Rouco Varela, como Snowball y Napoleón de la granja Manor de la obra de Orwell, se ha erigido en guardián de la asignatura de Religión y Moral Católica en su particular versión escolar de Rebelión en la Granja. El presidente de la Conferencia Episcopal ha aprovechado la propuesta de Pacto Social y Político para la Educación para reabrir un debate cerrado: proponer una única asignatura de Religión que sea evaluable y -de paso- acabar con Educación para la Ciudadanía, al entender que esta asignatura obligatoria es una "enseñanza ideológica y adoctrinadora". Rouco deslizó estas dos puntillas contra las políticas educativas del Gobierno de Rodríguez Zapatero ante la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española celebrada esta semana, donde afirmó que la regulación de la asignatura de Religión "no se adecua a lo previsto" en los acuerdos entre España y la Santa Sede.
En Euskadi, el obispo electo de Donostia, José Ignacio Munilla, ha secundado las palabras de la cabeza de la Iglesia española. En realidad, las declaraciones de Munilla son un punto y seguido en el malestar de la Iglesia vasca contra el tratamiento que reciben las clases de Religión. Una inquietud que se tradujo el pasado mes de marzo en la interposición de un recurso contra el decreto de Bachillerato por parte de los tres prelados vascos. Mientras ese recurso "sigue su curso" en los tribunales, el Foro católico Erelgune ha decidido pasar a la acción, ahora que la consejera de Educación, Isabel Celaá, ha abierto la puerta de la modificación del Currículum vasco, y ha presentado ante el Departamento de Educación siete enmiendas al decreto de Bachillerato en relación con esta materia.
El status de la asignatura seguiría igual en un contexto diferente al actual, donde los dos grandes partidos del Estado se encuentran inmersos en una delicada negociación para alcanzar el primer pacto educativo de la democracia y conseguir sacar la Educación española del furgón de cola de los países de la OCDE. Sin embargo, la encrucijada del sistema educativo, que sólo recibe palos por sus malos resultados -la tasa de fracaso escolar es del 30,8%- y el abandono escolar -31,9%, muy lejos del objetivo de Lisboa, 15%-, ha colocado al ministro Ángel Gabilondo ante la necesidad de alcanzar un acuerdo con el PP. Un Partido Popular que ha puesto sobre la mesa diez puntos para dar estabilidad legal a un sistema que tradicionalmente ha estado a merced de los cambios normativos promovidos por el gobierno de turno. En el decálogo de cambios que la secretaria general del PP María de Cospedal trasladó a Gabilondo, los populares comparten con los obispos su reivindicación sobre Religión y Educación para la Ciudadanía. Dado que PSOE y PP se han dado de plazo hasta navidades para sellar el acuerdo que ponga fin a décadas de pugna política e ideológica en materia de Educación, las declaraciones de Rouco Varela de esta semana deben leerse como un órdago a los socialistas en la recta final de la negociación.
Descenso de las matriculaciones
Asignatura de Religión o de nada
Durante su intervención en el plenario, en el que participó también el nuevo nuncio del Vaticano, Renzo Fratini, el cardenal afirmó que "la carencia de una verdadera alternativa académica coloca a los profesores y alumnos de Religión y Moral Católica en una permanente situación de verdadera heroicidad pedagógica". Y es que si a un chaval se le da a elegir entre estudiar una asignatura cualquiera o nada, la elección no deja lugar a dudas. Nada.
La LOE (2006) garantiza a todo el alumnado las enseñanzas de Religión, sin embargo la asignatura alternativa carece de contenido alguno. De hecho impide que se imparta cualquier contenido curricular para no dar ventaja a los alumnos laicos. Euskadi es una de las pocas comunidades autónomas en las que esa hora es libre. Sin embargo, en muchos lugares del Estado los profesores se las ven y se las desean para mantener ocupada a toda una clase con una materia de contenido difuso. En cualquier caso, la falta de una asignatura alternativa ha devaluado la Religión ante los chavales lo que ha originado una caída paulatina de las matriculaciones, verdadero trasfondo de las críticas de la jerarquía eclesiástica.
