El exconcursante del programa televisivo 'Gran Hermano' Igor Basurko ha sido condenado por la Audiencia de Gipuzkoa a medio año de cárcel y a abonar una multa de 540 euros como autor de un delito de hurto en concurso medial con un delito leve de estafa, han informado a EFE fuentes del caso.

Basurko estaba acusado en este procedimiento de vender en un establecimiento de segunda mano de Donostia un vehículo para discapacitados del que se había apoderado junto a un segundo implicado.

Este segundo acusado, que reconoció los hechos durante el juicio celebrado el pasado 15 de enero, también ha sido condenado a medio año de prisión, aunque la multa que deberá abonar será de 180 euros.

Durante la vista oral, la Fiscalía de Gipuzkoa había reclamado como plenas principales cuatro años de cárcel para Basurko y un año y medio de prisión para el segundo procesado, después de que este reconociera los hechos.

Se da la circunstancia de que Basurko, condenado en otras cuatro ocasiones por otras tantas estafas por dos juzgados de Madrid y otros tantos de Donostia, fue absuelto hace un año por la Audiencia de Gipuzkoa de otro caso de estafa, en el que la Fiscalía había llegado a pedir cinco años de cárcel para él por la supuesta sustracción de la tarjeta de una mujer que habría sido utilizada para hacer apuestas.

La condena no es firme

La nueva condena impuesta ahora por la Audiencia de Gipuzkoa aún no es firme ya que, según las citadas fuentes, puede ser recurrida ante una instancia superior.

Los hechos sucedieron, según la acusación, el 8 de agosto de 2022, cuando ambos inculpados acudieron a un domicilio de Donostia en el que el segundo varón convivía con su expareja sentimental y, aprovechando que la mujer estaba de vacaciones fuera de la vivienda, se apoderaron de una motocicleta adaptada para discapacitados, valorada en 650 euros, propiedad del padre de ésta.

Seguidamente, los dos procesados se dirigieron a un establecimiento de compraventa de artículos de segunda mano, donde vendieron el vehículo por 220 euros ocultando su procedencia "ilícita".

Días más tarde, el 1 de septiembre, agentes de la Ertzaintza intervinieron la motocicleta en el citado comercio y la restituyeron a su legitimo propietario que, al haberla recuperado, no solicitó ninguna compensación, al contrario que el establecimiento estafado, al que los dos condenados deberán compensar ahora "solidariamente" con 220 euros.

Empeñaron la moto

Durante la vista oral, el segundo inculpado reconoció que ambos empeñaron la moto adaptada sin el conocimiento ni la autorización de su exnovia, siguiendo "un plan de los dos", a pesar de que quien realizó físicamente la transacción en el establecimiento fue Basurko mientras él le esperaba fuera.

Por su parte, Igor Basurko explicó que tras estar un fin de semana de fiesta con el otro procesado, del que era "amigo", se dio cuenta de que él había "pagado todo" lo que ambos habían consumido y por lo tanto le dijo que no iba a "gastar más", tras lo que el otro varón le hizo ver que había hablado con su exnovia y que ésta le había autorizado a vender el vehículo.

Basurko precisó que, tras llegar a la tienda de compra-venta, su amigo le dijo que él no podía acceder al local y le pidió que se encargara de tramitar la operación, a lo que accedió porque entendió que el otro hombre "había tenido algún problema" allí antes y "no pensaba que estuviera haciendo nada ilegal".

Afirmó además que él no se quedó con el dinero, que entregó al otro acusado nada más salir a la calle donde, para entonces, el otro varón ya había quedado con un "camello" para comprar droga.