BANGKOK. Las autoridades de Tailandia elevaron hoy a 18 muertos y 825 heridos el balance de los enfrentamientos de anoche entre los manifestantes antigubernamentales y las fuerzas de seguridad en el centro de Bangkok, informaron fuentes oficiales.
Todo comenzó cuando el Ejército recibió la orden de recuperar el control de las zonas públicas de la capital tomadas por los "camisas rojas", leales al depuesto ex primer ministro Thaksin Shinawatra y que exigen la caída del Gobierno y elecciones anticipadas.
Según pudo comprobar Efe, Bangkok amaneció consternada por la peor ola de violencia ocurrida en los últimas dos décadas.
Una de las víctimas mortales, que incluyeron a soldados y manifestantes, es un camarógrafo japonés de la agencia de noticias Reuters, Hiroyuki Muramoto, que recibió un balazo en el estómago disparado al parecer por un militar.
Las fuerzas de seguridad, apoyados por vehículos blindados, tenían la misión de liberar las áreas de la capital ocupadas por los "camisas rojas", en aplicación del estado de excepción declarado el miércoles.
Durante la tarde, los soldados utilizaron cañones de agua y gases lacrimógenos para dispersar las protestas, pero al pasar las horas comenzó una batalla callejera en la que ambos bandos intercambiaron fuego de fusiles M-16 y AK-47 y se lanzaron granadas y explosivos.
Los enfrentamientos más encarnizados se libraron en el entorno de la concurrida calle de Khao San, donde los turistas pudieron oír con claridad los ruidos de balas y explosiones desde los albergues.
El primer ministro, Abhisit Vejjajiva, expresó sus condolencias por los heridos y muertos, pero se negó a disolver el Parlamento y convocar elecciones como le exigen los manifestantes.
La escalada de la violencia ha revivido en los habitantes de Bangkok los enfrentamientos entre los soldados y los manifestantes en mayo de 1992, que causaron las muerte a más de 50 civiles que protestaban contra el golpe de Estado del año anterior.
Miles de "camisas rojas" continúan atrincherados cerca de la zona de los tiroteos, en el puente de Phan Fa, y otros se encuentran en el distrito comercial, donde las tiendas y restaurantes llevan cerrados más de una semana.
Las zonas de las protestas continúan bloqueadas con camiones cruzados en mitad de la calle por los manifestantes para evitar que las fuerzas de seguridad puedan acceder.