitir a los científicos estudiar día a día los efectos del aislamiento de larga duración.