La situación no es extraña. Por variadas razones nos vemos obligados a separarnos de nuestra mascota, bien porque nos vamos de casa bien por que ya no podemos mantenerla a nuestro lado y hay que llevarla a otro hogar. Tras la tristeza de la separación suele llegar la inevitable pregunta, ¿me olvidará? Por regla general, cuando nos separamos de nuestro perro suele ser algo momentáneo, hacer un recado, ir a trabajar o unos días de viaje el reencuentro suele ser entusiasta, con saltos, caricias y ganas de jugar juntos. Por cierto, una advertencia, conviene vigilar este entusiasmo canino ya que detrás puede haber un problema de ansiedad por separación.

Volviendo al asunto de la memoria y del recuerdo, ¿sería igual pasados unos años? Se han documentado casos en los que pasados años, bastantes, el perro muestra el mismo entusiasmo al reencontrarse con esa persona que fue tan especial para él. Pero la pregunta sigue ahí, ¿cuánto tiempo recuerda un perro?

Memoria asociativa

Para entender cómo funcionan los recuerdos de un perro hay que saber que su memoria no está asociada al tiempo, a un marco temporal. De hecho, la memoria de los perros es a corto plazo, reteniendo la información a corto plazo y olvidándose pronto de las cosas. Esto no es una debilidad, es una adaptación que les permite reaccionar a su entorno y aprender de experiencias inmediatas.

Entonces, ¿cómo son capaces de aprender, de entrenarse para un trabajo o una tarea concreta? Gracias a su memoria asociativa, por la cual unen olores y sonidos con sensaciones, con estados de ánimo y emociones. Por ello, el mejor método de aprendizaje es el refuerzo positivo, premiar con comida, con caricias o con premios los comportamiento adecuados.

Por este motivo, la intensa convivencia entre un perro y su humano hace que los juegos, la comida, la compañía, los paseos y la seguridad que siente el can en presencia de su amigo humano queda firmemente unido, asociado al olor de esa persona. Un estudio de la Universidad de Emory (Atlanta, EEUU) dirigido por el neurocientífico Gregory Berns reveló que el núcleo caudado, una región del cerebro de los perros que se asocia a las recompensas, se activa cuando perciben el olor de alguien familiar. Esto sugiere que el olor humano, al igual que otros muchos, queda almacenado en la memoria de los perros, permitiéndoles reconocer a las personas por su aroma. Si el de esa persona está asociada a emociones y sensaciones positivas, su reacción será positiva y entusiasta.

Un schnauzer recibe con entusiasmo a su humana Freepik

Este reconocimiento por el olor también se aplica al de otros canes, de hecho es la base de su socialización. Los recuerdos de interacciones entre ellos condicionan cómo los perros se relacionan entre sí y su disposición para formar nuevas amistades o mantener relaciones de juego. A ello hay que añadir la localización de hembras en celo o de otros competidores machos.

¿Cuánto duran estos recuerdos?

La pregunta sobre lo que duran los recuerdos en la memoria de los canes sigue en estudio, pero todos los investigadores coinciden en la dificultad de organizar un estudio sistemático. Sí se ha demostrado que los olores quedan almacenados durante mucho tiempo, probablemente hasta la muerte del animal, a lo largo del cual su memoria se activa cuando un olor, un sonido o una imagen despierta en ellos una emoción asociada y responden a ella.

El olor de una persona que le daba de comer y con la que jugaba puede desatar su entusiasmo después de muchos años. El sonido de las puertas del ascensor en el rellano que anuncian la vuelta a casa de su humano o su voz en el teléfono lo ponen en modo reconocimiento, aunque pueden resultar desconcertante si es un vecino o no encuentra a su humano detrás del teléfono. Muchos perros que se han pasado una vida rastreando diferentes sustancias, años después de su jubilación siguen reaccionando a esos olores.

En cuanto a la memoria a corto plazo, tampoco se sabe con exactitud cuánto dura, dicen que entre pocos segundos y varios minutos. Por este motivo no merece la pena reñirles o premiarles por algo que hayan hecho pasado cierto tiempo, no lo van a asociar.