En Vitoria se tarda veinte minutos en recorrer diez kilómetros en coche, según un estudio realizado por Tomtom, especialista en tecnología de geolocalización.
Esta realidad, nefasta para los conductores, es una señal de avance para Bizikleteroak, la asociación de ciclistas urbanos.
Es una señal de que se está llevando a cabo una “buena” estrategia de movilidad sostenible y espacio público.
El principal objetivo es desincentivar el uso del coche particular y reducir el espacio que ocupa de entre 70 y 80%.
A 30 kilómetros por hora
“No habría ningún problema en limitar la velocidad en Gasteiz a 30km/h. como ya han hecho numerosas ciudades, ya la velocidad media en Vitoria es de 27 km/h.
Para Bizikleteroak, el espacio que se quita al coche hay que dárselo a otros modos de movilidad más sostenibles.
Es decir, a caminantes, ciclistas y transporte público, “hasta ahora arrinconados e ignorados”.
En su opinión, la congestión del tráfico no se produce por falta de espacio sino porque sobran vehículos.
El esfuerzo, por lo tanto, debe centrarse, de una vez por todas, en reducir el uso del coche privado.
Y en priorizar alternativas de movilidad activa y de movilidad colectiva, seguras, atractivas, cómodas y coherentes”, defiende el colectivo.
Tráfico lento
No preocupa al colectivo de cicloturistas el hecho de que el estudio de Tomtom dé como conclusión que Vitoria es la ciudad con el tráfico más denso, la ciudad con peor tráfico.
También está entre las peores ciudades del mundo en tráfico y es la que lidera el ranking nacional en la que más tiempo se invierte en coche.
Al contrario, “ya estamos tardando en aceptar que la ciudad no puede seguir subordinada al coche”, entiende.
No obstante, reconoce que la metodología empleada por Tomtom no es la más apropiada para las ciudades europeas.
“Es inadmisible que se siga pensando en priorizar la fluidez del tráfico, siempre refiriéndose a los coches, con el mantra de que debemos facilitar y convivir todos los modos de movilidad”, dice.
Semáforos
La realidad es que “no se piensa nunca en la fluidez de caminantes, a los que se obliga a largos recorridos para poder cruzar de una acera a otra; a los que se somete a tiempos de espera desesperantes en los semáforos.
Después, apenas tienen tiempo para llegar al otro lado; a los que se deja atrapados en medianas entre 4 y 6 carriles de circulación, bajo la lluvia o bajo un sol de justicia.
Y respirando contaminación mientras ven pasar automóviles con su aire acondicionado y su música porque los semáforos están programados para dar fluidez al tráfico de vehículos a motor”, enumera.
“Tampoco se piensa en la fluidez de los ciclistas cuando no se diseñan pasos ciclistas para dar continuidad a las aceras bici o cuando se sustituyen pasos de prioridad ciclista por ceda el paso.
Ni cuando a carriles bici en calzada se les implementa un ceda el paso priorizando a vehículos que se incorporan a o desde una vía secundaria”, critica Bizikleteroak.
Transporte público
Y parece que tampoco se está pensando en la fluidez del transporte público cuando se está analizando la posible eliminación de un carril bus del BEI para devolverlo a los coches”, censura.
Asimismo, lamenta el colectivo de cicloturistas de Vitoria que hayan quedado por completo en el olvido los casi 70 km de carriles-bus que proyectaba el Plan de movilidad sostenible y espacio público de 2008.
Autobús y tranvía
“Si queremos un transporte público atractivo, eficaz y eficiente, no podemos permitir que se vea afectado por atascos de tráfico”, asegura.
Por eso, el mensaje que envía a los políticos es claro, contundente y valiente para Bizikleteroak:
El espacio actual dedicado a los vehículos a motor particulares es el máximo que vamos a ver, ya que el objetivo es reducirlo a un mínimo razonable, y así poder alcanzar máximos para la movilidad peatonal, ciclista y para el autobús urbano y tranvía.
