Con ese gusanillo en el estómago, como el mejor síntoma de que todavía una persona siente pasión por su oficio, la gran dama alavesa de los escenarios Teresa Ibáñez Axpe (Murgia, 1944) salió y pisó con garbo el que la Diputación Foral de Álava le puso para la ocasión a esta célebre actriz en la carpa de la Plaza de la Provincia de Vitoria como pregonera de las Fiestas de San Prudencio y Nuestra Señora de Estibaliz 2024.

Lo hizo en un acto, presentado por la también actriz y periodista Josune Vélez de Mendizabal y con las actuaciones de la Escuela de Música de Agurain y Lautadako Orkestra, en reconocimiento a su destacada trayectoria en el mundo del teatro, cine y televisión y su compromiso con la igualdad de género.

“En una ocasión, un director le preguntó a una actriz novata si estaba nerviosa por la obra y cuando ella dijo que nada, contestó que ya podía retirarse. Tienes que tener el gusanillo porque ese nervio te ayuda siempre”, explicaba a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA la cofundadora de la compañía teatral Ortzai.

Y ella, que tiene sobradas tablas, desde que amaneció en ese, su gran día, “estaba un poco acelerada” porque había llegado el momento de que articulara sus primeras palabras en honor a esos festejos por el patrón de Álava, que le gustan mucho más que los de La Blanca, por ser más genuinas, al haber conservado su esencia original. Y pese a que era su día no quiso celebrarlo con comidas especiales:

“Necesito mi intimidad, mi silencio, que eso también te ayuda antes de salir”, argumentaba en esas horas previas en las que le era inevitable recordar cómo tras la llamada que recibió de la institución foral comunicándola que era ella la elegida para anunciar las fiestas, pasó esos primeros días “sobrepasada”.

“Nunca pensé que me podía llegar un momento así, por eso les dije que sí casi de forma inmediata porque te hace tanta ilusión... Aunque a medida que lo fui pensando es una responsabilidad, pero luego lo vas asimilando"

Teresa Ibáñez - Actriz y pregonera de las fiestas de Álava

“Nunca pensé que me podía llegar un momento así, por eso les dije que sí casi de forma inmediata porque te hace tanta ilusión... Aunque a medida que lo fui pensando es una responsabilidad, pero luego lo vas asimilando”.

“Sorpresa para todos”

Y así, tras recuperarse de ese shock inicial, empezó a hilar un discurso con guiños al cine y, sobre todo, al teatro, donde ha desarrollado gran parte de su carrera, protagonizando obras como La loca de Chaillot y títulos clásicos y contemporáneos, aunque en el sector audiovisual ha trabajado también en largometrajes como La voz de su amo, Mensaka o La flor de mi secreto, de Pedro Almodóvar, y en numerosas series como La que se avecina, Cuéntame cómo pasó y más recientemente, El pueblo.

"Iban surgiendo ideas. Luego ya fue cuestión de coordinarlo y ponerlo bien bonito"

Lo escribió a medida que “iban surgiendo ideas. Luego ya fue cuestión de coordinarlo y ponerlo bien bonito”, detallaba.

También tenía claro que quería que fuera “una sorpresa para todos, aunque es un pregón sencillo, pero al mismo tiempo tiene profundidad”. Porque también pretendía que “hiciera pensar un poco”, y que invitara al disfrute, sobre todo, “a los que vayan” a verlo.

Retransmitido por primera vez

Tal era el caso de sus familiares, a los que esperaba ver, pero no desde palcos privilegiados, como los del Palacio de la Diputación, sino desde la plaza, entre el mismo público, y el de esos espectadores que por primera vez, tuvieron la oportunidad de verlo desde sus casas porque este año, como novedad, se retransmitió para que pudieran conectar, aunque fuera lejos de su tierra, con ese momento especial.

Y “como el día se lo merece”, Ibáñez fue vestida para la ocasión “de forma diferente”, pero de una forma “digna, que agrade a todos”.

Lo lució con una magistral actuación, un papelón una vez más, en riguroso directo, que hasta el mismo San Prudencio al que no paró de encomendarse estos días, también respetó, pese a esas nubes y hasta ese frío que pelaba con diez grados a las ocho de la tarde, que finalmente no lo fueron tanto, gracias al caluroso aplauso del respetable tras todas esas palabras de Ibáñez.