Muchas sencillas acciones cotidianas suman para que Vitoria sea una ciudad que genera cada vez menos residuos inservibles, imposibles de reciclar, reparar o reutilizar; que camina, en definitiva, hacia una verdadera economía circular capaz de frenar el consumo descontrolado de recursos que está acelerando la destrucción del planeta.
La concienciación social aumenta, las instituciones locales se han puesto las pilas para facilitar el correcto depósito de los desperdicios, las iniciativas para dar una nueva vida a todo tipo de productos afloran y, en consecuencia, la capital alavesa ha reducido de forma notable ese volumen de residuos inútiles que terminan en el vertedero de Gardelegi.
“No me gusta hablar de residuo, sino de materia prima que se puede volver a utilizar”
Tanto que, en números redondos, la instalación municipal recibe actualmente al año alrededor de 100.000 toneladas de basura, cuando a principios de este siglo la cifra se movía en el entorno del millón de toneladas. Diez veces más.
El camino todavía es largo, pues Gasteiz apenas recicla a día de hoy el 38% de los residuos que genera –lejos del 55% que Europa pretende alcanzar para el año 2025–, pero Joseba Sánchez, jefe de la Unidad de Gestión de Residuos del Ayuntamiento, ve el vaso medio lleno.
“Nunca veremos este vertedero lleno"
“Con el tiempo reduciremos otras diez veces lo que entra aquí. Estoy convencido”, apunta Sánchez junto al próximo vaso de Gardelegi que comenzará a ser explotado desde el próximo mes de enero, ahora vacío y ya perfectamente impermeabilizado. “Nunca veremos este vertedero lleno; en unos años solo entrará aquí el rechazo del rechazo del rechazo”, apostilla el responsable municipal.
Los tres pilares de la gestión de residuos
Son tres de los pilares sobre los que se apoya Vitoria para ser más sostenible en este ámbito concreto.
“Cada vez que compramos algo la huella ambiental ya está hecha; la clave es usarlo el mayor tiempo posible”
El propio vertedero, que cuenta con uno de los dos garbigunes de los que dispone la ciudad para la recogida y clasificación selectiva de residuos domésticos, la planta de voluminosos –que trabaja con un sistema de recogida viaria– y el Reutilizagune, que el pasado marzo se mudó a un nuevo local en la calle Benito Guinea.
Tres eslabones de una cadena cada vez más engrasada, por pura necesidad, en esta Green Capital.
“Cada vez que compramos un producto la huella ambiental ya está hecha. El 80% de esa huella se genera en la fabricación. Y para reducirla, la clave es usar el mayor tiempo posible lo que ya está fabricado”, resume Diego Malo, técnico de la propia Unidad de Gestión de Residuos.
Los garbigunes, tanto el ubicado en Gardelegi como el de Avenida de los Huetos, juegan un papel clave en el sistema local, pues también logran devolver a la vida numerosos artículos a primera vista inservibles.
Ruedas de bici recicladas
Pero no son los únicos. Ahí están proyectos más modestos como Konpondu, un buscador de comercios de reparación habilitado dentro de la web municipal, o BIrGURPIL, basado en la recogida y el reciclaje de neumáticos de bicicleta en los talleres y su transformación en balizas y separadores de carriles.
“Las ruedas de Vitoria retornan a la ciudad y a sus ciclistas”, expone gráficamente Malo.
“Nunca veremos el vertedero lleno; en unos años solo entrará el rechazo del rechazo del rechazo”
Pero si hay dos servicios que entroncan a la perfección con la economía circular y con componente social que se practica en el ámbito municipal esos no son otros que la recogida de voluminosos y el Reutilizagune.
El primero, gestionado por la UTE Koopera-Emaus, tiene su base de operaciones en el parque industrial de Jundiz, en dos naves dedicadas a la recepción, separación y tratamiento de los residuos recogidos en la vía pública –similar a otro garbigune– y a su reparación, un taller en el que trabajan personas en procesos de inserción social.
Los artículos que logran recuperarse son derivados posteriormente a la tienda que la propia UTE gestiona en la calle Canciller Ayala.
“A mí no me gusta hablar de residuo, sino de materia prima que se puede volver a utilizar”, apunta David López, responsable de la planta de voluminosos, donde se apilan todo tipo de muebles o artículos de decoración prestos a revivir en un nuevo hogar.
Nuevas vidas gracias a Reutilizagune
Quien por sus circunstancias personales, o por comodidad, necesite deshacerse de un artículo de gran tamaño y no pueda dejarlo en el garbigune, puede pedir cita en el teléfono 945200020 para que Koopera-Emaus lo recoja y se haga cargo de él gratuitamente.
La última parada del viaje se desarrolla dentro del núcleo urbano de Gasteiz, en pleno Judimendi, donde se ubica el nuevo Reutilizagune.
Un espacio que se nutre de artículos normalmente más pequeños, depositados en los dos garbigunes de la ciudad o procedentes de donaciones particulares, que cuenta además con un pequeño taller de autorreparación y una sala para cursillos.
El Reutilizagune cuenta a día de hoy con alrededor de 15.000 artículos distintos, desde electrónica a libros, bicicletas o complementos, que pueden adquirirse gratuitamente o a cambio de un donativo simbólico –si tienen mayor valor–. El dinero recaudado va a parar a dos proyectos diferentes de cooperación al desarrollo.
