Vitoria. Una ikurriña preside desde hace dos meses la web del PP vasco. No es casualidad. La reforma de la imagen corporativa en la Red del partido liderado por Antonio Basagoiti busca enterrar la imagen labrada por sus antecesores en el cargo y reforzar el perfil vasquista de esta formación. Los populares rechazan que sea un cambio de imagen y prefieren hablar de una forma de "acomodar" su partido a la realidad de la nueva era.
El acto celebrado el pasado 13 de marzo en el Teatro Victoria Eugenia de Donostia fue la primera piedra del camino. El objetivo era festejar el primer año del "cambio" fomentado por socialistas y populares, pero tras este mensaje aparecieron los primeros visos de la renovada estrategia. Para empezar, el PP contrato a la periodista euskaldun Edurne Ormazabal como presentadora de un acto en el que estuvieron presentes las dos lenguas oficiales del País Vasco y, además, salpicó el evento de símbolos que contrastaban con el férreo perfil españolista defendido por anteriores ejecutivas.
El salto cualitativo llega a través de la Red. Además de la ikurriña, la remozada web incluye denominaciones en euskera y empleará esta lengua para la redacción de noticias que se colgarán en la portada, sin necesidad de clickear en un link para hallar mensajes en lengua vasca. Un paquete que ganará enteros en próximas actuaciones y que busca alejar el carácter de actuaciones anecdóticas como el "Patxi López jauna" que Basagoiti empleó como fórmula en la votación nominal y pública del último lehendakari.
El secretario general de la formación en Euskadi, Iñaki Oyarzábal, resume esta batería de incorporaciones en la intención de su partido por mostrar un PP "más abierto, centrista y pegado al terreno". Tras la declaración de intenciones se esconde una estudiada estrategia en la que prima la "naturalidad" a la hora de incorporar símbolos, "pero sin pasarse".
La advertencia del dirigente popular recuerda -a pesar de que él no lo cita- el giro vasquista que desde otras bancadas criticaron al PSE en las inmediaciones de las elecciones autonómicas. La proliferación de ikurriñas y otros símbolos alcanzó cotas de escenificación a las que los populares se resisten a llegar. En esta misma línea enmarcan el acercamiento al euskera que, no sin generosas dosis del marketing propio de las estrategias políticas de comunicación, tiene un creciente eco entre las actuaciones de la formación conservadora.
Y como el movimiento se demuestra andando, varios parlamentarios se pelean con el Nor-nori-nork antes de hacer frente a su agenda laboral. Es el caso de la presidenta del Parlamento Vasco, Arantza Quiroga, el propio líder del partido, Antonio Basagoiti, o el parlamentario alavés Carmelo Barrio, aspirantes a acabar con la solitaria presencia en la Cámara alavesa de Laura Garrido, la única representante del PP que además de entender habla de forma fluida la lengua vasca.
Oyarzábal rechaza que esta apuesta por el euskera contradiga la actitud del PP respecto a la defensa a ultranza del modelo A, en el que impera la enseñanza en castellano y donde la lengua vasca limita su papel al de una asignatura más. Según el dirigente popular, ambas posturas confluyen en el único objetivo de primar el trilingüismo frente a otras lecturas. "La política lingüística sin imposiciones es mucho más eficaz que la del nacionalismo", valora Oyarzábal, quien justifica su argumentación en la evolución del conocimiento de la lengua y su uso entre la población en general y los afiliados de su partido.
Bajo este marco, el secretario general de los populares vascos echa mano de las cifras. "En los últimos veinte años la población que sabe euskera ha crecido de un 15 a un 35%, ha aumentado el conocimiento pero luego no se utiliza por culpa de una política equivocada", sentencia. El PP quiere ahora fijar su sello en el tratamiento de la lengua vasca y zanjar un error como el que consideran que fue "hacer del euskera una bandera del nacionalismo".