Esta falta de gancho se hace más evidente en los cursos superiores, fundamentalmente en las etapas de ESO y Bachillerato, donde en la última década las matriculaciones han retrocedido un 10%, de forma desigual entre la red pública y concertada. Revisando las cifras correspondientes al curso 2008, el 51% del alumnado de ESO eligió cursar Religión, aunque el grueso de ese porcentaje corresponde al alumnado de los centros privados, en concreto 28.487 frente a los 7.073 de la red pública. En Bachillerato, las cifras son aún más significativas y dan la medida de la crisis de vocaciones que sufre esta asignatura. De los 28.832 estudiantes de Bachillerato, en la red pública sólo 370 optaron por Religión y 4.362 en la privada. Estas cifras tienen varias lecturas, dependiendo de quién las interpreten. Para quienes defienden la laicidad en la escuela, el bajo número de alumnos que quiere estudiar Religión responde a que la oferta académica no resulta seductora mientras que para la Iglesia es el origen de una "discriminación" de aquellos que sí cursan Religión. De hecho, en la carta abierta que firmaron monseñor Blázquez, Juan María Uriarte, Miguel Azurmendi y Mario Iceta, con motivo de la presentación del recurso afirmaron que "es claro que la carga académica mayor para los que eligen la clase de Religión frente a los que no la eligen constituye, en el ambiente y mentalidad escolar, una discriminación real".
actualidad vasca
Religión en horario obligatorio
Entonces, y ahora, el Departamento de Educación del Gobierno Vasco se mostró "tranquilo" por la decisión de los obispos vascos de recurrir el decreto, al entender que "se ajusta a la legalidad vigente". Según explicaron, el currículum "garantiza los derechos tanto de los alumnos que desean estudiar la materia de Religión como de los que no". Recalcaron que la nueva norma "nace del sentir mayoritario de la comunidad escolar así como de los partidos con representación en la Cámara de Gasteiz, a excepción del Partido Popular". Educación no entró a valorar si la decisión de los prelados se trata de una injerencia aunque no se explicaban cómo no han recurrido el Real Decreto (LOE) del que bebe éste y que establece la Religión como una materia de oferta obligatoria y de elección voluntaria, sin que ello suponga que quienes no opten por Religión deban tener otra materia alternativa.
Han pasado siete meses desde marzo y aunque la justicia no se ha pronunciado aún sobre el fondo del recurso, hay un nuevo intento de alterar la normativa por parte de sectores que defienden la presencia de la dimensión religiosa en la Educación. Este mismo mes el Foro Erelgune ha remitido al Departamento de Educación un documento con siete aportaciones a la fase de modificación del decreto. Una de sus principales demandas es incluir Religión dentro del horario obligatorio de la escuela, garantizar una asignatura alternativa y el derecho de las familias a que sus hijos e hijas se formen en las convicciones religiosas de su elección. En este sentido, el documento señala que "se ha hecho desaparecer ilegalmente, en el decreto actual, el derecho fundamental de un padre no creyente, pero con derecho constitucional para que su hijo o hija se forme en sus convicciones morales, ya que no hay ninguna hora para ello, ni siquiera voluntaria, por tanto es un atropello... Por ello, debe incluirse en el horario obligatorio".
Desde el Obispado de Bilbao insisten en que aún hay una treintena de centros públicos que ponen trabas a la oferta de la asignatura de Religión. El año pasado por estas fechas, Erelgune cualificó esa negativa en el 22% de los centros públicos, lo cual originó una sonada polémica. En febrero de ese mismo año la Asociación Familiar Bagara denunció oficialmente esta situación ante el Departamento de Educación. Según este grupo de padres, diversas entidades como EHIGE, BIHE, Sarean o STEE-EILAS promovieron la campaña Religión cero horas por la que diversos equipos directivos de centros, decidieron llevar esta propuesta de suprimir la Religión a los claustros y a los consejos escolares. Según denunciaron, incluso se llegó a hacer que las familias firmasen renuncias a que sus hijos siguiesen estudiando Religión. Inspección Educativa decidió tomar cartas en el asunto y en la mayoría de los casos los centros docentes aludidos dieron marcha atrás.
La administración y padres
Una mayoría apuesta por la laicidad
El presidente de Kristau Eskola, Aitor Bilbao, no ha entrado a valorar las declaraciones de Varela, y aseguró que "en nuestros centros, como no podía ser de otra forma, la oferta de la asignatura de Religión está garantizada y nuestros alumnos pueden estudiarla si así lo quieren. Están exentos de hacerlo, los estudiantes de otras confesiones". El que sí lo ha hecho ha sido el presidente de la Confederación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (Ceapa), Pedro Rascón, quien afirmó que Varela desconoce el sistema educativo. El presidente de la Ceapa consideró que Rouco "está totalmente alejado de la realidad, fuera de juego, y realmente desconoce el sistema educativo de este país". Por su parte, el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, negó que la Religión esté discriminada en las aulas, aunque aseguró que se escucharán "con mucho cuidado" los argumentos del presidente de la Conferencia Episcopal Española. "Hay acuerdos con la Santa Sede, pero que no son un acuerdo entre Gobierno e Iglesia, sino entre estados", dijo el ministro y añadió que ello no es "exactamente" una competencia del Ministerio.