LONDRES. El documento es una declaración firmada por el coronel Lawrence Wilkerson, asesor del ex secretario de Estado de EEUU Colin Powell, para respaldar una demanda judicial presentada por uno de los detenidos en Guantánamo por su supuesta pertenencia a Al Qaeda.
Se trata del primer testimonio por escrito de un alto funcionario de la administración Bush (2001-2009) que reconoce que Washington mantuvo a numerosos reclusos en la base naval de la isla de Cuba a sabiendas de que no pertenecían a grupos terroristas.
Wilkerson, que fue jefe de personal de Powell, es especialmente crítico en el documento con el ex vicepresidente estadounidense Dick Cheney y con el ex secretario de Defensa Donald Rumsfeld, de quienes dice que rechazaron liberar a los prisioneros sobre los que había constancia de su inocencia, porque resultaba "políticamente imposible".
En su testimonio, Wilkerson afirma que la Casa Blanca tuvo la certeza de que la mayoría de los 742 prisioneros enviados inicialmente a Guantánamo en 2002 eran completamente inocentes. El militar, que ha sido muy crítico en los últimos años con la política antiterrorista y militar que desempeñó la administración Bush, explica que esos detenidos nunca vieron a un soldado de EEUU cuando fueron detenidos y que la mayoría de ellos fueron "vendidos" por Afganistán y Pakistán por 5.000 dólares por cabeza.
Wilkerson indica que Cheney y Rumsfeld se opusieron a revisar sus casos y a liberarlos porque "los métodos para las detenciones (de terroristas) habrían sido desvelados", algo que "no era aceptable y hubiera socavado seriamente" el trabajo de la administración.
En referencia al ex vicepresidente, el coronel Wilkerson manifiesta que "no le preocupaba en absoluto que la gran mayoría de los detenidos de Guantánamo fueran inocentes. Si cientos de individuos inocentes tenían que sufrir para detener a un puñado de terroristas destacados, que así fuera".
El militar, que sirvió durante 31 años en las fuerzas armadas de su país, explica que discutió este asunto con Powell y comprobó que "su visión era que no sólo el vicepresidente Cheney y el secretario Rumsfeld, sino también el presidente Bush, estaban implicados en todas las decisiones relacionadas con Guantánamo".
Wilkerson firmó la declaración con estas afirmaciones en apoyo de Adel Hassan Hamad, un sudanés que estuvo preso en Guantánamo entre marzo de 2003 y diciembre de 2007, que ha denunciado al Gobierno de EEUU por las torturas que sufrió durante su cautiverio.